La Dirección General de Tráfico (DGT) sigue intensificando la vigilancia y persiguiendo las actitudes más peligrosas al volante. Estos días se inicia una nueva campaña, con motivo de las fiestas del 15 de agosto, en la que la DGT intensificará la vigilancia y los controles y multas por alcohol y drogas. Aunque en los próximos meses el foco se pondrá en aquellas acciones inapropiadas que causan accidentes por distracciones, como el uso del teléfono móvil, el consumo de alcohol y drogas entre los conductores sigue siendo una de las máximas prioridades en la agenda de Tráfico.
La campaña de vigilancia, control, y multas por alcohol y drogas
La DGT y los agentes de Tráfico llevarán una campaña especial que transcurrirá durante el lunes, el martes, y el miércoles de esta semana.
Durante esta campaña, y los días en que tendrá lugar, se intensificarán los controles preventivos de alcohol y drogas. El objetivo que se ha propuesto Tráfico es realizar 5 millones de pruebas de detección de alcohol y, al menos, 100.000 pruebas de detección de drogas. Tráfico ha puesto especial hincapié en estas últimas, en el consumo de drogas. Aunque por las cifras que maneja la DGT el número de controles que se realizan para detectar el consumo de drogas sigue muy lejos del número de pruebas de alcohol que se llevan a cabo.
El alcohol y las drogas siguen siendo una asignatura pendiente
Aún siendo conscientes de la peligrosidad que implica ponerse al volante de un coche bajo los efectos del alcohol y otras drogas, en 2017 fueron sancionados más de 100.000 conductores, que recibieron su correspondiente multa por haber consumido alcohol o drogas.
Estos días, por ejemplo, conocíamos el caso de un conductor en Navarra que se enfrenta a una multa de 2.000 euros, a la detracción de doce puntos del carnet, y a un delito, por haber dado positivo en alcohol, y en todas las drogas que son analizadas en las pruebas que llevan a cabo los agentes de Tráfico y, en este caso, de la Policía Foral, entre las que se incluye cannabis, anfetaminas y metanfetamina, cocaína y opiáceos.
Según la memoria anual del Instituto Nacional de Toxicología, el 42% de los 651 conductores fallecidos el año pasado tenían presencia en sangre de alcohol, drogas, o psicofármacos. En el caso de los peatones fallecidos en un accidente de tráfico ese porcentaje ascendió al 34%.