Llenar el depósito de combustible de un vehículo es más caro que nunca: este miércoles (16/03) el precio medio de la gasolina es de 1,854 €/l mientras que el del diésel es de 1,837 €/l… aunque en algunas estaciones de servicio es posible ver cómo rebasan la barrera de los dos euros. Si a esto sumamos una inflación que está en el 7,6% en tasa interanual, nos encontramos con un complicado escenario para el consumidor. Para mitigarlo, el Gobierno ha confirmado que revisará los impuestos de la gasolina y el diésel: esto es lo que podríamos ahorrar si los bajasen.
Este lunes, en el Senado, María Jesús Montero (Ministra de Hacienda) confirmaba que el Gobierno va a revisar la fiscalidad de algunos de aquellos sectores a los que más les está afectando la inflación como ocurre con el de los carburantes aunque no concretó de qué forma se hará: “No quiero anticipar ninguna medida sin pactarlo con los sectores y las formaciones políticas que tienen que acompañar al Gobierno”.
A finales de marzo o principios de abril
Por el mismo camino fueron las declaraciones de Pedro Sánchez en una entrevista concedida ese mismo día en La Sexta. Cuando le preguntaron por estas medidas, respondió: “Va a ser una de las…Va a haber rebajas fiscales, se van a producir”. El presidente no desveló si actuarán sobre el IVA o sobre Impuesto Especial de Hidrocarburos aunque hizo especial hincapié en las reducciones que se han aplicado al primero… algo que podría darnos una pista sobre el camino que tomarán para bajar el precio del combustible.
El Gobierno tendría tres maneras de llevarlo a cabo: bajando el IVA, bajando el Impuesto Especial de Hidrocarburos o bajando ambos. Sea como sea, la decisión llegará a finales de marzo o principios de abril. El Consejo Europeo que reúne a todos los jefes de los países de la Unión Europea (UE) se reunirá los próximos 24 y 25 de marzo y, sobre todo, el 29 de marzo tendrá lugar el Consejo de Ministros donde se aprobará el ‘Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas de la guerra’ que debería recoger estas medidas.
Tres maneras de bajar los impuestos
Apuntábamos antes que en material fiscal, según recoge ABC, habría tres fórmulas para bajar los impuestos de la gasolina y el diésel: modificar el Impuesto Especial de Hidrocarburos, pasar de un 21% de IVA a un 10% como se ha hecho con el precio de la luz o actuar sobre ambos al mismo tiempo. ¿Cuánto ahorraríamos con cada una de ellas?
Bajar el IVA y el Impuesto Especial de Hidrocarburos
Si el Gobierno opta por un IVA del 10% y por rebajar el Impuesto Especial de Hidrocarburos hasta el mínimo permitido por la Unión Europea, los precios bajarían (aproximadamente) un 20%. O lo que es lo mismo: hasta 30 céntimos por litro. La cantidad no sería la misma porque dependería del tipo de carburante: el que más lo notaría sería la gasolina de 98 ya que su carga fiscal es mayor. El efecto sobre la gasolina 95 sería notable aunque no tan abultado, pero en el diésel se apreciaría menos porque su Impuesto Especial de Hidrocarburos hasta, prácticamente, al mínimo.
Bajar el IVA
Reducir el porcentaje de IVA que se aplica a los carburantes es una forma directa y rápida de bajar los precios de la gasolina y el diésel: pasar de un 21% a un 10% supondría pagar entre 15 y 20 céntimos menos por litro de combustible.
Eso sí, hay que tener en cuenta, por ejemplo, que el transporte no notaría demasiado esta medida porque compensan el IVA soportado con el repercutido. Para ellos una solución viable pasaría por acortar las revisiones de precios del transporte vinculadas al combustible o por incrementar las devoluciones.
La Confederación Española de Estaciones de Servicio apunta en el mismo medio que habría que tener en cuenta la situación de aquellas gasolineras que han acumulado combustible para no caer en el desabastecimiento: sobre la compra de esa gasolina y ese diésel pesa el 21% de IVA y si lo venden al 10% supondría una pérdida.
Bajar el Impuesto Especial de Hidrocarburos
La última fórmula consiste en rebajar el Impuesto Especial de Hidrocarburos aunque parece la menos adecuada por dos razones: es una tasa fija a la que no le afecta la inflación y algunos sectores afectados ya están exentos de pagarla.