Se avecinan tiempos revueltos. Hay pocos asuntos tan espinosos, e impopulares entre los ciudadanos, como el referente a las subidas de impuestos y la aplicación de nuevas tasas. Estos días se está hablando mucho de la llegada de nuevos peajes, en autovías y autopistas, e incluso se baraja la posibilidad de que estos se introduzcan en toda la red de carreteras españolas. Al hilo de las noticias que se están conociendo estos días muchos conductores han mostrado su preocupación. Mientras tanto, la Dirección General de Tráfico ya se ha pronunciado al respecto, con las últimas declaraciones de su Director, Pere Navarro, consiguiendo que el conductor tenga más razones que nunca para estar indignado y preocupado con la DGT.
¿Habrá peajes? ¿Qué tipo de peajes?
La única realidad, en estos momentos, de los posibles peajes que podrían introducirse en las carreteras españolas es que se desconoce cómo van a implantarse. De hecho, se desconoce si en algún momento llegarán a implantarse. Los únicos indicios existentes al respecto de esta posibilidad residen en algunas declaraciones que desde hace tiempo vienen haciendo miembros del Gobierno, como el propio Ministro de Fomento, que reconocía la necesidad de introducir algún tipo de peaje, o tasa, para financiar el mantenimiento de las carreteras españolas.
Otro de los indicios que apuntan a la introducción de peajes llegaba estos días, por figurar en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia remitido a Bruselas. Un plan que, sin ser vinculante, compromete al Gobierno ante la Unión Europea a llevar a cabo algunas, si no todas, de las medidas que ahí se ven reflejadas.
El Director de la DGT a favor de los peajes
Preocupa que el Director General de Tráfico ya esté apuntando a una modalidad muy concreta de pago por uso de las carreteras, la de incorporar peajes a todas las autovías y autopistas españolas. Insistimos en que aún está en el aire cómo se va a gestionar el pago por uso de las carreteras, e incluso la posibilidad de introducir algún tipo de tasa o peaje. Lo que un conductor debería esperar de una institución como la Dirección General de Tráfico es, como mínimo, cierta prudencia.
Pero preocupa e indigna aún más que el máximo responsable de la DGT se esté mostrando partidario de un peaje en autovías y autopistas sin tomar en consideración la repercusión que podría tener una medida como esta. Y es que más allá de las consecuencias económicas, e incluso sociales, que puede tener una nueva tasa por el uso de las vías de alta capacidad, las más avanzadas, y seguras, la DGT está obviando las consecuencias que un peaje en autovías y autopistas podría tener para la seguridad vial.
La siniestralidad de la carretera según la DGT
Según el informe de siniestralidad – a 24 horas – de 2020 de la propia DGT, fallecieron 870 personas en vías interurbanas, de los cuales un 77% fallecieron en accidentes de tráfico en carreteras convencionales. Las carreteras convencionales son las que menor tráfico soportan, pero también las que presentan unas cifras de siniestralidad más altas y las que cada año se cobran más vidas, más accidentes graves y más conductores, pasajeros, peatones, ciclistas y motoristas heridos.
Recordemos que por cada fallecido en carretera en 2020 hubo 4 heridos, que necesitaron hospitalización, y que probablemente en muchos casos presentaron lesiones incapacitantes y crónicas. Este último dato lo desconocemos, así como el número de heridos hospitalizados como consecuencia de accidentes de tráfico en carreteras convencionales, porque el informe de la DGT no lo refleja.
Los peajes y la siniestralidad vial
También sabemos que las crisis económicas han tenido consecuencias negativas para la siniestralidad y para la seguridad vial. Que el parque automovilístico envejezca, porque muchos conductores no pueden permitirse un coche nuevo que, por razones obvias, es más seguro, afecta negativamente a la siniestralidad. Que la situación económica lleve a muchos conductores a «ahorrar» en mantenimiento en su coche también afecta negativamente a la siniestralidad.
Disuadir a los conductores, con un peaje, de usar autovías y autopistas necesariamente ha de afectar negativamente a la siniestralidad.
Con lo cual lo único que podemos esperar como ciudadanos y conductores es que cualquier medida como esta se tome teniendo en consideración ya no solo la economía, la estabilidad social, o el apoyo de los ciudadanos, sino también las posibles consecuencias que podría tener para la seguridad vial. Y que una institución como la DGT exija que se valore el impacto de un posible peaje en autovías.