Desde Abril del año 2010 el grupo Daimler (Mercedes y Smart) y el grupo Renault–Nissan establecieron un acuerdo de colaboración en múltiples aspectos que pretendía cubrir todas las carencias de los fabricantes implicados a un coste muy reducido. Sin lugar a dudas hablamos de uno de los acuerdos de colaboración más rentables y exitosos que se han realizado en la última década, teniendo coches como el Mercedes Clase A demostrando que el uso de motores Renault no ha sido tan malo como parecía en un principio. Ahora llegan nuevos retos, y ante el inminente abandono del diésel, Daimler y Renault-Nissan ya están trabajando en su próximo gran acuerdo.
En el Salón del Automóvil de París Renault se ha mostrado sumamente tajante con el abandono de los motores diésel para centrarse, aún más, en los sistemas de propulsión eléctrica ya sea con coches híbridos, híbridos enchufables o coches 100% eléctricos. De este modo, la alianza Renault-Nissan que ya comparte de forma amplia sus conocimientos y estrategias en propulsión eléctrica, ha decidido dar un paso adelante para buscar junto a Daimler un acuerdo que les permita avanzar en el desarrollo y fabricación de baterías en los próximos años.
La tecnología de baterías sigue siendo el aspecto más crucial en el desarrollo de cualquier vehículo de propulsión eléctrica. El coste y densidad energética de las batería es el caballo de batalla de todos los fabricantes, un desafío en el que está inmerso toda la industria para conseguir reducir los costes de este tipo de vehículos, una carrera que hace sumamente importante el establecer acuerdos a múltiples bandas que permitan dividir los costes de desarrollo.
Pero este nuevo acuerdo, aún por confirmar, no quedaría limitado tan solo a la fabricación de baterías. Daimler y Renault-Nissan están en estos momentos desarrollando de forma independiente todo cuanto tiene que ver con asistencias a la conducción y conducción autónoma. Ambos grupos tienen objetivos muy similares para alcanzar los niveles de conducción autónoma 3 y 4 para el año 2020, sin embargo aún es necesario evolucionar la tecnología para conseguir pulir los defectos que presentan estos sistemas en la vida real. A través de este nuevo acuerdo pondrían en marcha un programa de desarrollo conjunto sobre conducción autónoma cuyos frutos llegarían a todas las marcas implicadas: Mercedes, smart, Renault, Nissan y Mitsubishi. Al mismo tiempo esto permitiría reducir los costes de la tecnología e intercambiar una enorme cantidad de información generada por todos los vehículos que instalen esta tecnología conjunta, consiguiendo hacer madurar la tecnología de una forma mucho más rápida de lo que lo haría con los fabricantes trabajando de forma unilateral.