McKinsey & Company es una de las firmas de consultoría de gestión más influyentes y reconocidas a nivel mundial. Presente en 65 países pese a su origen estadounidense, realiza multitud de investigaciones sobre una gran variedad de industrias. En particular, el McKinsey Mobility Consumer Pulse es uno de los estudios periódicos más apreciados por los profesionales del sector automovilístico y su última publicación acaba de tener lugar en junio de 2024.
Teniendo como principal objetivo comprender las actitudes, preferencias, tendencias y expectativas de los consumidores respecto a la movilidad, incluyendo otras soluciones además del uso de vehículos particulares, la entrega más reciente de este informe, basado en encuestas con una gran cobertura geográfica y una muestra ampliamente representativa, enuncia las siguientes 8 conclusiones. Con ellas, se puede comprender breve y fácilmente hacia dónde se dirige este campo.
- El 38% de los conductores que no tienen un coche eléctrico piensa comprar uno.
- El 29% de los propietarios de coches eléctricos pretende volver a los térmicos.
- El 27% de los clientes europeos de coches eléctricos valoran una marca china.
- El 9% de los usuarios considera que la infraestructura de recarga es suficiente.
- El 29% de las personas cree que cambiará su coche por otras soluciones en 10 años.
- El 21% de los consumidores aprecia las funciones de conducción autónoma.
- El 59% de los clientes de coches eléctricos quiere usar más servicios conectados.
- El 37% de los compradores desea adquirir su próximo vehículo de forma online.
1 de cada 4 clientes potenciales de coches eléctricos baraja productos chinos en 2024
De entre todos los datos anteriores, que ayudan a entender el rumbo de la movilidad en general y del automóvil en particular, resulta especialmente interesante y curioso el hecho de que más de 1 de cada 4 potenciales clientes de BEV en Europa ya se hallen dispuestos a adquirir productos de marcas chinas, a pesar de que estas no gozan, por ahora, del prestigio de las tradicionales en el Viejo Continente. Esto demuestra que Oriente está logrando posicionarse comercialmente en nuestras latitudes.
En este aspecto, el estudio se ha centrado en 4 de los principales mercados de BEV a este lado del Atlántico: Alemania, Francia, Italia y Noruega. Según los resultados que arroja, la probabilidad de considerar la compra de un vehículo eléctrico de una firma china varía en función de si ya se posee o no un vehículo eléctrico, de la edad o del prestigio de la firma que conducen los encuestados, obteniéndose de una media del 27%.
- Consideración de BEV chinos por interesados en BEV: 23%
- Consideración de BEV chinos por propietarios de BEV: 31%
- Consideración de BEV chinos por conductores mayores: 21%
- Consideración de BEV chinos por conductores jóvenes: 33%
- Consideración de BEV chinos por clientes de marcas generalistas: 25%
- Consideración de BEV chinos por clientes de marcas de lujo: 33%
De lo anterior se puede determinar o deducir que hay una creciente y casi vertiginosa aceptación de los fabricantes chinos en Occidente, pese a partir de una posición poco ventajosa en términos mercadotécnicos. La demostración tecnológica y de calidades de construcción o las estrategias de precio agresivas, a falta de ver cómo se comportan los nuevos aranceles, han convencido a una buena parte de los consumidores europeos, aunque otros muchos critiquen la llegada de estas empresas.
También se concluye que van a estar principalmente orientados a personas de menos de 40 años (más aperturistas y receptivos a las innovaciones o a las nuevas ofertas del mercado), que van a atacar a los usuarios que ya manejan un BEV (con experiencia directa en este sistema de propulsión y «early adopters» de manual) y que van a lograr competir tanto en los segmentos «premium» como en los masivos. Ello refleja una gran versatilidad.