El pasado mes de julio debíamos haber conocido el nuevo sistema de etiquetado medioambiental de la DGT, un sistema que debería ser más justo y coherente y del que mucho se ha especulado en base al goteo de declaraciones por parte de los dirigentes de Tráfico. Así pues, en esta ocasión ha sido el subdirector general de Gestión de la Movilidad y Tecnología de la DGT, Jorge Ordás, quien ha dejado entrever la nueva hoja de ruta de ese nuevo sistema de etiquetas con la creación de sub-distintivos medioambientales.
En concreto, en una mesa redonda sobre la movilidad celebrada por la Fundación Pons la semana pasada, Ordás aludió a la posibilidad de desdoblar los actuales distintivos, esto significaría que pasaríamos a contar con una etiqueta C+ y C-, así como otra B+ y B-, algo que según él estarían demandando varios ayuntamientos.
Sin embargo, este desdoble no se basaría en parámetros puramente técnicos, como por ejemplo las emisiones de dióxido de carbono, sino que ha sugerido en la ocupación del vehículo como referencia. Por ejemplo, un coche con etiqueta C en el que viajen dos ocupantes podría acceder a zonas de bajas emisiones o incluso hacer uso de carriles BUS-VAO. De esta manera se fomentaría lo que ha llamado “movilidad inteligente”, que básicamente se puede resumir en penalizar el uso de un coche ocupado por sólo el conductor e impulsar el carsharing y la movilidad compartida como vía para descontaminar las ciudades.
No habrá revisión de las etiquetas hasta 2024 como pronto
Con todo ello, la creación de la etiqueta D sí que parece una realidad asegurada para así poder discriminar a los nuevos vehículos homologados bajo la Euro 6d, una norma mucho más restrictiva que todas la anteriores, pues recordemos que a día de hoy un coche de gasolina matriculado en enero de 2005 (Euro 4) porta en el parabrisas la misma etiqueta C que una que uno acaba de salir ayer mismo del concesionario.
No obstante, más allá de estas especulaciones, la noticia que sí ha confirmado es que no habrá revisión del etiquetado medioambiental como pronto hasta final de la legislatura, es decir, hasta el año 2024, confirmando así las declaraciones de Pere Navarro del pasado mes de noviembre. Este cambio de planes se habría debido a la difícil situación pandémica y emergencia sanitaria que ha atravesado el país, aunque tampoco debemos de olvidar que en el llamado “Plan de impulso” a la industria de la automoción que presentó el Gobierno en junio de 2020, justo después del confinamiento, uno de los puntos que recogía era precisamente la necesidad de renovar el actual sistema de etiquetas medioambientales.