Conducir bajo los efectos del alcohol es una de las principales causas de accidente mortal en nuestras carreteras, un hecho fuertemente perseguido y que durante los próximos días lo será aún más y es que desde la Dirección General de Tráfico, la DGT, nos han anunciado que a lo largo de esta semana se intensificarán los controles de alcohol y drogas, llegando a un total de 25.000 pruebas diarias.
La Guardia Civil podría llegar a realizar más de 25.000 controles de alcoholemia y otras drogas al día durante esta semana
Desde hoy y hasta el próximo domingo la DGT llevará acabo una nueva campaña especial de vigilancia, en esta ocasión con el consumo de alcohol y de otras drogas en el punto de mira, una campaña que se llevará a cabo tanto en vías interurbanas como en ciudad y que incluso tendrá reflejo fuera de nuestras fronteras, llevándose también a cabo una campaña especial en el resto de Europa.
A pesar de la alta concienciación que la población tiene sobre los peligros de conducir habiendo bebido la DGT nos alerta de que 1 de cada 4 fallecidos por accidente de tráfico tenía presencia de alcohol en sangre en el momento del accidente y los controles preventivos son, además de una importante medida disuasoria, el método más eficaz para retirar de la carretera a los conductores que han bebido por encima de los límites legales, poniendo así en peligro no sólo su vida sino también la del resto de conductores.
Un conductor que de positivo con más de 0.25 mg/l de alcohol en aire espiado se enfrenta ya a multas de 500 euros y a la pérdida de 4 puntos
A lo largo de 2018 la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil realizó más de 5 millones de controles de alcohol y droga. En estos controles unos 95.000 conductores dieron positivo. Además conducir bajo los efectos del alcohol y otras drogas al volante supusieron en 2017 el 62% de las condenas por delitos viales.
Recordemos brevemente, lo detallaremos en un nuevo artículo a fondo, que el límite de alcoholemia en aire espirado es de 0.25 mg/l, 0.15 en conductores profesionales y nóveles, con multas que pueden ir desde los 500 a los 1.000 euros, llegando a poder constituir un delito con prisión de 3 a 6 meses.