La motos neo retro, cafe racer y scrambler están de moda y en los últimos años han aparecido en el mercado multitud de opciones dispuesta a hacer de nuestra decisión de compra un verdadero quebradero de cabeza, abordando estos segmentos desde muy diversas perspectivas. Hoy nos vamos a centrar en un escalón intermedio entre las scrambler del mercado para poner cara a cara a la Ducati Scrambler, a la Husqvarna Svartpilen y a la Triumph Street Scrambler y contarte cuál te tienes que comprar según tus preferencias, qué es lo que hace brillar a cada uno de estos modelos frente a las otras alternativas.
Triumph Street Scrambler 2019, ¿qué tienes que saber?
Presentada a finales de 2018 la Triumph Street Scrambler apuesta por la imagen más retro de este trio, con ese diseño tan clásico marca de la casa y un gran cuidado por el detalle, con una gran calidad de materiales y ajustes.
Destaca en su diseño su depósito, el asiento recto y alto con el puesto del acompañante ligeramente independiente y, claro, ese escape doble que recorre por la parte superior todo el lateral. Es una auténtica belleza.
Articulada alrededor de un chasis de cuna de acero, con estructura tubular, la Triumph Street Scrambler recurre a un motor bicilíndrico en paralelo de 900cc que desarrolla una potencia de 65 CV y un par de 80 Nm.
Este conjunto se complementa con una suspensión KYB, con una horquilla de 41 mm y 120 mm de recorrido y un doble amortiguador trasero, también con 120 mm de recorrido, recurriendo para su frenada a un disco de 310 mm mordido por una pinza de 4 pistones al frente, que firma Brembo y por un conjunto Nissin en el tren posterior, con un disco de 220 mm y pinza de dos pistones.
Sobre la báscula arroja un peso de 203 kg y su depósito tiene una capacidad de 12 litros.
Husqvarna Svartpilen 701 2020, todos los detalles
La Husqvarna Svartpilen 701 se presentó también a finales de 2018, casi a la vez que la Triumph, apostando por una imagen que huye de lo clásico para darnos a golpe de vanguardia y una imagen futurista una moto ligera y que podemos catalogar como una moto de dirt track fusionada con una streetfighter. Recientemente recibió una pequeña actualización con nuevos colores, las llantas de radios de serie y un sucbchasis trasero más largo.
Las formas de su depósito, esa careta delantera, el dorsal posterior… Es una moto muy llamativa y por la que mucha gente te preguntará en los semáforos, con una imagen agresiva y un oscuro acabado que le hacen parecer una moto venida desde un futuro distópico de película, a lo Blade Runner.
Desarrollada sobre un chasis multitubular de acero, la Svartpilen 701 nos propone una mecánica monocilíndrica de 693cc que desarrolla una potencia de 75 CV y un par de 72 Nm, un conjunto mecánico compartido con KTM que queda en manos de WP para sus suspensiones, con una horquilla delantera de 43 mm y 150 mm de recorrido y un monoamortiguador trasero también de 150 mm de recorrido y de Brembo a los frenos, con una pinza de 4 pistones mordiendo un disco de 320 mm al frente, con un disco de 240 mm y una pinza de pistón simple en el eje posterior.
La Svartpilen 701 es muy ligera, tiene un peso de 158.5 kg y su depósito es de 12 litros.
Ducati Scrambler 2019, características técnicas e información
La gama de la Ducati Scrambler también fue renovada a finales de 2018 aunque mantuvo la mayoría de elementos que ya conocíamos en el modelo lanzado en 2015. Cambios estéticos en algunas versiones, nuevas ópticas LED, una nueva instrumentación, el control de tracción, ABS con asistencia de frenada en curva, el embrague hidráulico asistido o el acelerador electrónico también son novedades que incorporó pero mantenía el chasis y motor ya conocidos.
Hay que tener en cuenta que la gama Scrambler de Ducati nos ofrece múltiples opciones que se adaptan a diferentes gustos, como la versión Cafe Racer con semimanillares; la Desert Sled, con una vocación más off-road; la Icon, más sencilla y rememorando al modelo original o la Full Throttle, la escogida en esta ocasión y encargada de trasladarnos al mundo de las carreras de Flat Track, con una estética muy diferenciada, un manillar más plano, escape Termignoni bajo por un lateral o un asiento de corte más deportivo.
El chasis de la Scrambler es un chasis tubular de acero tipo “Trellis”, un chasis que se une a un motor bicilíndrico en L de 803cc, con una potencia de 73 CV y un par de 67 Nm y a una parte ciclo en la que nos encontramos con una horquilla delantera invertida de 41mm, con un recorrido de 150 mm y firmada por Kayaba y un monoamortiguador trasero también con 150 mm de recorrido. El freno delantero es un disco de 330 mm con una pinza Brembo de 4 pistones mientras que el disco trasero es de 245 mm y monopistón.
