Después de una ingesta de alcohol, aunque éste haya desaparecido del organismo, sus secuelas se siguen notando en el organismo aunque muchos crean que sus efectos terminan con la ingesta. Nada más lejos de la realidad. Salen a relucir, de nuevo, con la resaca: ¿es peligroso conducir en este estado? ¿Puedes dar positivo? ¿Te pueden multar?
La Dirección General de Tráfico explica que los efectos del alcohol en el organismo empiezan a ser notables tras la primera copa influyendo en nuestra conducción: disminuye los reflejos y la concentración. Darse cuenta de ello es fácil, el problema llega con la resaca: el conductor no es consciente de que sus aptitudes también han disminuido considerablemente convirtiéndose en una amenaza para la seguridad vial.
Debilidad, fatiga, deshidratación o dolor de cabeza son las manifestaciones más habituales cuando una persona está de resaca, pero, en determinados casos, las consecuencias pueden ser más graves: temblores, nauseas, vómitos, diarrea… A esto hay que añadir el cansancio por la falta de sueño. ¿Cómo se traducen estos síntomas en nuestra conducción? La DGT lo recordaba a través de un tweet lanzado hace unos días.
Así afecta la resaca a tu conducción
Tal y como apunta la DGT, una resaca puede provocar que nuestra conducción sea cuatro veces peor, la misma probabilidad que señaló la Sociedad Española de Neurología (SEN) en un estudio sobre los efectos de este estado. Además, la dificultad para conducir se duplica y también nuestros errores al volante.
RECUERDA que no solo corres RIESGOS al volante unas horas después de consumir #alcohol.
Al día siguiente los riesgos persisten por los efectos de la RESACA.
Si vas a conducir, piénsalo bien antes de beber 🍷🍻🥂
👉 https://t.co/JLfKxNGEYF#CeroRiesgos pic.twitter.com/4GejEN321d
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) May 20, 2022
Un conductor que está de resaca puede llegar a sobrepasar los límites de velocidad cuatro veces más. Y no sólo eso: la velocidad media aumenta en 15 km/h (pasando de 52 a 67 km/h) y llegan a recorrer dos kilómetros por encima de los máximos establecidos (cuatro veces más que en condiciones normales). Por otro lado, las infracciones de tráfico relacionadas con los semáforos y las señales de ‘Stop’ se multiplican por dos y las invasiones del carril contrario se multiplican por cuatro.
Tras la ingesta de alcohol podemos sufrir alteraciones neurológicas ya que, hasta 16 horas después de eliminar el alcohol, la actividad del cerebro se ralentiza, hemodinámicas porque se incrementa el trabajo cardíaco y hormonales debido a la mayor producción de orina que genera deshidratación.
El estudio
Estos resultados proceden de un estudio de la Universidad de Brunel (Reino Unido) del que la DGT se ha hecho eco. Once conductores se subieron a un simulador antes y después de beber alcohol para recorrer virtualmente 7,5 kilómetros atravesando diferentes tipos de vías con peatones, animales, giros, intersecciones… De esta forma midieron velocidad, distancia, colisiones, infracciones de tráfico e invasiones de otros carriles.
Con los resultados que os hemos explicado antes, los investigadores establecieron que “cuando se conduce con resaca, bebido o fatigado el conductor no se da cuenta del deterioro de sus capacidades y esto tiene una repercusión directa: la resaca impide una conducción segura”. Lo compararon, además, con el uso del móvil al volante: “Multiplica por 4 o 5 el riesgo de sufrir un accidente, pero el conductor es consciente de su limitación y trata de compensarla conduciendo más despacio o aumentando la distancia con el vehículo de delante”.
¿Puedes dar positivo estando de resaca?
Sí. La DGT nos recuerda que si te pones al volante y no han pasado, como mínimo, doce horas tras la última copa puede que la prueba de alcoholemia sea positiva aunque no reconozcas ninguno de los síntomas antes mencionados.
La razón la encontramos en las dos fases de curva de alcoholemia: la primera (ascendente) comienza noventa minutos después de la primera copa y la segunda (meseta o estabilización) empieza entre cuatro y seis horas después de la ingesta. Por lo tanto, el organismo puede tardar hasta 19 horas en eliminar por completo el alcohol.
¿Te pueden multar por conducir de resaca?
No, no te pueden multar por conducir de resaca… pero sí por las consecuencias a las que puede dar pie. Si los síntomas de la resaca nos llevan a conducir generando situaciones de riesgo, es decir, de forma negligente podremos enfrentarnos a una multa de hasta 500 euros y a una pérdida de seis puntos en el carnet de conducir.
Recuerda, no obstante, que conducir bajo los efectos del alcohol sí está sancionado: la tasa máxima permitida es de 0,25 mg por litro de aire espirado (0,50 gramos por litro de sangre) y de 0,15 mg/l de aire (0,30 g/l de sangre) en el caso de conductores noveles y profesionales.
- De 0,26 a 0,50 mg/l: 500 euros y una pérdida de cuatro puntos.
- De 0,50 a 0,60 mg/l: 1.000 euros y una pérdida de seis puntos.
- Más de 0,60 mg/l: en este caso el positivo se convierte en un delito penal y el conductor se enfrentará a una condena de entre tres y seis meses de prisión, de seis a doce meses de multas económicas o de trabajos en beneficio para la comunidad. Perderá, además, el carnet durante un período de uno a cuatro años.