Los Dodge Challenger son verdaderos muscle cars. Coches que van mejor en línea recta que en tramos revirados, coches que derrochan potencia, actitud políticamente incorrecta y diseño retrofuturistas. Hace escasas semanas Dodge anunciaba el lanzamiento de los Challenger SRT Hellcat Redeye de más de 800 CV, así como el lanzamiento de versiones Widebody con el paquete Scat Pack. La gran novedad es que ahora Dodge ofrece un «Demon Lite», un dragster de producción mucho más barato, basado en el Challenger R/T, y apellidado Scat Pack 1320. El número «1320» no es una casualidad.
Una pista de carreras de aceleración estándar tiene un cuarto de milla de longitud, algo más de 400 metros. Estas pistas tienen una longitud de 1.320 pies, si usamos el sistema imperial americano. El Dodge Challenger R/T Scat Pack 1320 está basado en los Challenger R/T Scat Pack, a los que se suman una serie de elementos derivados de otros Challenger más potentes, e incluso soluciones técnicas para mejorar tiempos en el cuarto de milla, directamente sacadas del icónico Demon. Y lo mejor de todo es que su precio arranca en sólo 45.980 dólares, la mitad de lo que costaba el Demon.
Ahora bien, el Scat Pack 1320 no puede presumir de potencia Hellcat ni de una mecánica sobrealimentada. Emplea un motor 6.4 V8 HEMI, un atmosférico de 492 CV de potencia que hemos ya probado en los Dodge Challenger R/T Scat Pack Shaker y los Dodge Durango SRT. Este motor va asociado a una caja de cambios automática de ocho relaciones y convertidor de par, de origen ZF. Aunque es un coche pensado con el drag racing en mente, sigue siendo legal circular con él en carretera y tiene comodidades como un equipo de infotainment Uconnect con pantalla de 8,4″ o un sistema de climatización.
Ahora bien, presenta muchas diferencias con otros Challenger. Para empezar, su capó procede de los anteriores Challenger Hellcat, y en su carrocería podemos encontrar el logotipo de la abeja «Scat Pack» con la cifra 1320 como subrayado. Mecánicamente disfruta de una suspensión adaptativa puesta a punto por SRT, así como un modo «Drag» en su selector de modos de conducción. Además de un sistema Line Lock -también conocido como asistente de burnouts– cuenta con un sistema TransBrake heredado del Demon. Un «freno» para su caja de cambios, que permite que aceleremos en parado, con una marcha engranada.
Los «TransBrake» son soluciones de aftermarket usadas por los aficionados al drag racing, que fueron implementadas de serie en los Demon, y ahora en los Scat Pack 1320. Mantiene frenado el eje de salida de la caja de cambios mientras aceleramos, generando un elevado par motor. Cuando soltamos el freno, todo el torrente de potencia pasa de golpe al tren trasero. Tren trasero cuyo diferencial y palieres han sido reforzados, para soportar la dureza de las carreras de aceleración. Sus neumáticos son unos Nexen SUR4G, neumáticos para drag racing, de medidas 275/40 R20 en ambos ejes del coche.
En cuanto a sus prestaciones, hace el 0 a 96 km/h en sólo 3,8 segundos -0,3 segundos menos que un Scat Pack convencional- y es 0,3 segundos más rápido en el cuarto de milla: lo completa en sólo 11,7 segundos, cruzando la línea de meta a 115 millas por hora (185 km/h). Se puede encargar en una gran variedad de colores, entre los que se cuentan tonalidades clásicas como Go Mango, B5 Blue o Plum Crazy.