Las usemos o no, las baterías se degradan. El acceso a dispositivos electrónicos, como nuestros teléfonos móviles inteligentes, nos ha llevado a constatar una cuestión tan obvia como que el paso del tiempo, y la utilización, degradan sus baterías. Tu teléfono móvil, por desgracia, ahora no resistirá tanto tiempo con una carga completa como lo hacía cuando lo compraste hace tan solo un año.
¿Con qué rapidez se degradan las baterías de los coches eléctricos?
Una preocupación del usuario y el comprador de un coche eléctrico. La autonomía es un aspecto fundamental de un coche eléctrico, y cuanto mayor, mejor, para el usuario de un coche eléctrico. De manera que el hecho de que esa autonomía pueda reducirse con el paso del tiempo sea un factor cuanto menos preocupante. Y más preocupante cuanto menor sea la autonomía homologada, y real, de que disponía un coche eléctrico cuando salió del concesionario.
La degradación de la batería de un coche eléctrico no es fija, ni constante. No todos los coches eléctricos emplean las mismas baterías, y según la tecnología empleada el factor de degradación también es diferente. Las baterías tampoco se degradan linealmente y su degradación puede variar, ya no solo en función del uso y el tipo de carga empleado, sino también del clima y de las temperaturas a las que está sometida la batería, tal y como refleja el estudio que hemos conocido estos días.
La degradación de baterías no es lineal
Estudiando con que rapidez se degradan las baterías. En 2019, un estudio (Geotab) elaborado por una compañía dedicada a las soluciones de movilidad, sobre 6.300 vehículos eléctricos de flotas y particulares, determinó una media en la degradación de las baterías de los eléctricos analizados del 2,3% anual no lineal, ni acumulativo. En diez años, según este dato, un eléctrico habría perdido un 23% de la capacidad de carga de su batería y, por ende, un 23% de su autonomía.
Una degradación de baterías no lineal. El estudio concluía también que, en ningún caso, las baterías de los eléctricos se degradan linealmente, un 2,3% cada año. Sino que se producen dos momentos en los que la curva de degradación es más acusada, el momento inicial, al que sigue un proceso de degradación moderado y quasi-lineal, y el momento en el que se acerca el final de su vida útil. Por desgracia, el estudio no determina los tramos temporales de esta degradación, ni tampoco qué antigüedad consideran el final de la vida útil del eléctrico.
Revisan la degradación anual de las baterías. En la última actualización de este estudio (Geotab), publicada en septiembre de 2024, han actualizado el índice medio de degradación de las baterías, apuntando a una degradación del 1,8% anual.
Unos eléctricos degradan más sus baterías que otros
¿Qué eléctricos degradan más sus baterías? El estudio apunta a dos casos concretos, el de un Nissan Leaf de 2015, cuyas baterías se degradaron según sus datos un 4,2% anual, y el de un Tesla Model S de 2015, cuyas baterías se degradaron un 4,2% anual. Por desgracia no dan más datos del resto de eléctricos analizados, a los cuales se refieren únicamente como Modelo [del 1 al 11], puesto que existen diferencias importantes, entre vehículos analizados cuya batería se encuentra en el 98% después de tres años de uso, y otros que en cuatro años ya tienen la batería por debajo del 90%.
La refrigeración de la batería afecta a su degradación. De hecho, el estudio muestra los ejemplos del Leaf y el Model S y las importantes diferencias en la degradación de sus baterías, como ejemplo de la diferencia que supone la refrigeración líquida del Tesla, frente a la refrigeración pasiva por aire del Nissan.
El tipo de carga empleada también puede hacer que una batería se degrade a un ritmo mayor, si se emplea con mayor frecuencia carga rápida en corriente continua, que empleando conexiones de corriente alterna. La temperatura y el estrés que se genera en la batería influyen en esa degradación, aunque el propio estudio apunta que la diferencia, aunque observable, no es estadísticamente significativa.
España, peor para las baterías
La temperatura afecta a la degradación de la batería haciendo que, según el estudio, la exposición a temperaturas altas propicie una degradación mayor y, por ende, el contexto regional en el que se encuentre aparcado y se utilice el vehículo eléctrico van a influir en la duración de la batería y el mantenimiento de su autonomía. De manera que los climas más cálidos propiciarán una degradación mayor que los climas con temperaturas más moderadas.
La degradación de la batería en climas cálidos es muy superior. El estudio apunta que, aún no siendo buenas noticias para los usuarios de eléctricos en países como España, seguir unos consejos y unos cuidados, tales como tratar de evitar de aparcar el coche al sol, ayuda a mitigar esta diferencia.
Gran diferencia en la degradación en países cálidos. El estudio estima que en climas en los que al menos cinco días al año se superan los 27ºC – en buena parte de España se alcanzan cifras muy superiores a esas, durante muchos días al año – la degradación en 48 meses puede llegar a ser el triple que la producida en climas con menos de cinco días al año por encima a 27ºC o por debajo a los -5ºC.
Estudio: Geotab
