Schweinfurt es una tranquila ciudad alemana, situada en la parte norte del acaudalado estado de Baviera. Es una ciudad donde nada suele ocurrir. Y sin embargo, sus automovilistas han vivido atemorizados durante meses. Porque por la ciudad campaba a sus anchas un individuo – por llamarlo de alguna manera – cuyo pasatiempo era rayar la pintura de los coches aparcados en la calle. Se estima que ha llegado a rayar la friolera de 1.700 coches entre febrero y abril de 2018. Por fortuna, ha pasado a disposición judicial y será juzgado.
Los incidentes comenzaron a principio de 2018, y pronto se extendieron a las ciudades vecinas de Würzburg y el pueblo de Veitshöchheim. Muchos coches aparecían rayados, sus pinturas destrozadas con un objeto punzante y muy duro. Eran rayones deliberados, hechos a mala fe. La policía llegó a establecer un equipo de investigación para dar con el acusado de rayar tantos y tantos vehículos. En abril de 2018 fue arrestado tras una llamada de un testigo, una chica de 24 años que oyó ruidos sospechosos, y pudo ver al sospechoso, yendo de coche en coche.
En sus declaraciones, la testigo afirmó que el sospechoso parecía muy experimentado y metódico. La policía lo arrestó a los pocos minutos de la llamada, con las manos en la masa. Al parecer, los coches eran rayados con un tornillo afilado, que dejaba marcas muy profundas en la pintura. Se le acusa formalmente de rayar 642 vehículos, provocando daños materiales por valor de 930.000 euros. La acusación le acusa de rayar nada menos que 1.700 vehículos, elevando la factura de los daños materiales a 2,3 millones de euros.
Aunque las pruebas para los 1.700 coches son insuficientes, se cree que será condenado a pagar una gran parte de los daños causados. El juzgado dedicará 24 días a analizar todas las pruebas y juzgar al criminal de acuerdo a ellas. Esperamos que se haga justicia: pocas cosas peores hay – en el mundo del motor – que encontrar tu coche rayado a propósito y con saña.
Fuente: DW
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