Aunque los años de elecciones no sean, históricamente, positivos para el sector del automóvil, estamos convencidos de que la convocatoria electoral habrá aliviado a muchos, especialmente a los más preocupados por la situación del diésel. Primero, por la paralización de algunas de las medidas – sobre todo las referentes al gasóleo – que estaban previstas en la corta legislatura de Pedro Sánchez que transcurrió entre la moción de censura, y la convocatoria anticipada de elecciones. Segundo, porque temas como el del diésel se han aplazado. De hecho, el diésel apenas ha entrado, y muy sutilmente, en la campaña electoral, generalmente junto con el debate del coche eléctrico y, por ende, la transición energética.
El adelanto electoral paraliza las medidas anti-diésel
Conviene comenzar hablando del partido en el Gobierno, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). A pesar de su predisposición a elevar los impuestos del diésel – con objeto de avanzar hacia una equiparación con los de la gasolina – esta medida jamás llegó a llevarse a cabo, primero, por la no aprobación de sus presupuestos de 2019, segundo, porque con la convocatoria electoral no consideró este un tema prioritario, como si lo fueron otros muchos calificados por el Gobierno como de «carácter social y urgente», para legislarse mediante la fórmula del Real Decreto-ley.
PSOE: el diésel, un tabú en la campaña electoral
Desde el momento en que se convocaron las elecciones el diésel se ha convertido en un tabú. El PSOE, de hecho, simplemente se refiere en su programa electoral a la Ley sobre Cambio Climático y Transición Energética, que en su última iteración rebajaba temas tan polémicos como la fecha de prohibición del motor de combustión interna. El PSOE también se compromete a impulsar una «economía descarbonizada» y llegar a un acuerdo con el sector de la automoción para apoyar esa transición. Destaca, sin duda, la ausencia de medidas concretas.
PP: defensa del diésel, ayudas para renovar el coche
El Partido Popular (PP), por su parte, habla explícitamente del diésel en su programa y asegura, primero, que «impulsarán una fiscalidad que promueva la renovación del parque móvil» y, segundo, «que eliminarán las restricciones indiscriminadas a los vehículos diésel». Al respecto de esto último hemos de recordar que las restricciones que se están comenzando a imponer en grandes ciudades se deben, esencialmente, a los instrumentos (como la etiqueta medioambiental) y la potestad que se ha dado a los ayuntamientos para regular el tráfico.
Concretando más, Pablo Casado, líder del PP, aseguraba estos días que, de llegar a la Moncloa, «no suprimirá el diésel» y que propiciará «renovar la flota de coches y dar ayudas para ello».
Podemos: ayudas al eléctrico e inversión en la transición energética
Sin hablar de diésel, el programa de Unidas Podemos (candidatura de Podemos, y sus confluencias, al Congreso), es quizás el que aborda con mayor concreción las medidas propuestas para el sector del automóvil, aunque dejan en el aire la reflexión de si son suficientes. Para avanzar hacia lo que denominan un «horizonte verde», Podemos asegura «bajará el impuesto de matriculación y circulación a los coches híbridos y eléctricos». Aquí hemos de decir que, ciertamente, los coches eléctricos, y muchos híbridos, ya están exentos del impuesto de matriculación. Sí han mostrado su compromiso en subvencionar, con más ayudas que las actuales, la adquisición del coche eléctrico.
También hablan de la creación de un Banco de Inversión para la Transición Tecnológica y Económica (BITTE) que, entre otras cosas, gestionaría las inversiones, ya no solo para el coche eléctrico, sino también para industrias verdes y energías renovables.
Mucha atención a este punto, porque Podemos llega incluso a dar plazos para alcanzar cuotas de venta de coches eléctricos que, a pesar de ser similares a las que se plantean en la Unión Europea, no parecen realistas dada la situación del mercado español. Hablan de una cuota del 25% del eléctrico en 2025, del 70% en 2030 y del 100% en 2040.
Ciudadanos: incentivar coches menos contaminantes
Ciudadanos, por su parte, vuelve a hablar de «incentivos para la renovación del parque automovilístico por modelos menos contaminantes e impulsar la instalación de infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos». También mencionan un punto importante, si bien es cierto que sin concretar demasiado, el de «incrementar el presupuesto de I+D+I para que España sea líder en el desarrollo de baterías para coches eléctricos».
VOX: desincentivar el diésel no es la solución
A pesar de que aún no tiene representación en el Congreso, también merecía la pena analizar las propuestas de VOX sobre este asunto, a tenor de que las encuestas ya reflejan la importancia que podría tener su representación tras estas elecciones. Si bien es cierto no habla de ello en su programa electoral, sí que ha propuesto un programa económico en el que aborda el tema del Impuesto Especial sobre Hidrocarburos y estima que «el encarecimiento relativo del gasoil respecto a la gasolina busca desincentivar la dieselización» y creen que «esta sobrecarga fiscal relativa del diésel no garantiza un menor nivel de contaminación«.
En su lugar, proponen «abaratar en términos absolutos los vehículos que usan las tecnologías más limpias». No hay una propuesta concreta, pero se entiende que sería similar a la del resto de partidos, propiciar ese abaratamiento mediante ayudas y exenciones fiscales.
Tal y como están las cosas, no parece que la posición de cada partido con respecto al diésel, el coche eléctrico, y la transición energética, sea el tema más importante que un elector deba valorar a la hora de elegir el partido político que quiere que le represente. Aunque también es cierto que este tema sí puede tener cierta importancia e incluso ha de ser tratado como un tema de estado si hablamos de transición energética, en todo su conjunto, y de industria. De momento, en cualquier caso, los programas electorales solo reflejan intenciones, y muy pocas propuestas concretas.
También es cierto que es un tema interesante y que, a pesar de que las promesas electorales se cumplan o no, nos puede servir como un punto de partida para entender algunas de las medidas que se llevarán, o no, a cabo, en los próximos años, y también juzgar al Gobierno que salga de las elecciones del 28 de abril.