Comprar un coche nuevo es, salvo contadísimas y excepcionales ocasiones, asumir que en el momento en que tu coche sale del concesionario su valor ya se ha desplomado. La depreciación a partir de entonces sigue un proceso progresivo, que también tiene mucho que ver ya no solo con el tiempo transcurrido desde su primera matriculación, sino también con el kilometraje, su deterioro y, notablemente, en función de la mecánica empleada.
Los coches eléctricos los que más se deprecian
En los últimos años, la agitación que se ha producido en el mercado del automóvil ha llevado a que los eléctricos se convierten en los líderes de la depreciación. Y que un coche eléctrico adquirido a comienzos de 2021 haya reducido su valor residual hasta prácticamente la mitad. Situación bien diferente a la vivida por los híbridos, los coches de gasolina y los diésel, cuyo valor no se a resentido en igual medida.
¿Pero a qué se debe esta depreciación tan acusada y acelerada de los coches eléctricos? ¿Seguirán siendo los líderes de la depreciación? ¿Es un buen momento para comprar un coche eléctrico?
Un eléctrico en 36 meses ha perdido la mitad de su valor
Tal y como publica nuestro colega Ankor Tejero en elEconomista.es, que ha encargado el análisis de datos a Ganvam-DAT, el valor residual de los coches eléctricos a 36 meses ha caído hasta el 52,5%. Una caída de 0,4 puntos frente al valor residual estimado a comienzos de este año. Los híbridos enchufables también acusarían una importante caída del valor residual, que se situaría en el 65,1%.
En ese mismo tiempo, el valor residual de los híbridos (no enchufables) se mantendría en 71,2%, con una mejora de 1,2 puntos frente al comienzo de este año.
El valor residual de los coches de gasolina se mantendría en 36 meses en el 71,5%. Los diésel, por otro lado, perderían una tercera parte de su valor.
¿Por qué se hunde el valor de los eléctricos?
Fundamentalmente podríamos encontrar dos razones por las cuales el valor residual de los eléctricos se ha resentido en los últimos años. La primera, la guerra de precios que ha llevado a que comprar un eléctrico nuevo actualmente sea, en la mayoría de los casos, bastante más económico, dentro del elevado precio de la mayoría de eléctricos, que hace 36 meses. La segunda, la mejora tecnológica que está propiciando que lleguen mejores, y más económicos coches eléctricos, y la certeza de que en los próximos años aún veremos eléctricos mucho mejores y a precios aún más competitivos.
La posibilidad de que el valor residual de los eléctricos siga cayendo depende, sobre todo, de que el precio de los eléctricos haya tocado suelo y de cuán competitivos sean una nueva generación de eléctricos económicos fabricados en Europa (como los nuevos Citroën ë-C3 y Renault 5) y, sobre todo, una nueva generación de eléctricos fabricados en China que amenazan con convertirse en los que copen un pedazo importante del mercado del eléctrico en Europa.
En el primer trimestre de 2021, un Tesla Model 3 de autonomía estándar se situaba en 49.000 euros antes de la aplicación de los descuentos y las ayudas. Actualmente, el Tesla Model 3 ha recibido actualizaciones e importantes mejoras y parte de los 39.760 euros, precios que aún podrían mejorar si Tesla sigue la línea de los últimos días en algunos mercados europeos, Estados Unidos, y China, donde ha aplicado algunas rebajas en un momento en que sus ventas han decelerado (Automotive News).
Los híbridos y la gasolina los que menos se deprecian
Los modelos con motor de combustión, y sobre todo los híbridos, no están acusando una caída de su valor residual tan importante. Pero, por contra, los últimos tres años han vivido un incremento de precios importante, derivado de muchas y muy diversas razones, que van de los problemas que han vivido algunas fábricas por la falta de suministros, el coste cada vez mayor de comercializar automóviles de combustión por la necesidad de reducir las emisiones de los fabricantes, y también por el hecho de que la estrategia seguida por muchas marcas haya sido la de reducir la gama en sus productos más económicos y especialmente las gamas de acceso más asequibles.