Cuando Luca de Meo, en el transcurso de la presentación del proyecto de la marca en este lustro, pronunció el prefacio tras el que se desveló el nuevo Renault 5, sabía muy bien la reacción que generaría. De Meo reconocía que el proyecto del nuevo Renault 5 estaba llamado a encender la llama de Renault, consciente del golpe de efecto que suponía una noticia como esta. De puertas para dentro, es difícil imaginar una arenga mejor para la plantilla de Renault. De puertas para fuera, la expectación enardecida para los, cada vez menos, más nostálgicos, que estamos poco acostumbrados a acontecimientos como este. Pero el caso del Renault 5 guarda ciertos paralelismos con proyectos con menos visos de hacerse realidad y, sobre todo, abre un hilo de esperanza en una industria poco agradecida para el que se refugie en el cualquier tiempo pasado fue mejor.
Nos gusta el resurgir de un clásico. A todos. El regreso de un icono como el Renault 5 necesariamente llega a un público muy extenso, que va más allá de un nicho de nostálgicos. Lo muestran las reacciones que generó en nuestro vídeo de Youtube, o que en unas horas lo conocieran cientos de miles de personas en nuestra web, en cifras inéditas para cualquier automóvil, incluso en productos de volumen.
Del efecto Peugeot e-Legend al nuevo Renault 5
En 2018, Peugeot presentaba el prototipo Peugeot e-Legend, uno de los ejemplos más recientes del efecto «Renault 5». En aquel momento, el prototipo de Peugeot causó una gran expectación, a pesar de que el clásico en el que se inspiraba, el Peugeot 504, difícilmente podía estar tan presente en el imaginario del público general como lo está aún el Renault 5, que siguió fabricándose hasta bien entrados los años noventa.
Peugeot había conseguido crear un icono. Y la mejor prueba llegó cuando Peugeot decidió que este prototipo, que ya sabíamos que apenas tenía visos de llegar a los concesionarios, se convirtiera en el protagonista de toda una campaña publicitaria. Y me atrevería a decir que aquella fue una campaña tremendamente satisfactoria. Porque rara vez una acción publicitaria en la que realmente no se muestra un producto es capaz de calar tanto en su público objetivo.
Me pregunto cuánta gente estuvo convencida, por un momento, de que ese futurista coupé acabaría llegando algún día a los concesionarios. Miles de personas, aún hoy en día, siguen firmando la petición para que se produzca ese acontecimiento. Pero lo interesante del caso más reciente, del efecto generado por Renault en este inicio de 2021, es que el Renault 5 sí va a llegar a los concesionarios. Y no solo eso, la puerta está abierta a que veamos el resurgir de otros clásicos, incluido el Renault 4.
El resurgir de iconos automovilísticos, aún con un propósito muy diferente al original, suele funcionar. Existen ejemplos muy claros y recientes, desde la propuesta para todos los públicos, alrededor de la cual gira la gama de toda una marca, con el Fiat 500, hasta la consagración de una nueva marca chic y premium, como MINI, nacida de la reinvención de la genialidad que concibió Alec Issigonis en los años cincuenta del siglo pasado.
Hace años, Frank Stephenson nos contaba cómo había transcurrido el proceso de diseño del nuevo MINI. De cómo habían imaginado la evolución natural que hubiera seguido el Mini original, década, a década, hasta llegar al MINI moderno. Y hoy nos preguntamos cuántos fabricantes podrían seguir los pasos de Fiat, de MINI, de Peugeot, y de Renault, recuperar un clásico, un icono, y erigirlo en revulsivo de la marca y de este nuevo tiempo que vive la industria.
Y por sorprendente que pueda resultar para el nostálgico, el avance del coche eléctrico facilita ese proceso. Un producto más costoso, facilita embarcarse en aventuras de este calibre. Un producto más caro, necesita aportar un mayor valor añadido al cliente. Por otro lado, la relativa flexibilidad que permite la tecnología del coche eléctrico, también puede abrir la puerta al lanzamiento de productos que, por decirlo de alguna forma, se salgan de la norma.
Por último, y ahora siendo realistas, llegará el momento de analizar con calma este proyecto. El Peugeot e-Legend sigue sorprendiendo a propios y extraños, pero nunca podremos tenerlo en nuestro garaje. El Renault 5, por suerte, sí llegará a los concesionarios. Pero aún habrá que esperar un tiempo para que se produzca ese acontecimiento. Por otro lado, las dudas al respecto de este vehículo aún siguen siendo muchas. Siendo eléctrico, no será un coche barato. Pero si nos atenemos a las declaraciones de Luca de Meo, su vocación es la de ser un coche asequible – todo lo asequible que pueda ser un eléctrico – y no convertirse en una propuesta premium, de lujo, de lo cual ya se encargará la marca Alpine (ver los precios de los coches eléctricos más baratos).
Mientras tanto, solo queda preguntarnos cuál será el próximo Renault 5, el próximo clásico que aproveche un fabricante para encender la llama de su marca.
Y también os animamos a practicar un ejercicio de imaginación, ¿qué clásico os gustaría que regresase reinventado en los próximos años?
Imágenes del Peugeot e-Legend:
Imágenes del nuevo Renault 5: