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La contradicción de comprar un Ferrari, quejarse del precio de sus reparaciones… y cambiarlo por un Chevrolet Corvette

Tener un deportivo en el garaje es el sueño de la mayoría de los amantes del motor, pero en esa fantasía hay algo que, a menudo, no tienen en cuenta: mantener un modelo de esas características es muy caro para el común de los mortales. Si la economía personal no está entre tus preocupaciones, esto no se convertirá en un problema, pero si no es así… puede que cada visita al taller se convierta en una auténtica tortura. Y eso es, precisamente, lo que le ha pasado al propietario de este Ferrari.

Jerry Mos recurrió a las redes sociales para contar su caso que, a su vez, ha sido recogido por Carscoops: no ha desvelado qué Ferrari poseía, pero sí las razones por las que se ha deshecho de él. Tras varias costosas revisiones, hubo una reparación que se convirtió en la gota que colmó el vaso: restaurar algunos botones en el interior del deportivo italiano.

Las facturas del Ferrari

Tal y como explica, las operaciones de mantenimiento habitual suponían, cada una, alrededor de 1.500 dólares (1.377 euros). Después llegaron operaciones más concretas como cambiar los rodamientos cerámicos de las ruedas (15.000 dólares / 13.778 euros), arreglar unas luces con tecnología LED (4.000 dólares / 3.674 euros)… o restaurar algunos de los controles presentes en la consola central de habitáculo.

2020 Chevrolet Corvette Stingray

El citado medio ha investigado el problema y parece que suele ser algo que ocurre con cierta normalidad: no han conseguido, sin embargo, adivinar el modelo de Ferrari o qué botones son los que llevaron al coche hasta el taller. A tenor de la factura publicada por el propietario, el retoque de estas piezas tuvo un coste de 7.542 dólares (6.928 euros) y mandarlas para su repintado tuvo un precio de 80,70 dólares (74,13 euros). La mano de obra de estas y otras operaciones, supuso 1.800 dólares (1.653 euros).

El importe total (9.993,80 dólares / 9180,20 euros) fue una de las razones que impulsó a Jerry Mos a vender su Ferrari: una situación que a muchos les puede parecer toda una contradicción, puesto que si puedes permitirte uno de los deportivos de Maranello, se presupone que el coste de su mantenimiento no será ningún problema para tus cuentas. La otra fue conducir un Chevrolet Corvette C8 durante un par de semanas: ahora en su garaje hay un Stingray 3LT Edición 70 Aniversario.

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Elena Sanz Bartolomé

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