Sobre la báscula arroja un peso de 189 kg, su depósito es de 13.5 l/100 km.
Más allá de las cifras, más allá del diseño de una u otra, ¿qué nos ofrecen dinámicamente cada una de estas alternativas?
Triumph Street Scrambler, Husqvarna Svartpilen 701 o Ducati Scrambler Full Throttle, ¿qué moto me compro?
Las tres motos cuentan con una personalidad bien marcada, con importantes diferencias en su constitución y comportamiento que hacen que los territorios de cada una queden bien claros desde los primeros kilómetros.
Comenzando con la Triumph Street Scrambler nos encontramos con un puesto de conducción bajo y cómodo, con una buena posición de conducción a la que se suma el confort de la ausencia de vibraciones del conjunto y un asiento que ofrece un buen espacio para el conductor y un buen nivel de dureza. Para el acompañante ese “segundo piso” se puede antojar algo más elevado e independiente de que gustaría. Todo a tu alrededor tiene una gran calidad y un buen tacto, tanto los mandos del manillar como el pedal del cambio o del freno trasero. El manillar ancho ayuda muy positivamente a conseguir una buena posición de conducción, como la posición de los estribos.
La entrega de potencia de la Triumph es suave, destacando el empuje en bajas y nos va a ofrecer un rendimiento más que bueno para contar con un buen desempeño en todas las circunstancias, destacando su comportamiento en ciudad y en carreteras reviradas por el tarado más firme que apuntando al off-road de su suspensión. El terreno idóneo es esa carretera secundaria algo rota que tan bien conoces y que con esta moto podrás afrontar de forma cómoda y sobre todo disfrutando mucho.
Fuera del asfalto estará algo limitada precisamente por esto, por una suspensión más asfáltica que endurera y por la distancia libre al suelo aunque evidentemente está más que capacitada para enfrentarse a pistas y alguna que otra excursión tranquila fuera de “lo negro”.
Mi percepción comparada con las otras dos alternativas de esta comparativa es que estamos ante la opción más rutera, ante la moto más apta para hacer kilómetros y kilómetros del trio. Durante la semana que la he estado conduciendo la Triumph Street Scrambler me he encontrado cada vez que he salido de ruta con ella con la sensación de querer seguir sumando kilómetros, de empezar con ella un largo viaje por carreteras secundarias, a un ritmo tranquilo, disfrutando del paisaje y de ese diseño vintage tan logrado, tan cuidado.
¿Su escape? Una de las principales cuestiones por las que me han preguntado durante los días que he rodado con ella. Más allá de su innegable encanto estético y de su buen sonido (teniendo presente que es un escape de serie y no un escape aftermarket claro) transmite calor a la pierna sí, pero no algo exagerado y desde luego no es peligroso. Con unos simples vaqueros ya puedes mantener la pierna pegada al escape sin problema.
Se trata de una moto dócil, una moto a la que es fácil acerté y que va a brillar en la mayoría de las situaciones, bonita, con personalidad y un conjunto equilibrado en el que destaca la buena entrega en bajos, su calidad de acabados y su confort de marcha, una moto, para pasarte Europa de carretera secundaria en carretera secundaria molando (y mucho).
Como contrapunto hay que tener presente, comparándola con las otras opciones, que es la más pesada y se siente por ello algo menos ágil y algo menos prestacional.
La Husqvarna Svartpilen se posiciona en el mercado con un enfoque radicalmente opuesto al de la Triumph, es una moto más ligera, es una moto que se siente muy muy ágil y que tiene más de streetfighter que de rutera, como si en una coctelera se hubiera metido una supermotard y una scrambler y hubieran añadido un chorrito de una sustancia extraña llegada de cierto futuro distópico.
El resultado es una moto treméndamente ágil entre el tráfico, que se mueve rápida, muy rápida, entre los coches y que te pide constantemente guerra, te pide ser gamberro, ser algo macarra y cuando lo hayas hecho lo suficiente en ciudad saldrás a tu tramo de curvas favorito para encontrarte con un chasis muy firme y un conjunto que sobresale en carreteras reviradas por su enfoque deportivo.
Si la Triumph te pide recorrerte Europa a ritmos suaves y disfrutando del paisaje, la Husqvarna lo que te pide es enlazar una curva tras otra a un ritmo endiablado, con un motor monocilíndrico potente que sube rápido de vueltas, agresiva y rápida, una moto diferente y divertida. Además sus frenos cuentan con una buena mordida y transmite una gran confianza a la hora de abrir gas sin miramientos, contando además con un quickshifter que te permite subir de marchas sin tener que cortar el gas.
