Los motoristas pueden ser presa de un estado de trance peligroso o al menos así lo afirma la DGT. En su último número sobre Tráfico y Seguridad Vial se hacía mención a varios estudios sobre el comportamiento psicológico de los conductores de moto como un factor de riesgo, así que nos hemos sentado a leer las fuentes originales. Lejos de aburrirnos, nos hemos encontrado con varios datos interesantes y alguna idea sobre a qué voces escucha este organismo y qué pretende hacer al respecto.
La sensación de fluir sobre la moto, de tener toda la concentración puesta en esa acción, de vivir ese momento y ese lugar concretos sintiéndose liberado de lo accesorio es una sensación muy especial cuyo disfrute experimenta cualquier motorista con un mínimo de experiencia, que se ve acrecentada con el tiempo y a medida que progresan las habilidades a mandos de la misma.
El flow, un estado de trance potencialmente peligroso según la DGT
La revista de la Dirección General de Tráfico ha incluido en su número de diciembre de 2020 un especial dedicado al motorista como especie proteger. Bajo el epígrafe «El motorista en flow» (DGT, 2020, pág.20), la publicación copia prácticamente el contenido de un reciente informe del instituto Dekra dedicado a la Movilidad sobre dos ruedas.
Para quien no lo conozca, dicha institución privada presta servicios de ITV, cursos de formación y seguridad vial, estudios y consultoría entre otras funciones en multitud de países europeos. Aunque está basada fundamentalmente en Alemania, sus frecuentes y completos informes suponen sin duda una fuente de presión e influencia ante la Unión Europea y salta a la vista la atención que la DGT presta a sus publicaciones.
En el estudio citado (DEKRA, 2020, págs. 41-23) se examina el fenómeno denominado «flow», que podría definirse como un estado de profunda concentración en el que el motorista se ve sumido al conducir su moto. Además de experimentar una sensación de control y conexión con la máquina, el texto sugiere que también se puede perder la noción del tiempo y la actitud de cautela consciente, dando paso al subconsciente y al impulso de adoptar un estilo de conducción más arriesgado.
Dado que el cerebro se siente empujado a alargar ese estado satisfactorio que requiere acción y cierto grado de desafío, el fenómeno tiende a retroalimentarse «absorbiendo» al piloto en una especie de trance del que se sale solo ante una fuerte distracción, normalmente asociada a una situación de peligro inminente.
Las conclusiones de este trabajo se apoyan en una investigación del Dr. Falko Rheinberg, publicado en 1991. A pesar de su relativa antigüedad, el estudio del Dr. Rheinberg, quien se ha especializado en la exploración de este estado mental y su influencia en actividades de riesgo, es una referencia leída con atención y citada por otras publicaciones mucho más recientes. Como muestra, este libro de 2019 sobre las evoluciones mecánicas y tecnológicas en el mundo del motociclismo y su impacto en la manera como nuestro cuerpo y cerebro debe adaptarse a conducir nuestras motos.
Ojo si eres mayor de 40 y tienes una moto grande, estás en el foco de atención
El informe DEKRA (pág. 43) cita explícitamente al perfil de motoristas con cierta edad como sector de especial riesgo dado que su capacidad de reacción disminuye. Si a ello se suma que parte ha vuelto al mundo de las motos recientemente y que en teoría pueden permitirse montura de mayor cilindrada, el peligro de este trance puede ser fatal, siempre según dichos estudios.
Pues aquí también hay tela que cortar. El informe DEKRA trae a colación un estudio publicado en 2016 que compara los factores que inciden en una conducción agresiva, habiendo analizado a 247 motoristas que también conducen coche.Tras preguntar por un buen número de experiencias como la hostilidad al conducir, la frustración o la tendencia a adoptar riesgos a pesar de ser consciente, los expertos reconstruyen un patrón de agresividad que puede ser comparado al moverse en coche o en moto.
No obstante, la búsqueda de sensaciones fuertes tiene mayor peso en la conducción agresiva por parte de motoristas, factor muy a tener en cuenta si se combina con ese estado de flow antes citado. Como curiosidad, el estudio sugiere que la percepción de saber ir en moto incita a la peligrosidad, pero que <b>un grado muy alto de experiencia de pilotaje sí que contribuye a mantener una actitud más cauta.
Y la DGT, ¿qué piensa hacer al respecto?
Las voces de todos estas publicaciones coinciden de un modo casi unánime: la medida más efectiva parece ser la formación y la sensibilización. No extraña por tanto que la DGT esté contemplando fomentar la realización de cursos de reciclaje y conducción segura no solo para recuperar puntos sino posiblemente para beneficiar a los conductores con un carnet impoluto.
No acaban ahí los resortes y en el último año, paralelo a la creciente preocupación de las autoridades por la fatal mortalidad de los motoristas, han ido apareciendo otros mecanismos. Desde campañas periódicas de vigilancia o mayor extensión de radares y multas más fuertes, hasta nuevas señales destinadas precisamente a advertir del peligro y recordar la necesidad de estar atentos.
Aquí coinciden las grandes plataformas del sector e innumerables amantes de la conducción en moto: hace falta formar a los agentes, concienciar a otros usuarios e invertir en medios para las vías y otras infraestructuras. Una cosa está clara: en moto o en cualquier otro vehículo todos debemos poner nuestro grano de arena.
Y tú, ¿estás de acuerdo con estas conclusiones? ¿Has experimentado alguna vez este flow?
Nota del autor: si quieres leer las fuentes de primera mano (algunas en inglés o en webs que requieren acceso especial con cuenta académica), no dejes de mirar al pie de este artículo.
Fuentes: Las imágenes de Unsplash atribuyen al autor en el título de las mismas.
– DEKRA (Noviembre 2020). Informe de Seguridad Vial 2020. Movilidad sobre dos ruedas. Stuttgart, DEKRA Automobil, GmbH, disponible en https://www.dekra.es/media/dekra-evs-report-2020-es.pdf (acceso 24.01.2021)
– DGT (Diciembre 2020). Tráfico y Seguridad Vial, nº 256, disponible en http://www.dgt.es/revista/num256/mobile/index.html#p=1 (acceso 24.01.2021)
– Rheinberg, Falko (Enero 1991). «Flow-Experience when motorcycling: A study in a special human condition» en Brendicke, R. et alii, Safety, environment, future. Proceedings of the 1991 International Motorcycle Conference. Bochum, IFJ, disponible en https://www.researchgate.net/publication/284283580_Flow-Experience_when_motorcycling_A_study_in_a_special_human_condition (acceso 24.01.2021)
– Rowden, Peter et alii (Enero 2016). «Motorcycle riders’ self-reported aggression when riding compared with car driving» en Transportation Research Part F: Traffic Psychology and Behaviour, vol. 36, págs. 92-103, disponible en https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1369847815001874 (acceso 24.01.2021 a través de FECyT)
– Spiegel, Bernt (2019). The Upper Half of the Motorcycle. On the Unity of Rider and Machine. Beverly, Quarto Publishing Group USA.