Se acaba el año. Y eso quiere decir que estamos ante el momento idóneo para reflexionar acerca de lo que ha sucedido en los últimos 12 meses y, en este caso, debatir acerca del presente y el futuro del diésel. Es el momento de aportar datos, de analizar la legislación, las medidas que se han tomado este año, pero sobre todo las que no han podido tomarse aún por la inestabilidad política. Es el momento de analizar las tendencias de los compradores y de llegar a una conclusión muy concreta, que el diésel está tocado, pero ni mucho menos hundido.
El diésel: entre la incertidumbre y la compra inteligente
Nos gustaría pensar que la explicación del desplome de las ventas de diésel tiene que ver con un mejor acceso a la información de los compradores. Durante mucho tiempo alertamos de que las ventajas del diésel eran cada vez menores y que no se entendía que el diésel aún resistiera como la opción mayoritaria en la compra de coches nuevos, a pesar de que sabemos que el kilometraje medio de un automóvil en España está sobre los 10.000 kilómetros al año. ¿Pero ha sido esa la razón por la cual las ventas de diésel se han desplomado?
No es fácil valorar qué ha influido más en este cambio de hábitos en los compradores españoles. Pero no se puede obviar el papel que ha jugado la incertidumbre en que cada vez se vendan menos diésel. Debería preocuparnos el hecho de que, potenciales compradores de coches nuevos, estén retrasando su decisión de compra ante el temor a las medidas que se puedan tomar en el futuro. Debería preocuparnos, por las consecuencias que puede tener para el sector del automóvil y por ende para la economía del país y también porque eso significaría que están manteniéndose en circulación coches más antiguos y por lo tanto más contaminantes e inseguros.
Las cifras del diésel y el parque de automóviles español
A la espera de que se consoliden los datos de diciembre ya podemos ir extrayendo algunas conclusiones de las cifras de matriculación de diésel en los primeros once meses de 2019. El diésel ha seguido retrocediendo y actualmente representa algo más de una cuarta parte de las matriculaciones españolas. Si en 2018 el año cerraba con el diésel en una cuota del 36,1% (cifras de ANFAC), entre enero y noviembre de 2019 esa cuota ha caído hasta el 27,8%.
Mientras tanto, el mercado, también retrocede. La caída de las matriculaciones en estos primeros once meses ha sido del 5,7% interanual, siendo el canal de particulares el que más ha caído, retrocediendo un 12%. Y tal y como reflejan las cifras desglosadas por EstadisticaCoches.com, el canal de particulares es también el que más está acusando la caída de las ventas de diésel. La cuota del diésel entre particulares es ya del 21,46%. Algo más de uno de cada cinco coches nuevos vendidos a particulares son diésel, cuando en empresas el diésel cubre una de cada tres matriculaciones.
La parálisis política aumenta la incertidumbre del diésel
Podríamos asumir que la parálisis política, en tanto ha retrasado la incorporación de medidas que van en contra del diésel, podría haber sido beneficiosa para el gasóleo. Pero de nuevo estaríamos obviando un problema mayor, el de la incertidumbre.
La falta de definición de las medidas que modificarán el marco legislativo y afectarán al diésel no hace otra cosa que redundar en un aumento de la incertidumbre. A día de hoy, a la espera de la investidura de un nuevo Gobierno, lo único que podemos hacer es asumir que prosperaría la candidatura de Pedro Sánchez (PSOE) y que, por lo tanto, en 2020 se llevarán a cabo las medidas propuestas en los últimos meses.
Dos medidas contra el diésel que no han salido adelante
La primera medida que afectaría al diésel, que esperábamos se aprobara este año, y aún sigue en el aire, es la subida de impuestos al gasóleo. El plan inicial pasa por una subida progresiva, alrededor de 3,8 céntimos de euro por litro repostado el primer año y hasta llegar a los 9,55 céntimos de euro por litro repostado en el plazo de tres o cuatro años. Es evidente que esta subida, que pretende equiparar los impuestos de gasóleo y gasolina, reducirá la competitividad del diésel. Pero también es evidente de que sus ventajas, en coste por kilómetro, y sobre todo para recorrer decenas de kilómetros al año, seguirán presentes.
Por otro lado, una segunda medida que afectaría al diésel, pero también a la gasolina. El Gobierno espera introducir una nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética en la que todos los municipios españoles con más de 50.000 habitantes tendrán que establecer áreas de bajas emisiones en las que, previsiblemente, se restringirá el tráfico a coches cuya etiqueta no sea ECO o Cero Emisiones.
El balance de 2019 y el diésel
Si tenemos que hacer balance, por lo tanto, de este año 2019, diremos que el diésel sigue tocado, pero no hundido, a pesar de que la incertidumbre sigue aumentando. Lo positivo, sin duda, que cada vez existen más alternativas al diésel en el mercado, motores de gasolina más eficientes, mayor variedad de híbridos y micro-híbridos que además son más accesibles para todos los públicos, y más opciones a gas (GNC y GLP). También hay cada vez más coches eléctricos – y más baratos – en el mercado, aunque por diferentes razones, y no solo la económica, siguen sin ser una opción para todos los públicos.
Por otro lado, para el diésel 2019 ha sido un año condicionado por la parálisis política. La inestabilidad política ha impedido que se llevaran a cabo dos medidas importantes, para el diésel, y para el automóvil privado, que entendemos saldrán adelante en 2020.
Balance del diésel en 2019
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