Los mandos en la Svartpilen son algo más secos, más duros y la posición de conducción es elevada, de nuevo aludiendo a esas semejanzas con una supermotard. El asiento además es algo duro aunque el hecho de que sea plano ayuda a encontrar una buena posición fácilmente.
Si la Triumph es una moto fácil por la altura de su asiento o por el enfoque de su propulsor la Svartpilen te ayuda en este sentido por su comedido peso y por la posibilidad de contar con una respuesta más dulce si somos cautos con el acelerador aunque enseguida querrás más y más, le buscarás las cosquillas
Fuera del asfalto agradecerás su poco peso, la posibilidad de regular sus suspensiones para lograr un tarado más blando dentro de la deportividad del conjunto, la respuesta de su motor, su altura y sus neumáticos mixtos aunque evidentemente su disposición a salir fuera del asfalto tal y como está, debería pasar por alguna que otra excursión por caminos de tierra. Con otro neumático aún más capaz y cierta predisposición a darle guerra a las suspensiones se podría hacer mucho más claro.
La Ducati Scrambler por su parte se posiciona en esta comparativa como el modelo más equilibrado, no es tan salvaje como la Husqvarna Svarpilen ni tan rutera como la Triumph Streetscrambler pero se queda en un punto intermedio que convencerá a aquellos que quieren rodar rápido con ella, a aquellos que quieren utilizarla a diario e incluso a aquellos que quieren hacerse largas rutas y sino que le pregunten a Alicia Sornosa por su capacidad como moto para viajar.
La Ducati Scrambler destaca también por su peso comedido, se siente una moto ligera y es muy fácil acostumbrarse a ella, dócil y fáci, sumándose a este peso una muy buena posición de conducción que en el caso de la Full Throttle se ve reforzada por un manillar más plano.
El motor bicilíndrico de la Ducati Scrambler se siente dulce en los primeros compases y con carácter a medida que ascendemos en el cuentarevoluciones, con un sonido bastante bonito y característico y unas vibraciones que no se hacen incómodas y le dan aún más personalidad al conjunto.
Sus suspensiones refuerzan de nuevo ese talante equilibrado, lo suficiente firmes como para ir bien en curvas reviradas en conducción deportiva, lo suficientemente cómodas como para contar con un gran confort en nuestras bacheadas calles en el día a día e incluso dispuestas a tragarse más de una piedra y roderas en conducción ofrroad, donde contaremos con el apoyo de las Pirelli MT-60 desarrolladas específicamente para este modelo y con una buena disposición de los mandos para podernos poder de pie.
Los frenos Brembo muerden con eficacia y sin desfallecer y el centro de gravedad bajo ayuda a contar con un buen discurrir entre curvas, encontrándonos con una reacción algo seca en el amortiguador trasero en algunas circunstancias. La principal pega que le podemos poner es cierta imprecisión a la hora de encontrar el punto muerto pero desde luego la Ducati Scrambler cumple a la perfección con lo que debemos esperar de una moto de este tipo.
Es divertida, muy divertida y de hecho me gusta buscarle las semejanzas con el Mazda MX-5 por esa vocación de moto divertida pero polivalente, una moto dispuesta a ofrecerte grandes dosis de placer de conducción sin perder de vista la usabilidad diaria, sumándose a la ecuación buenos acabados y buenas opciones de personalización, algo importante también en motos de este tipo.
Precio y conclusión:
¿El precio de estas tres alternativas?
La Triumph Street Scrambler parte desde 10.800 euros mientras que la Husqvarna Svartpilen parte desde 9.999 euros. La Ducati Scrambler tiene un precio de partida de 8.990 euros de la mano de la versión Icon Dark aunque el precio aumenta hasta los 10.890 euros si acudimos a la versión Full Throttle de la que hemos hablado en esta comparativa.
¿Una ganadora?
Lastres, como mencionábamos, brillan en distintos aspectos que hacen que sobresalgan en determinadas circunstancias por encima de las otras dos alternativas, poniendo así en manos del comprador la decisión entre que aspecto prefiere.
Las tres brilla por diseño, son motos atractivas, llamativas y bien resueltas, con buenos acabados y componentes. Si buscas una moto más grande, voluminosa y más rutera la Triumph debe ser la elegida mientras que si valoras la deportividad y un temperamento más agresivo tu moto es la Svartpilen. Por último la Ducati ofrece un punto intermedio entre ambas que nos hace pensar en se refrán de que en el equilibrio está la virtud, pero claro, el componente pasional que hay en la compra de una moto de este tipo hace totalmente comprensible que la balanza se incline hacia un extremo u otro.