La Dirección General de Tráfico sigue incorporando radares para el control de la velocidad. Los primeros nuevos radares que se incorporan este año a la red de carreteras dependiente de la DGT se han estrenado precisamente esta semana, dos nuevos radares fijos que se unen a los que ya se introdujeron el pasado año y a los que previsiblemente se irán incorporando a lo largo de todo el año. Recordemos que el año pasado la DGT anunció la introducción de un total de 78 nuevos radares, los mismos que el equipo dirigido por Pere Navarro encontró al regresar a la dirección de la DGT tras la moción de censura que acabó con el Gobierno de Mariano Rajoy (PP) y situó como Presidente del Gobierno a Pedro Sánchez (PSOE).
Los nuevos radares fijos de la DGT
Como ya venía sucediendo el año pasado, la DGT da prioridad una vez más al control de la velocidad en las carreteras convencionales. Los primeros dos radares que acaban de estrenarse se sitúan en el kilómetro 433,786 de la N-260, en la provincia de Huesca. En realidad se trata de un radar doble, que controlará la velocidad de los coches que circulen en ambos sentidos.
El tercer radar se sitúa en el kilómetro 624,891 de la N-420, en la provincia de Teruel y controlará la velocidad de los coches que circulen en sentido decreciente.
La estrategia para vigilar el tráfico de la DGT
Como os decíamos, la DGT está dedicando sus recursos sobre todo al control de las carreteras convencionales. Esa es la razón por la cual prácticamente todos los radares fijos que se están instalando en los últimos meses están posicionándose precisamente en este tipo de carreteras, que son precisamente las que cada año se cobran más vidas en accidentes de tráfico. Tráfico recordaba precisamente estos días que el pasado fin de semana fallecieron 6 personas, la mitad de ellas motoristas, y que 5 de los accidentes mortales se produjeron en carreteras convencionales.
De ahí que en los últimos meses Tráfico no solo haya aumentado las vigilancias de las carreteras convencionales con los medios de que ya disponía, radares fijos, radares de tramo, patrullas terrestres y patrullas aéreas en helicópteros Pegasus, sino también incorporando tecnologías como los drones de la DGT, si bien es cierto que estos no controlan los excesos de velocidad.
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