El DeLorean DMC-12 es un deportivo de los ochenta conocido por todos gracias a su papel protagonista en la trilogía de Regreso al Futuro, aunque sólo los más entendidos saben que tras su bonito diseño con puertas de alas de gaviota obra de Italdesign y una llamativa carrocería de acero inoxidable se esconde un coche que ya en aquellos años era un tanto modesto, siendo lo realmente valioso la historia que hay tras él. Así pues, esa misma historia nos lleva curiosidades como la insólita relación entre el DeLorean y Peugeot, Renault y Volvo.
En efecto, DMC (DeLorean Motor Company) había recurrido a un motor desarrollado por esas tres firmas para mover a su creación. De hecho, la idea inicial de los americanos era utilizar un motor wankel de origen Citroën en posición central, pero fue descartado por problemas de fiabilidad.
El DeLorean DMC-12 utilizaba un motor PRV V6 de 2,8 litros de origen francés
Así pues, el elegido fue el mítico PRV V6 que pasó de posición central a trasera y cuyas siglas corresponden a las tres marcas que lo desarrollaron (Peugeot, Renault y Volvo) en una alianza que se extendió desde finales de los sesenta (los suecos se sumaron en 1971) hasta la bien entrada la década de los noventa, y aunque su objetivo inicial era crear motores V8, algo que hicieron entre 1973 y 1974, se inclinaron por los V6 más económicos y menos sedientos, en parte debido a la Crisis del Petróleo de 1973.
Centrándonos en nuestro protagonista, la versión del PRV V6 correspondía a un 2,8 litros con culata en aluminio de 12 válvulas y bloque también en aluminio y que a pesar de rendir originalmente unos 170 CV su potencia se vio disminuida hasta los 131 CV y 220 Nm de par para poder cumplir la normativa anticontaminación estadounidense.
Por tanto, como ya te habrás imaginado, no estamos ante un coche precisamente rápido, pues con un 0 a 100 km/h en casi diez segundos para las versiones con cambio manual (caja que era suministrada por Renault) ya se consideraba un coche lento dadas sus pretensiones, todo ello unido a una velocidad punta de unos 200 km/h aproximadamente. Además, y a modo de curiosidad, el sonido empleado en la famosa película provenía del V8 de un Porsche 928 y no del V6 del DeLorean.
No obstante, sería un error pensar que el problema radicaba en el bloque francés, pues existieron variantes realmente prestacionales como las que equipaba el Alpine A610 y el Renault Safrane Biturbo que llegaban hasta los 250 CV y 262 CV, respectivamente, gracias a la sobrealimentación mediante turbocompresor, o la joya de la corona escondida bajo el capó del Venturi 400 GT con 408 CV y 520 Nm de par para firmar un 0 a 100 km/h en sólo 5,5 segundas, unas cifras que sí son propias de un deportivo, incluso hoy día.