En el mundo del automóvil, por regla general, las innovaciones tecnológicas primero se prueban en competición y después llegan a los coches de calle. Sin embargo algunas muy raras veces esto se produce en el sentido inverso, algo que ha quedado demostrado este 2023 con el Porsche 963 LMDh que este pasado fin de semana corrió las 24 Horas de Le Mans. Su motor V8, todo un prodigio de la técnica, resulta ser un viejo conocido diseñado para uno de los superdeportivos más rápidos y potentes jamás fabricado por Porsche.
De cara a esta temporada del mundial de resistencia (WEC), Porsche decidió volver a la categoría reina de esta competición bajo la categoría Hypercar. Así, el equipo Porsche Penske Motorsport, creó un coche a partir de la homologación LMDh, un coche que si bien debía someterse a ciertas limitaciones en tanto a chasis, caja de cambios o sistema híbrido, tenía libertad para hacer uso de un motor térmico con el diseño y las características que en Stuttgart estimasen oportunas.
Porsche 918 Spyder
Y así fue como Porsche, en lugar de optar por crear un motor nuevo y específico, decidió recurrir a uno de sus motores con más solera fuera de competición, el 4.6 V8 atmosférico de 608 CV que fue creado para el Porsche 918 Spyder. Si bien este motor fue un desarrollo específico para el 918, un coche que además subiría hasta los 887 CV gracias a la adición de dos motores eléctricos, el ingeniero jefe del proyecto 963 Stefan Moser decidió confiar en esta mecánica por su rendimiento, eficiencia y fiabilidad.
Por primera vez, un motor de calle creado en 2013 pasa a ser un motor de competición para 2023, si bien es cierto que en el diseño del V8 del 918 Spyder encontramos mucha influencia del V8 con el que el Porsche RS Spyder ganó las 24 Horas de Le Mans. La adaptación del V8 del 918 al 963 se ha producido además sin demasiadas modificaciones, pues el motor de carreras conserva el 80% de las piezas originales, teniendo como mayores cambios la adición de dos turbocompresores Van der Lee que soplan a 1,3 bares y la limitación de potencia a 707 CV que impone el reglamento. Los turbocompresores se han integrado en el interior de la V para conseguir la mejor respuesta, un diseño que se denomina comúnmente como V caliente y que permite a estos 8 cilindros mantener su arquitectura con 90º entre bancadas y un límite de giro por encima de las 8.000 rpm (8.700 rpm en el 918).