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5 consejos para alquilar un superdeportivo y no morir (ni destrozarlo) en el intento

¿A quién no le apetece conducir el coche de sus sueños durante un rato? Previo pago de una suma importante de dinero, las empresas de alquiler de superdeportivos ponen en tus manos una máquina de cientos de caballos… y cientos de miles de euros. En ocasiones, estos coches de alquiler son víctimas de conductores con exceso de confianza, ganas de impresionar, y que han visto demasiados vídeos de Ken Block en YouTube. Ya hemos visto lo que sucedió cuando un cliente dio rienda suelta a sus instintos en un Ferrari 458 Italia.

¿Vas a alquilar próximamente un superdeportivo o un deportivo? Servicios como Rent Bull – por poner un ejemplo – lo permiten por un precio no apto para todos los bolsillos, pero no tan lejos del común de los mortales. Por menos de medio sueldo podrás tener un superdeportivo a tu disposición durante toda una tarde. La tentación es grande… y los peligros son aún mayores. Los clásicos «conduce un Ferrari en circuito» suelen tener la vigilancia constante de un instructor, que espanta a ese diablillo que te susurra maldades en la oreja.

Sigue estos consejos, y todo irá sobre ruedas.

Vista aérea que muestra la elegancia y deportividad del 488 Spider.

1) Déjate de bromas, y mantén la cabeza fría

Concéntrate en la conducción y déjate de bromas. Con un coche de más de 500 CV se pueden pagar muy caras.

En el vídeo publicado por mi compañero David Villarreal hace unas horas ya se aprecian errores de bulto. La acompañante – presuntamente, la novia del conductor – le dice medio en broma, medio en serio, «cuidado no vayamos a hacer un trompo». Mientras tanto, el conductor bromea con lo fácil que es asustarla cuando van en su Subaru WRX STI. Parece querer impresionarla a base de acelerones y haciendo subir de vueltas el motor V8 del superdeportivo. El problema es que su Subaru nada tiene que ver con el Ferrari 458 Italia.

Deja las bromas en casa, y concéntrate en la conducción. Disfruta de la conducción del coche, pero no tomes riesgos innecesarios. Ponerlo a 200 km/h en plena autopista sólo te puede traer problemas, tanto para ti como para el resto de los conductores. Trata de explorar parte de su capacidad de aceleración, regocíjate de su sonido y su diseño, pero nunca trates de conducirlo a un nivel por encima de tus posibilidades. No quieres que la experiencia se transforme en una tragedia o una sangría económica.

2) Nunca le pierdas el respeto al coche que llevas entre manos

Conoce tus límites, y no trates de superarlos. El que juega con fuego se puede quemar fácilmente.

Tu coche de diario es mucho más lento, y estás acostumbrado a sus sensaciones y reacciones. No tiene nada que ver con el que te acabas de sentar por primera vez en tu vida. Son coches muy potentes, y en ocasiones poco predecibles. Una zona mojada, algo más de gas, y ni el ESP te salvará. Es mejor pecar de exceso de prudencia, que pagar el exceso de confianza. Este tipo de alquileres saca lo peor de los conductores: quieres sacar partido a la enorme potencia del coche, en carretera abierta, y sin instructores presentes.

Es un coche que sólo puedes disfrutar durante unas horas, incluso con un kilometraje muy limitado. Y has pagado una importante suma de dinero por el alquiler. Los ingredientes del cóctel exigen un enorme respeto por tu parte. Si quieres conocer adecuadamente el pilotaje del coche, contrata una experiencia en circuito, no te la juegues en carretera abierta. Y por favor, que no se te ocurra desconectar las ayudas electrónicas a la conducción. No trates de emular a tus héroes de Internet.

3) No te creas «piloto»

Con un coche de tanta potencia y puesta a punto tan deportiva, es sencillo juzgar erróneamente la velocidad de entrada a una curva, o verse por ella sorprendido. El protagonista del vídeo es víctima de un subviraje, que termina con el Ferrari espetándose contra el pretil de la carretera. El resultado es un tren delantero destrozado, y parte de la carrocería arrancada de cuajo, a pesar de no haber impactado a tanta velocidad. Para su suerte, la policía sólo le multó por conducción temeraria, y no le retiraron su carnet de conducir.

Aunque tengas cierta experiencia conduciendo coches potentes, o hayas hecho cursos de conducción, nunca olvides que un Lamborghini Huracán o un Ferrari 488 GTB nada tiene que ver con un Volkswagen Golf GTI o incluso un BMW M3. Están en otra liga, y exprimir al máximo sus posibilidades exige un circuito y unas dotes de pilotaje excepcionales, forjadas tras décadas de experiencia. Incluso a grandes como el mismísimo Walter Röhrl se les atraganta algún superdeportivo de vez en cuando.

4) No trates de impresionar a nadie, ni caigas en provocaciones

«Acelera, que quiero escuchar como suena». «¡Sal picando rueda!». «¿Conduces un Lamborghini y vas sólo a 100 km/h?». Este tipo de provocaciones suelen venir de terceros, y a veces incluso de tu acompañante. No pasa nada por dar unos acelerones en vacío, pero caer en estas provocaciones puede traer problemas. Sal «picando rueda», y puedes perder el control del coche, o llamar la atención – con motivo – de las fuerzas del orden. No trates de impresionar o responder a las provocaciones de terceros, y no te meterás en líos.

5) Cuidado con las franquicias de los seguros y la letra pequeña

Lee la letra pequeña y evitarás problemas. Cuidado con las franquicias y los excesos de kilometraje.

A nuestro desafortunado amigo del 458 Italia, su agencia de alquiler le habrá cobrado una franquicia de lo más dura tras su accidente – que han expuesto en Internet para escarnio público y aleccionamiento de futuros clientes. La letra pequeña de estos contratos incluye franquicias muy importantes en caso de accidente o daños al coche, que en ocasiones pueden llegar a superar los 10.000 euros. Mirad las franquicias de los coches de alquiler en Nürburgring y se os quitarán las ganas de pisar más de la cuenta.

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¡Muy bueno!

Sergio Álvarez

Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...

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