Desde Europa, buena parte de los amantes del motor siempre ha mirado con cierta envidia al mercado automovilístico de Estados Unidos. ¡Qué bonita pelea mantenían el Ford Mustang, el Chevrolet Camaro o los Dodge Charger y Dodge Challenger! Hablamos en pasado porque la electrificación de la industria automotriz es inevitable. No, Dodge tampoco ha podido escapar y convertirá sus ‘muscle cars’ con motor V8 en coches eléctricos.
Aunque el Dodge Charger como el Dodge Challenger son dos instituciones en el segmento de los ‘muscle car’, todos podíamos intuir cuál sería el próximo capítulo de su historia. A finales del año pasado, Dodge anunció que, en 2023, dejaría de vender las versiones más radicales equipadas con el V8 Hellcat.
Ni plataforma ni motor Hemi V8
Hubo cierta esperanza cuando los rumores apuntaban a que la próxima generación de los ‘muscle cars’ de Dodge incluiría, al menos, una versión equipada con un V8. La llama no tardó en apagarse: un portavoz de la marca explicó a Motor1 que la información era “incorrecta” y confirmó que los próximos Dodge Charger y Dodge Challenger serán eléctricos.
Así las cosas, después de 2023, el motor Hemi V8 y la plataforma LX desaparecerán. Lo cierto es que los actuales ‘muscle cars’ emplean versiones modificadas de esta arquitectura diseñada por Chrysler en 2005: el Charger se asienta sobre la LD y el Challenger sobre la LA, diseñadas para acomodar motores V6 y V8 junto a la transmisión automática de ocho velocidades y al sistema de tracción trasera.
2024: el primer ‘muscle car’ eléctrico
El Dodge Challenger seguirá siendo un coupé y el Dodge Charger una berlina de cuatro puertas, pero, evidentemente, todo cambiará bajo sus carrocerías. La decisión coincide con el rumbo que ha tomado Stellantis, la empresa matriz de Dodge: el grupo espera que, en 2030, el 50% de sus ingresos en Estados Unidos provengan de los vehículos con baterías.
El cambio de tercio de Dodge llegará en 2024 cuando lance su primer ‘muscle’ car eléctrico: fue anunciado el año pasado y parece que no tardaremos mucho en conocer la vista previa del modelo de producción. Todo apunta a que estará asentado en la nueva plataforma STLA Large de Stellantis (una de las cuatro bases eléctricas que el grupo está desarrollando además de la STLA Small, STLA Medium y STLA Frame).
En el caso concreto de la elegida para el ‘muscle car’ eléctrico de Dodge, es compatible con estructuras mecánicas que pueden desarrollar 170-245 CV o 204-449 CV. Las versiones más prestacionales podrían superar los 1.000 CV combinando la presencia de dos o tres módulos. Admitirá, por otro lado, baterías con una capacidad que oscilará entre los 101 y 118 kWh prometiendo, así, una autonomía máxima de 800 kilómetros. Y tendrá, además, un sistema eléctrico de 800 voltios para las recargas.
El final de los ‘muscle car’ equipados con un V8 es un hecho y el único consuelo que puede quedar para los más ‘petrol head’ reside en la esperanza de que llegue una última versión especial antes de que la electricidad haga acto de presencia.