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3.000 CV, un V8 de 8,8 litros y materiales dignos de la NASA para el restomod más salvaje que verás este año

Hace unos días tuvo lugar el SEMA Show en Las Vegas (EE.UU.). Esta feria es una de las más importantes del mundo en cuanto a tuning, preparaciones y aftermarket. Es la feria donde cualquier empresa del sector debe estar, y es donde muestran lo mejor que son capaces de ofrecer. En el SEMA Show hemos visto muchos 4×4 preparados, clásicos, deportivos modernos y bestias como esta: tiene casi 3.000 CV, un V8 de 8,8 litros y materiales dignos de la NASA. Es sin duda, uno de los restomod más salvajes que verás este año.

Así es Doughboy, un Chevrolet Chevelle con casi 3.000 CV

Y esa afirmación no es baladí, especialmente teniendo en cuenta que hemos conocido en el propio SEMA productos tan bestiales como el Invadr de Ringbrothers, basado en un Buick Grand National GNX. En esta caso la base es un Chevrolet Chevelle del año 1970, un muscle car de dimensiones generosas que de fábrica podía montar motores V8 de hasta 7,4 litros y 450 CV de potencia. Sin embargo, 54 años después de su nacimiento, este Chevelle ha multiplicado por seis su potencia, convirtiéndose en una bestial oda a la mecánica.

La pregunta no es «¿por qué», es «¿por qué no?»

Fotos del Chevrolet Chevelle de Blazin Rodz

DOUGHBOY, un descabellado restomod con 3.000 CV y V8 de 8,8 litros. Diseño impresionante.

Lo primero que hay que dejar claro es que de Chevelle, esta bestial creación de Blazin Rodz tiene sólamente partes de su carrocería. Su chasis, para empezar, ha sido creado desde cero por Art Morrison Enterprises: está construido con piezas mecanizadas y emplea las geometrías de un Chevrolet Corvette C7 para su diseño de suspensiones. Aunque aun es reconocible como un Chevelle, su carrocería está construida en fibra de carbono y acero, con un bestial kit aerodinámico que parece salido de un relato de ciencia ficción.

No solo está extremadamente ensanchado, si no que su motor expuesto es parte integral de su diseño. Sus neumáticos traseros alcanzan los 345 mm de ancho, y por cierto, son unos Michelin Pilot Sport Cup 2 de alto agarre. La suspensión del coche es completamente nueva, con brazos de aluminio mecanizado. Pero sin duda, la joya de la corona es su motor. Un V8 de 8,8 litros, un motor fabricado desde cero por Brodix, con componentes internos forjados, bloque mecanizado, y sobrealimentado por dos «caracolas» Precision Turbo de 83 mm de diámetro.

Su motor se ha desplazado 38 cm hacia el centro del coche para equilibrar el reparto de pesos

Este Chevelle Doughboy presenta un V8 de 3,000 CV y un diseño restaurado que impresiona.

Estos enormes turbos permiten al motor desarrollar la friolera de 2.800 CV. No, no es una errata. Este motor de competición emplea dos bombas de combustible Aeromotive y una gestión electrónica Motec a medida. Su caja de cambios es una 6XD secuencial de seis relaciones, con un actuador de XAP Technologies que le permite cambiar de marchas en solo 30 milisegundos. En su interior, además de aireadores de Mercedes y los asientos de un BMW M3, encontramos el volante personalizado de un Audi R8, cuyos mandos y funciones han sido modificadas.

El coche es completamente funcional, pero con semejante potencia, algo nos dice que solo será usado en exhibiciones o pistas de aceleración. ¿Te convencen este tipo de preparaciones?

Fotos del Chevrolet Chevelle de Blazin Rodz

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Sergio Álvarez

Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...

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