La elección de combustible siempre ha sido un tema recurrente, y el que más dudas ha generado, en el proceso de decisión de compra de un automóvil. En los últimos años se han dado las condiciones perfectas para que la elección de un diésel, un gasolina, o alternativas como el gas, los híbridos, y los eléctricos, generasen aún más dudas en los consumidores. Pensemos que en el último año hemos visto cómo ciudades como Madrid tenían que imponer restricciones al tráfico por episodios de contaminación que se vincularon a las emisiones de los vehículos privados, y más concretamente a los diésel. Hemos visto cómo se desataba un auténtico escándalo en un fabricante de la talla de Volkswagen por la manipulación de las emisiones homologadas de sus diésel. Y mientras tanto, el mercado responde haciendo que los diésel experimenten una pérdida de cuota muy significativa. En otras palabras. Cada vez se venden más coches con motor de gasolina y menos diésel. Pero la pregunta del millón es la siguiente: ¿sigue siendo el diésel una opción atractiva?
En ocasiones el diésel sigue siendo la opción más socorrida y probablemente económica. Hablamos de clientes que recorrerán 20.000, 30.000, 40.000 kilómetros al año, e incluso cifras superiores. Incluso en estos casos es importante hacer números y tener en cuenta si el diésel es la alternativa más adecuada, en función del uso que vaya a hacerse del automóvil, porque no es lo mismo un automóvil destinado a su conducción en carretera, que un automóvil para la ciudad, donde los híbridos probablemente ganen la partida económica.
El hecho de que los conductores españoles recorran en torno a 12.000 kilómetros al año, de media, nos invita a pensar que muchos diésel que se matriculan cada año no recorrerán suficientes kilómetros como para justificar su compra. Razón por la cual llevamos aconsejando desde hace años hacer números y valorar otras opciones, con artículos como «5 preguntas que debes hacerte antes de elegir motor para tu coche«.
Más allá del hecho de que esté justificado económicamente, desde un punto de vista objetivo, y basado en el coste por kilómetro, no deberíamos olvidarnos del tema medioambiental. Los episodios de contaminación a los que nos estamos enfrentando en muchas ciudades españolas nos llevan a imaginar que en los próximos años las restricciones al tráfico privado, y muy probablemente a los diésel, aumentarán. Es difícil imaginar que la prohibición de rodar en las grandes ciudades vaya a extenderse a todos los diésel, como ya incluso se han planteado en ciudades como París. Pero ante la poca información que tenemos como mínimo ese punto debería ser tenido en cuenta en tu decisión de compra, sobre todo a la hora de buscar un diésel más moderno y eficiente (que cumpla con las últimas normativas de emisiones Euro VI) e incluso imaginar un panorama en el que los diésel menos eficientes tengan vetado el acceso a las grandes ciudades.
Ver 10 mentiras y verdades incómodas sobre la posible prohibición del diésel.
De momento no hay previstas restricciones en las urbes españolas a los vehículos más antiguos y contaminantes, ni tampoco a los diésel. Pero tengamos en cuenta que las últimas medidas que se están llevando a cabo, como la creación de nuevos planes de calidad del aire y la instauración de un etiquetado de emisiones, van destinadas a crear un marco logístico que permita restringir el tráfico a los automóviles más contaminantes, y probablemente a los diésel más antiguos.
Ver cómo la DGT ha abierto la puerta a la expulsión de los diésel más antiguos de la ciudad y ¿Quién va a pagar las consecuencias del nuevo etiquetado de la DGT?
Y mientras tanto, ¿qué dicen los fabricantes?
En las últimas semanas hemos asistido a diferentes pronunciamientos oficiales que abogan por el fin de los diésel. Los diésel siguen teniendo mucho peso en las ventas en Europa, razón por la cual su desaparición no sea inminente. Pero sí se está apreciando como en Europa, al igual que ya está sucediendo en España, cada vez se venden menos diésel, en proporción, y más automóviles con motor de gasolina. En las últimas semanas también hemos escuchado a muchos fabricantes que nos han hecho saber que productos que antaño eran eminentemente diésel, como un SUV, se venden cada vez más con motores de gasolina. Por otro lado, encontrar turismos diésel de corte urbano y de pequeño tamaño, de los segmentos A y B, será cada vez más difícil.
Muchas marcas ya están planteando eliminar el diésel en sus gamas más asequibles y urbanas. Solo en el último año, la cuota de los diésel en España ha caído en torno a un 5% frente a la gasolina. Aún así, este año las matriculaciones de automóviles diésel han supuesto un 57% de las matriculaciones totales, muy por encima del 40,2% de los automóviles con motor de gasolina.
Dicho lo cual, el diésel sigue siendo una opción atractiva, pero cada vez menos. Con lo cual, y ante el escenario, de momento incierto, al que nos podemos enfrentar en los próximos años es importante que nos planteemos muchas cuestiones antes de adquirir un diésel. Y también que seamos capaces de responder a preguntas muy relevantes. ¿De verdad necesito un diésel? ¿Por qué necesito un diésel? ¿Existe alguna alternativa al diésel?
Solo así nos aseguraremos, de verdad, de hacer una compra adecuada e inteligente.
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