La Dirección General de Tráfico es consciente de que en los últimos años han proliferado las aplicaciones y grupos en los que sus usuarios avisan de los controles de alcohol y radares, compartiendo la posición en la que se ha instalado un control, o incluso la posición de radares móviles, estáticos y en movimiento.
Siendo rigurosos, hay que reconocer que la utilidad de aplicaciones como Waze va mucho más allá de evitar que te sorprenda un radar o te paren en un control. Este tipo de aplicaciones colaborativas es un anticipo realmente acertado de lo que veremos en unos años, de cómo el coche conectado mejorará la movilidad y la seguridad facilitándonos información muy precisa acerca de cualquier incidencia en la carretera.
Ahora bien, la DGT quiere evitar que te chives de los controles de alcohol y radares. ¿Pero cómo pretenden conseguirlo?
Cómo lucha la DGT contra aplicaciones que muestran la posición de un control
La primera estrategia a seguir por Tráfico es la de concienciar al conductor y recordar por qué no debería avisar de los controles de alcoholemia. En el tuit que vemos más arriba se muestra una campaña publicitaria, que no ha sido emitida en España, y que pese a tratar el asunto desde un punto de vista un tanto exagerado, recuerda una de las razones por las cuales no se debe avisar de los controles de alcoholemia, que a menudo son efectivos para interceptar a otro tipo de delincuentes.
No obstante, existen indicios de que en el pasado el chivatazo de la posición de un control de alcoholemia ha tenido como consecuencia accidentes muy graves. Se habría investigado, por ejemplo, si en mayo de 2017 una conductora que atropelló a un pelotón de ciclistas en Gandía conocía la posición de varios controles de alcoholemia y por ello había escogido una ruta para esquivarlos en la que, por desgracia, los ciclistas acabaron topándose con ella.
En diciembre de 2019, un conductor kamikaze de 23 años, que cuadruplicaba la tasa máxima de alcohol, y dio positivo en drogas, acababa con la vida de otro conductor en la A5, tras acceder en la autovía en sentido contrario para eludir un control.
Definitivamente, avisar a conductores ebrios de la posición de los controles de alcoholemia es una mala idea.
La DGT ya actúa trasladando los controles
Siguiendo con el tema de los controles de alcohol y drogas, sabemos que los agentes de Tráfico utilizan este tipo de aplicaciones para conocer cuándo su posición ha sido revelada y así trasladar el control a otra localización. No obstante, el despliegue que se requiere para establecer un control de alcoholemia, generalmente con varias patrullas, la señalización que garantice la seguridad del control y la furgoneta de atestados de la Guardia Civil con el instrumental para llevar a cabo las pruebas, hace que sea complicado y tedioso cambiar frecuentemente la posición del control.
Más complicado aún parece otro de los escenarios que ha estudiado la Dirección General de Tráfico, el de acotar la capacidad de estas aplicaciones, legislando para impedir su uso.
A día de hoy, y por lo reconocido por el propio Pere Navarro, no parece que Tráfico vaya a estudiar la forma de prohibir el uso de aplicaciones como Waze o Social Drive, para centrar sus esfuerzos en otras acciones prioritarias, como las distracciones, o la seguridad de las vías convencionales.
¿Y qué hay de los radares de velocidad de la DGT?
Diferente es el caso de los radares de velocidad. A pesar de que un radar de velocidad no necesariamente ha de estar señalizado, Tráfico ha abogado por avisar de la presencia de controles precisamente como método de disuasión para evitar que los conductores excedan los límites de velocidad. Los radares fijos y de tramo ya están siempre señalizados, su posición es conocida y compartida por las bases de datos públicas de Tráfico y aparecen en la mayoría, por no decir todos, los sistemas de navegación GPS del mercado.
Los radares móviles y camuflados, en cambio, no siempre están señalizados. Pero sí es habitual que Tráfico advierta de su presencia, y también de la presencia de los helicópteros Pegasus, mediante los paneles informativos de las carreteras. De esta forma, el conductor no sabe la posición exacta del radar, pero tiene la seguridad de que un radar camuflado está trabajando en la carretera por la que circula y de que las probabilidades de cruzarse con él son realmente altas.
Avisar de la presencia de radares camuflados en carretera evita multas, pero también disuade a los conductores de superar los límites de velocidad.
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