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Te habías olvidado de este supercoche con motor de Fórmula 1 que se quedó en producción por culpa de la crisis en Japón

En el Salón de Tokio de 1989 se mostraría el Dome Jiotto Caspita, que con su espectacular línea, se le llamó el ‘F1 para la carretera’. De hecho, es que montaba el motor V12 1235 que Subaru encargó a Moderni, el 3.5 que se diseñó para la Fórmula 1 – Minardi lo probaría después de haber llevado el V6 turbo en años anteriores, como también lo utilizaría Coloni. Estaba inspirado en los prototipos del Grupo C (de hecho, los Alba AR20 utilizarían el mismo motor), una línea mucho más avanzada que el Dome Zero que hizo popular a la compañía japonesa.

El Jiotto Caspita original montaba un V12 proveniente de la Fórmula 1

El alerón trasero estaba incorporado en la carrocería, en lugar de ir aparte, mientras que las entradas de aire laterales como si de un monoplaza se tratara se encargaban de la refrigeración del V12 3.5 que daba unos 450 caballos, pasando de 0 a 100 en 4,7 segundos. De hecho, era un alerón trasero retractable, contando también con suspensión activa con control electrónico (algo que también se desarrollaba en Fórmula 1 en aquellos años), similar al Isuzu 4200R o al Mitsubishi HSR-II del que ya hemos hablado en alguna ocasión.

El chasis de aluminio y fibra de carbono estaba hecho por Mitsubishi Rayon con una técnica de ‘sándwich’ de capas de cada material, resultando en un peso en vacío de tan solo 1.100 kilogramos. Este F1 para la calle fue muy bien recibido y esto llevó a que se pretendiera fabricarlo en serie, aunque hubiera sido una producción muy limitada a tan solo 30 unidades (lo que hubiera implicado un precio desorbitado).

Para su segunda encarnación, pasaría a tener un Judd V10 también proveniente de la F1

El Dome Jiotto Caspita repostando, visión lateral que resalta su diseño aerodinámico.

¿Jiotto Caspita? ¡Cáspita! Estaréis pensando algunos. Y, en efecto, por eso mismo se le llamó así, por la expresión que se origina del italiano para describir la reacción de la gente al ver el coche por primera vez. No es muy diferente al curioso origen del nombre Countach, si uno se para a pensar.

Para el año siguiente, el proyecto de Subaru y Motori Moderni resultó ser un fracaso colosal y se abandonó, de modo que Dome optó por un Judd GV V10 también proveniente de la Fórmula 1 – en este caso entregaba unos 585 caballos y 374 Nm de par motor. Un motor más potente y compacto que hacía que, con un peso en vacío de 1.240 kilogramos, el Jiotto Caspita MKII pasara de 0 a 100 en 3,4 segundos, cifras comparables a las de deportivos modernos. En ambos casos, el motor se montaba en posición central longitudinal acoplado a una caja de cambios de seis marchas fabricada por Weismann, alcanzando con el Judd unos supuestos 320 kilómetros por hora (Supercars).

La situación económica de Japón terminaría por enterrar el proyecto de Dome

Un superdeportivo con motor de Fórmula 1, ligero, potente y con apariencia de Grupo C (que acabarían montando motores 3.5 atmosféricos como los F1 al final de sus días) ¿Qué ocurrió? Sencillo: la burbuja de la inmobiliaria de Japón estalló en 1993 y Dome canceló todos los planes que tenía para comercializar el Jiotto. Se quedaría como uno de muchos prototipos espectaculares para el recuerdo, uno de muchos que nos dejaron aquellos años en tierras orientales.

Eso sí, Dome continuó trabajando en proyectos de competición, llegando a participar en varias ocasiones en las 24 Horas de Le Mans además de correr en SuperGT – suyos son los chasis de los Toyota GT86/Subaru BRZ que corren en GT300, así como los F111/3 de la Fórmula Regional Japón. Incluso tuvieron un prototipo de Fórmula 1 en 1995, el F106, con la intención de competir en 1997, hasta que Mugen/Honda se interesó primero por Prost y después por la llegada de BAR.

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David Durán

Habiéndose criado a pocos kilómetros del Circuito de Jerez y viendo cierto trío de ingleses hablando de coches desde pequeño, para David Durán decantarse por el mundo del motor no le fue difícil. Desde que se cruzó con un Ferrari F40 y un Lamborghini Diablo en plena carretera en un 'simple' viaje familiar, siempre ha querido estar ligado a la automoción. Seguir leyendo...

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