A estas alturas muy pocos nos sorprendemos de que cualquier vehículo moderno ofrezca cierta discrepancia entre el consumo homologado y el consumo real una vez nos ponemos al volante. Hasta cierto punto no nos queda más remedio que asumir esta situación como algo «normal», sin embargo una vez más tenemos que hacernos eco del último estudio centrado en el análisis de las diferencias entre consumo real y homologado donde se ha descubierto que la discrepancia media del mercado se sitúa ya un alarmante 42%, y subiendo…
El estudio ha sido realizado por Transport & Environment tomando los datos homologados por los fabricantes y comparándolos con los ensayos realizados por el International Council on Clean Transportation (ICCT) y los datos recopilados por miles de conductores en la web Spritmonitor. Hablamos por lo tanto de un muestreo bastante importante en cuanto a modelos, lo que nos lleva a otorgar un elevado nivel de veracidad en tanto a los resultados de este estudio sobre diferencias entre consumo real y consumo homologado.
Según explica este último informe de T&E, el aumento de las discrepancias entre consumo real y consumo homologado se ha visto acelerado en los últimos años alcanzando una diferencia media del 42%. Para hacernos una idea de cómo la industria automovilística está sacando partido de las lagunas que ofrece el ciclo de homologación NEDC, sólo hace falta observar cómo en el año 2001 la diferencia entre consumo real y consumo homologado se situaba en un 9% de media. Pero como ya apuntábamos en un principio, el problema está en que en los últimos años esas discrepancias se han visto aceleradas encontrando como de 2012 a 2015 la diferencia entre consumos ha pasado del 28% al 42%. Las perspectivas a futuro no son nada esperanzadoras con una tendencia que dibuja una diferencia del 50% de media para el año 2020.
A nivel explicativo, el estudio también compara la previsiones de 2020 entre la tendencia según el actual ciclo europeo NEDC y el WLTP (Worldwide harmonized Light vehicles Test Procedures). Esta comparativa muestra como mientras la homologación bajo ciclo NEDC elevará la diferencia hasta el 49-50%, de emplear el ciclo WLTP esa diferencia se reduciría hasta el 23%. Aún así, s justo puntualizar que el procedimiento WLTP tampoco es una solución a futuro ya que también cuenta con puntos de sensible mejora.
Si dividimos los datos según fabricantes, encontramos como el fabricante Fiat es quien sale mejor parada de este estudio con una diferencia entre consumo real y consumo homologado de «tan sólo» el 35%. Justo al otro lado encontramos al fabricante que más discrepancia ha revelado, Mercedes alcanza un 54% de diferencia entre consumo real y consumo homologado, un dato que según el propio informe es valorado como injustificado. De hecho, se hace especial hincapié en los modelos Mercedes Clase A y Mercedes Clase E con unos resultados muy por encima de la media al alcanzar el 56%. Muy cerca se queda el Mercedes Clase C con una diferencia del 54%.
Para encontrar cómo se ha llegado hasta este escenario, desde el ICCT señalan a un único culpable, el ciclo NEDC y sus graves deficiencias. Por un lado encontramos que el protocolo peca de defectos como obviar la resistencia aerodinámica, la rodadura o la propia desviación del protocolo de medición al no hablar en ningún momento de verdaderas condiciones reales de circulación. Por otro lado, y aunque no menos importante, está la libre interpretación de la norma realizada por los fabricantes para aprovechar el reglamente al milímetro y así optimizar sus mecánicas para conseguir homologar los consumos más bajos posibles. La problemática viene tras comprobar cómo las diferencias entre consumo real y consumo homologado destapan que el ciclo NEDC está cada vez más lejos de la realidad, si es que alguna vez ha estado cerca claro. No hay que olvidar que los fabricantes cumplen con la ley, que podrían esforzarse mucho más, pero que en ningún momento hacen nada que esté prohibido.
Como única solución a este problema que recordemos solo puede verse agravado con el paso del tiempo, a través de este informe se hace un llamamiento a la pronta incorporación del nuevo ciclo de homologación RDE que debería dar un sonado golpe de realidad a la industria del automóvil. Este nuevo ciclo de homologación, todavía en desarrollo, debería ser implantado de aquí a 2020 como una normativa estandarizada para todos los países miembros de la Unión Europea. Con la puesta en marcha del ciclo RDE el ICCT estima que el desvío se reduciría hasta un 5% de media, motivo por el cual son muchos los fabricantes, países y lobbies que están luchando por retrasar la puesta en marcha de este nuevo ciclo de homologación o, por lo menos, rebajar su nivel de exigencia.
Más información: Transport & Environment
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