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La llegada de combustibles alternativos como el biodiésel o el diésel R33 junto al nuevo etiquetado de combustibles ha puesto de manifiesto que lo que hoy repostamos no es solo gasoil. Por ello, son muchas las dudas en tanto a la compatibilidad de los nuevos diésel con nuestro antiguo coche, algo lógico si tenemos en cuenta que el futuro de estos combustibles más sostenibles es ir a más en pos de reducir emisiones. ¿Qué le ocurre a mi viejo coche si reposto biodiésel o diésel R33?
Biodiésel y diésel R33
Desde hace años el biodiésel está presente en el gasóleo que repostamos en las gasolineras españolas, siendo lo habitual encontrarlo bajo la etiqueta B7: 93% gasoil de origen fósil y 7 % biodiésel procedente de aceite vegetales en su mayoría. Esta comercialización también se realiza a través de otras composiciones como B10, B15 o B30, pero con una presencia muchísimo más reducida en el mercado.
Hace tan solo unos días nos hacíamos eco de la llegada del diésel R33, un tipo de biodiésel aún en fase de expansión que pretende convertirse en una alternativa más sostenible que el biodiésel convencional al hacer uso de aceites de cocina usados. Además de prevenir la deforestación a la que se asocia el cultivo para la obtención de biocombustibles, el R33 promete un impacto medioambiental inferior gracias al reciclado de aceites ya usados, por lo que se consigue una reducción de las emisiones de CO2 de hasta el 20%.
No cabe la menor duda, el biodiésel ha llegado para quedarse y cada vez será más habitual que el gasóleo procedente del petróleo reduzca su porcentaje en el combustible que repostamos.
¿Qué problemas pueda presentar el uso de biodiésel o diésel R33?
El simple hecho de no ser gasóleo de origen fósil ya implica hablar de un combustible diferente, lo que supone hablar de otras características y por tanto otra influencia sobre el propulsor. Aún así debemos tener en cuenta que todos los combustibles que podemos repostar, sin importar su origen, cumplen con la normativa DIN EN 590 en tanto a calidad para asegurar su compatibilidad con cualquier motor diésel.
Los posibles problemas podrían darse únicamente en motores diésel muy antiguos o coches procedentes de mercados donde los motores no hayan sido adaptados para funcionar con biodiésel. Dadas las propiedades del biodiésel, los problemas más comunes los encontramos en que se trata de un combustible que ataca el caucho, algunos plásticos y metales con base de cobre, además sus propiedades de lubricación son inferiores, algo que es importante tener en cuenta para motores que no toleren el uso de gasóleo bajo en azufre.
Pero la forma más sencilla de conocer la compatibilidad de nuestro motor con el uso de biodiésel en sus diferentes graduaciones es consultar el manual del vehículo. Ahí se detalla cuál es el grado de compatibilidad del motor, siendo normal ver compatibilidades de hasta B10 o B30. Además, los vehículos más modernos añaden una etiqueta junto a la boca de llenado del depósito alertando del tipo de combustible aceptado.
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