Mañana entran en vigor los nuevos límites de velocidad en carreteras convencionales, que pasan de 100 a 90 km/h. La Dirección General de Tráfico defendía esta medida por dos razones, la armonización de los límites de velocidad en todas las vías convencionales, independientemente de la anchura de plataforma y arcén y mejorar la seguridad. Tras su registro en el BOE a finales del pasado mes de diciembre, ya ha comenzado el proceso de sustitución de señales. Y ya sabemos que la señalización de los nuevos límites de velocidad tendrá un coste de 526.000 euros.
El coste de cambiar los límites de velocidad
Una decisión como esta, la de modificar los límites de velocidad, siempre lleva aparejado un coste. Hace tiempo ya analizamos el coste de una señal de tráfico que se estima puede rondar, si incluir el poste, entre los 90 y los 300 euros.
La sustitución de señales que se ha estado llevando a cabo hoy, para identificar los tramos que estarán afectados por los nuevos límites de velocidad, ha tenido un coste de 526.000 euros (sin IVA). En total se han sustituido 2.719 señales. El coste de esta sustitución de señales, obviamente, lo acarreará el erario público, y por ende el contribuyente, repartiéndose los fondos entre las diferentes administraciones titulares de las vías afectadas, las diputaciones provinciales, los cabildos insulares, las comunidades autónomas y el Ministerio de Fomento.
No es la primera vez que se lleva a cabo una medida como esta. De hecho, ya en 2011 se tuvo que proceder a la sustitución de señales con la entrada en vigor del límite de velocidad general a 110 km/h. En aquel caso, y dada la temporalidad de la medida, se recurrió a una solución económica, reversible y tan socorrida como aplicar un adhesivo sobre las señales. En aquella ocasión el coste de la acción, que se justificó sobre todo por razones económicas – para reducir el consumo de hidrocarburos en tiempos de crisis – fue de 240.000 euros.
Los límites de velocidad y la seguridad vial
Insistimos en que una de las principales razones que justifican esta medida es la de la seguridad vial. Tráfico destaca que en las carreteras convencionales se producen alrededor del 75% de los accidentes con víctimas, de las cuales, y según Tráfico, un 20% fueron consecuencia de una velocidad inadecuada. Probablemente la velocidad no sea el mayor problema detrás de estos accidentes, y haya que perseguir las actitudes que conllevan, en última instancia, las verdaderas razones que provocan accidentes mortales, como las distracciones, o el alcohol.
En cualquier caso, si la medida consigue mejorar la seguridad de las carreteras, y reducir el número de accidentes mortales, la inversión requerida está justificada con creces por el beneficio obtenido.