Por supuesto que es lo mismo, ¿verdad? Sí, pero también no. En la calle, cuando vamos a repostar combustible con nuestro coche, se escuchan expresiones como «échame 50 euros de diésel», o «llénamelo de gasoil, por favor». En ambos casos, lo que entrará en el depósito del coche será gasóleo, pero nos referimos al combustible de forma indistinta como gasoil, gasóleo o diésel. Sin embargo, y entrando ya en detalle, la forma correcta de referirse al combustible sería hablar de gasoil o gasóleo, y no de diésel. Veamos por qué.
Gasoil y gasóleo es lo mismo
Gasoil es un anglicismo para referirse al gasóleo, que es el combustible con el que funcionan los motores diésel. El gasóleo es un combustible de origen fósil derivado del petróleo, un hidrocarburo derivado de los experimentos del año 1892 por parte de Rudolph Diesel, el ingeniero alemán que inventó el motor de ciclo Diesel, del que hablaremos más tarde. El gasóleo se obtiene del refinamiento y destilación del petróleo, y al contrario que la gasolina, no es mezclado con etanol antes de su distribución a la red de distribución de carburantes.
El gasóleo es aditivado, al igual que la gasolina, para que mejore su calidad y su rendimiento sea óptimo en los motores diésel modernos. Estos aditivos pueden incluir agentes limpiadores o lubricantes, entre otros compuestos. El gasóleo que se comercializa en España cumple unas condiciones mínimas de calidad, cetanaje y cantidad de azufre, y es refinado en régimen de monopolio por parte de CLH (Compañía Logística de Hidrocarburos). Luego, puede ser aditivado de forma adicional por la compañía que lo distribuya al gran público.
El gasóleo es menos denso que el agua, con una densidad específica de entre 820 y 845 kilos/metro cúbico. Es decir, 820-845 gramos por litro.
Diésel, motor diésel y ciclo Diesel
Técnicamente, el ciclo Diesel es el principio de funcionamiento de los motores alimentados por gasóleo, llamados comúnmente motores diésel – se ha castellanizado el apellido del inventor del motor. El motor diésel difiere de forma muy sustancial de los motores alimentados por gasolina. En los gasolina, la mezcla de aire y combustible es encendida por una chispa, producida por la bujía. Los motores diésel también tienen cuatro tiempos, pero no hace falta una chispa: la mezcla de aire y combustible se enciende por sí misma, por compresión.
Los motores diésel tienen una mayor relación de compresión que los motores de gasolina, y a causa de ello, son más pesados, ya que necesitan de una construcción más robusta y duradera. La potencia específica de un motor diésel es menor que la de un gasolina equivalente, algo que ha sido solucionado en las últimas décadas gracias a la sobrealimentación. La principal diferencia con un motor de gasolina – también llamado de ciclo Otto – es su mayor eficiencia, gracias a que el combustible que usan contiene una mayor densidad energética.
Los motores diésel giran a un menor régimen que los motores de gasolina y generan un mayor par motor. Es por ello que son hegemónicos en el transporte pesado por carretera – un camión de 40 toneladas con motor de gasolina sería un suicidio económico y medioambiental – estando presentes también en la industria ferroviaria y marítima.
¿Qué tipos de gasóleo existen? ¿Es lo mismo el gasóleo A, B o C?
Los motores diésel queman diferentes tipos de gasóleo. En España, están a la venta tres tipos de gasóleo. El gasóleo A es el gasóleo convencional de automoción, el que usan los coches, camiones o furgonetas. Está formulado para rendir adecuadamente en aplicaciones ligeras y pesadas, y ser plenamente compatible con sistemas anticontaminación modernos. También llamado gasóleo habitual, suele estar bastante aditivado. El gasóleo premium sigue siendo gasóleo A, con una diferente configuración de aditivado, supuestamente priorizando el rendimiento del motor diésel.
Por otra parte, está el gasóleo B, también conocido como gasóleo agrícola. Está optimizado para su uso en maquinaria agrícola e industrial, y su principal peculiaridad es que está teñido de color rojo para evitar el fraude fiscal, ya que gran parte de su carga impositiva está bonificada para favorecer la actividad empresarial – el uso de gasóleo B en coche fue un fraude a la Agencia Tributaria muy común durante años en España, y está severamente penado. No dañaría un motor de coche, pero está menos aditivado que el gasóleo de automoción.
Por último, existe un gasóleo C. Se utiliza principalmente en las calefacciones, pero también puede ser empleado por maquinaria pesada o industrial. Es un combustible menos refinado que los gasóleos A y B, y cuenta con mayores cantidades de azufre y parafinas en su composición. No sería apto para su uso en la mecánica diésel de un coche. Otra peculiaridad del gasóleo C es que no es inflamable a temperatura ambiente, resultando más seguro para su uso doméstico.