El Renault 19 es un coche que se vendió entre los años 1988 y 1996. Su sucesor fue el Renault Mégane. Fabricado como reemplazo de los vetustos Renault 9 Renault 11, fue un coche tremendamente popular en países como España, tradicional feudo comercial de la marca francesa. El Renault 19 tuvo una versión de altas prestaciones, pero esta versión llegó tarde a la era de los turbo, aterrizando de lleno en la mítica era de las «16 válvulas». El Renault 19 16V – llamado 16S en otros mercados – era el 19 más potente y rápido de la gama.
Hoy en día resulta relativamente difícil ver un Renault 19 por las calles. Por fortuna, aún se pueden ver algunos 16 válvulas en concentraciones de clásicos o en zonas de mucha afición a los coches «trameros», como puede ser el norte de España. Los Renault 19 estuvieron disponibles en carrocerías de tres, cuatro y cinco puertas. Muchos 16V se vendieron en carrocería de tres puertas, especialmente en España, pero también se comercializaron en versiones descapotable, de cuatro y de cinco puertas, como es el caso de la unidad que protagoniza este artículo.
Todos los Renault 19 16V compartían un motor de 1,8 litros y 16 válvulas, conocido como F7P, de la familia Energy. Este motor desarrollaba la correctísima cifra de 140 CV sin recurrir a sobrealimentación, y transmitía su potencia al eje delantero mediante un cambio manual de cinco relaciones. Suficiente para acelerar hasta los 100 km/h en 8,5 segundos y superar los 210 km/h de velocidad punta. Eran coches alabados por su puesta a punto y por su comportamiento ágil. En esto tenía mucho que ver un peso muy contenido: apenas pesaban 1.050 kg en vacío.
Estéticamente los Renault 19 16V se distinguían de otros por unas llantas específicas de 15 pulgadas, un kit de carrocería agresivo, con faldones, paragolpes deportivos y un spoiler, y en su interior, tanto un asiento como instrumentación y volante deportivos. La unidad que vende un concesionario alemán es muy peculiar. Para empezar es un cinco puertas, pero además, con un equipamiento muy parco. Sus llantas específicas son de chapa y aunque tiene ABS, en su interior solo hay unos sencillos asientos de tela. Ni siquiera cuenta con aire acondicionado, aunque sí con techo practicable.
Pero la clave de esta unidad, además de tener el encanto de lo sencillo está en que sólamente tiene 17.953 km en su odómetro. Es un coche de estreno, más que de reestreno. Esto es patente en el perfecto aspecto que presenta su interior o la limpieza bajo su capó, donde se conservan incluso todas las pegatinas originales. Su precio es de 15.950 euros, y está a la venta en un concesionario alemán especializado en clásicos. Por una vez, tengo que reconocer que el precio es coherente, e incluso me parece correcto teniendo en cuenta el estado del coche.
Menos de 16.000 euros por un youngtimer en un estado tan original casi podría considerarse una ganga. De hecho, es un precio equivalente al de un SEAT Ibiza de tres cilindros, con un equipamiento modesto.
Fuente: mobile
