La cultura del motor debería ser declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Sería mi primer objetivo si dirigiese la Unesco, tenedlo claro. Lo realmente bello y enriquecedor de la pasión por el motor es que en ella hay cabida para todos los gustos y subculturas que quieras imaginar. Descubrir la desmedida pasión existente en Tailandia por los camiones preparados ha sido lo mejor que me ha pasado en semanas de trabajo en un medio de comunicación de motor. Una cultura cargada de excesos, de watios, de luces LED y de altavoces. Pura fantasía.
El vídeo ha sido grabado por 1320video, un canal de YouTube especializado en carreras de aceleración, que en esta ocasión, ha decidido mostrarnos un pedacito de la cultura del motor tailandesa. Una cultura en la que el diésel manda, dando nacimiento a pick-up de altísimas prestaciones, lanchas rápidas con casco tradicional… y camiones preparados. Han podido asistir a un evento donde cientos de camiones con diversas preparaciones se han concentrado, llegando incluso a participar en carreras de aceleración de un octavo de milla.
Muchos de los camiones participantes son usados habitualmente para labores comerciales, como el transporte de ganado, graneles, carga de todo tipo e incluso personas. Estos camiones, normalmente de marcas asiáticas como Isuzu o Hino, están profundamente transformados. La transformación estética incluye pintura artesanal, paneles metálicos grabados a mano, cromados por doquier, decenas – sí, decenas – de espejos retrovisores, decenas de bocinas y muchos tubos de escape. Uno de los camiones llega a presumir de 14 tubos de escape.
Todas las transformaciones son artesanales, pero son de altísima calidad, demostrando en muchas casos una maestría impresionante en trabajos de soldadura y fabricación. Los interiores de los camiones son pura magia, y en ellos, ni una sola pieza permanece inalterada. LEDs chillones por doquier, asientos de competición, salpicaderos de fibra de carbono… y muchos altavoces. Me quedo sin adjetivos para hablar de la potencia sonora instalada en algunos de los camiones. Los altavoces, en muchos casos, están montados por fuera del vehículo. De nuevo, decenas de altavoces.
El puro exceso de esta cultura es tan fascinante como abrumador. Los camiones no solo emiten música a un volumen fuera de toda sensatez, si no que compiten por el mejor sonido de sus escapes. Esto nos lleva cómodamente a las preparaciones mecánicas. Con multitud de preparadores diésel, no es extraño que algunos camiones quintupliquen su potencia original, o monten motores procedentes de camiones de segmentos superiores. Todos son diésel y todos están fuertemente turboalimentados. No hay cabida para la gasolina en esta subcultura.
Prefiero que veáis por vosotros mismos todo lo que Tailandia esconde para amantes del motor en el vídeo que recogemos sobre estas líneas. Merece la pena de principio a fin.