Salvo casos puntuales hasta la fecha, la compensación del Grupo Volkswagen a los millones de propietarios afectados por el escándalo del Dieselgate se ha limitado a la reparación de los vehículos. Al menos en Europa, en EE.UU. les han obligado a recomprar y achatarrar los vehículos afectados. En nuestro, algunos propietarios han recibido indemnizaciones de como mucho el 10% del valor del coche. Hasta ahora: un juez de Manacor ha condenado al Grupo Volkswagen a devolver el importe pagado por un Skoda Yeti cuyas emisiones habían sido trucadas. ¿Cómo ha conseguido el juez sentar este precedente?
El juez titular del Juzgado de Primera Instancia número 4 de Manacor ha condenado a Volkswagen a devolver a un cliente de Skoda el importe íntegro pagado por un Yeti en 2012 – adquirido en Motor Insular, en Manacor, capital de Menorca – más intereses de demora. El montante total asciende a 19.378,11 euros, y está condicionado a la devolución del vehículo a la marca por parte del cliente. Esta sentencia es pionera en España y Europa, aunque aún podría ser recurrida por la marca. El fallo está fechado el 5 de enero de 2018, y ha sido el resultado de una demanda interpuesta por el bufete de abogados Martínez-Blanco Abogados.
La clave del fallo del juez está en el vehículo adquirido. Hablamos de un Skoda Yeti Greenline, una versión especialmente enfocada a la eficiencia y al respeto al medioambiente. Pensad en una versión Ecomotive o Bluemotion si hablásemos de vehículos SEAT o Volkswagen. Era una versión de baja demanda, y uno de los argumentos esgrimidos por el concesionario a la hora de vender el coche fue precisamente este respeto al medio ambiente. De serie estaba calzado con neumáticos de baja resistencia a la rodadura y una aerodinámica más cuidada así como unos desarrollos más largos para su caja de cambios.
La escasez de ventas de estas versiones Greenline ha sido el motivo que ha llevado al juez a concluir que el motivo principal para su compra, era precisamente su bajo nivel de emisiones contaminantes. En su sentencia, remarca que el resto de atributos del coche – como precio, equipamiento o prestaciones – fueron factores secundarios en la decisión de compra, sin atractivo suficiente para compradores que no se movieran por criterios ecológicos. Esta ha sido la clave de la sentencia, que ha permitido al juez poner en evidencia un error en el consentimiento prestado por el afectado en el momento de la compra.
En palabras del juez, la falta de adecuación del vehículo a las condiciones de respeto al medio ambiente que singularmente se tuvo en cuenta en la adquisición del vehículo determinó una objetiva insatisfacción del comprador, y con ello la aplicación de la doctrina «entrega de cosa diversa a la pactada por las partes». Por ello, el juez reclama a Volkswagen-Audi España y a Motor Insular la devolución íntegra del importe pagado por el vehículo, que junto a los intereses de demora asciende a casi 20.000 euros.
Nota: las imágenes corresponden al Skoda Yeti 2014, tras su lavado de cara.
Fuente: Facua
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