Solos o acompañados: en algún momento nos hemos venido arriba cuando ha sonado nuestra canción preferida y lo hemos dado todo al volante. A veces el impulso no se puede reprimir, pero tenemos que ser conscientes de que la conducción requiere toda nuestra atención. Razones por las que la recomienda qué música es la más apropiada y, sobre todo, cómo escucharla para evitar las temidas multas.
No, la Dirección General de Tráfico no va prohibir la música mientras conducimos. No en vano, en su momento llegó a dar forma a una lista colaborativa en la que estaban incluidas las canciones favoritas de los conductores españoles. Eso sí, debemos tener en cuenta que la música tiene cierta influencia en nuestras formas al volante porque afecta a nuestro estado de ánimo y éste a nuestra conducción.
¿Qué música es la más recomendable?
La DGT no ha configurado una lista con los últimos éxitos y novedades, sino una con consejos para que escojamos los ritmos más adecuados. Según apuntan, las canciones más seguras son aquellas que tienen un tempo parecido al de nuestro corazón. Teniendo en cuenta que se mide en beats por minuto (BPM), estaríamos hablando de temas con 60-80 pulsos por minutos que son los latidos habituales del corazón.
Un estudio de la Universidad St. John’s de Newfoundland (Canadá) desveló que el ritmo no sólo afecta al pulso cardíaco, también a nuestra actividad cerebral. Con este argumento, la DGT aconseja apostar por música estimulante o por un programa de radio interesante porque nos ayudarán a evitar la somnolencia y la monotonía.
En cuestión de gustos y de géneros no hay una norma escrita, pero Tráfico se hace eco de otro informe. En esta ocasión la Universidad de Dortmund asegura que con el pop-rock se tiende a conducir más rápido y de manera más violenta que con música clásica. A esto añade que las canciones más relajantes, las tertulias y los cursos de idiomas evitan las reacciones agresivas o nerviosas al volante.
Cuidado con el volumen
Ahora que sabemos qué deberíamos escuchar, la DGT establece cómo deberíamos hacerlo. Sus informes apuntan que llevar el volumen demasiado alto puede afectar a nuestra conducción porque podría impedir que escuchemos lo que sucede fuera. Por lo tanto, lo más aconsejable es decantarse por un nivel que nos permita percibir las señales acústicas exteriores sin, eso sí, ser demasiado bajo para que no tenga un efecto somnífero.
Y es que los extremos no son buenos compañeros de viaje porque si un agente considera que llevamos la música demasiado alta nos puede sancionar. ¿La razón? El volumen excesivo es considerado por muchas Ordenanzas Municipales (las encargadas de regular este aspecto) como contaminación acústica: sobre todo entre las 22:00-23:00 y las 8:00 horas, la franja horaria elegida por la mayoría de los consistorios locales.
Son, por lo tanto, los ayuntamientos quienes establecen también las multas que castigan a un conductor cuando el volumen de su coche supera los decibelios máximos. Normalmente utilizan como referencia 87 dB y en función de ese exceso, la cuantía será menor o mayor. En Madrid, por ejemplo, la multa por pasarse 4 dB es de 90 euros. Sin embargo, esta cifra varía de una localidad a otra y en los casos más extremos puede llegar a los 3.000 euros.