En ocasiones, ciertos proyectos automovilísticos, emprendidos por aficionados, nos llaman poderosamente la atención. En este caso no estamos hablando del Lada de 16 cilindros de Vladimir o un Bentley Continental GT convertido en un tanque. Estamos hablando de una Dodge Ram de primera generación en la que se ha transplantado un motor muy peculiar. No es un motor 6.2 V8 Elephant de un Hellcat – eso sería directamente predecible – o un motor bóxer de origen Porsche. No, estamos hablando de un motor Predator de 212 centímetros cúbicos y 6,5 CV, diseñado para su uso en… segadoras.
Y lo mejor de todo es que la Dodge Ram es completamente funcional, una vez está equipada con este pequeño propulsor. Pero vayamos por partes. Todo empezó cuando un amigo de Carson Buba decidió regalarle una Dodge Ram sin motor, que llevaba tiempo parada en su propiedad. Un coche que podría perfectamente haber acabado en un desguace sin que nadie hubiera derramado una lágrima por él. Pensó entonces, ¿por qué no instalarle un pequeño motor y ver qué ocurre? Un pensamiento que va en dirección contraria al de muchos otros petrolhead, que hubieran buscado un enorme V8 para transplantarlo en su chasis.
El motor elegido fue un «Predator», un motor mucho menos dramático de lo que su nombre sugiere. Es realmente un motor para bombas, generadores y pequeña maquinaria, como un cortacésped o un motocultor. Un propulsor monocilíndrico de carburación, con 212 centímetros cúbicos de cilindrada y una potencia de sólo 6,5 CV. Para un kart podría ser suficiente, ¿pero para toda una Dodge Ram? La primera prueba de fuego fue montar el motor en el chasis de la Dodge Ram 50, asociándolo a su caja de cambios manual de fábrica, de cinco relaciones. Hubo que diseñar una nueva cuna para el motor, además de un rudimentario sistema de transmisión.
El motor tiene un embrague centrífugo, que mediante una cadena transmite la fuerza a la caja de cambios de cinco relaciones de la pick-up, en cuya entrada se ha soldado un engranaje con sesenta dientes. El tirador del aire del motor carburado se ha controla desde el salpicadero de la Dodge Ram, y la cuerda para arrancar el motor está discretamente escondida en el paso de rueda delantero. El cable del acelerador del coche acciona el acelerador del motor, como lo haría en un coche normal. Soluciones elegantes y muy bien integradas para lo que al final es el juguete de un aficionado a la mecánica.
Aunque sus prestaciones son realmente bajas, funcionan todas sus marchas y es capaz de llegar a unas 20 millas por hora. No es un coche útil ni práctico, pero como entretenimiento está realmente logrado.
Fuente: Jalopnik
