Al pequeño fabricante Drako lo conocimos hace tres años cuando, en durante la Semana del Automóvil de Monterrey 2019, presentó un superdeportivo bautizado como Drako GTE. Ahora llega el segundo modelo de la marca, un SUV de lujo definido por ellos mismos como “el más potente y rápido de la historia”. ¿Qué argumentos tienen para hablar así del Drako Dragon?
El Drako Dragon está equipado con cuatro motores eléctricos: cada uno de ellos se ubica en una de las cuatro ruedas y se encarga de controlarla. Juntos desarrollan una potencia de 2.028 CV, lo que le permite pasar de 0 a 100 km/h en 1,9 segundos y alcanzar una velocidad máxima superior a los 322 km/h.
No han desvelado la capacidad del paquete de baterías que alimenta a esos cuatro motores, pero sí la autonomía que promete: 676 kilómetros. Admite, además, una potencia de carga de hasta 500 kW para recuperar el 80% de la autonomía en diez minutos. Sólo queda por encontrar estaciones de recarga que entreguen tal potencia.
Un deportivo elevado
A la hora de dar forma a estos argumentos, hay elementos que juegan un papel relevante. Uno de ellos es el diseño: está firmado por un ex de Pininfarina, Lowie Vermeersch, que ahora cuenta con su propia firma (GranStudio) y es, además, el Jefe de Diseño de Drako. El punto de partida es una estructura de fibra de carbono sobre la que se ha concebido un SUV con una generosa altura libre al suelo, que mide 5,05 metros de largo, 2,06 metros de ancho y 1,60 metros de alto. Su peso es de 2.254 kilos.
Bajo esa silueta coupé, el Drako Dragon es un SUV que, más bien, parece un superdeportivo elevado. Sus líneas están muy esculpidas y buscan la mejor aerodinámica: según explica la marca, el flujo de aire pasa a través de las grandes tomas de aire, que están situadas en la parte delantera, y luego es guiado hacia el difusor trasero. Los paneles de la carrocería están hechos con fibras naturales sostenibles para mejorar la rigidez (son ultrarresistentes y ligeros) reducir el peso y minimizar el uso de plástico hasta en un 70%.
En el frontal, los faros LED enmarcan la enorme salida de aire situada en el capó y es en el perfil donde encontramos las novedades más llamativas: los retrovisores no son espejos, sino pequeñas cámaras, las llantas son de 23 pulgadas y el acceso al interior (con espacio para cinco personas) se hace a través de las puertas de mariposa.
Máxima tecnología
En el habitáculo del Drako Dragon el despliegue de tecnología es absoluto: tras el volante, donde están todos los controles, se encuentra el panel de instrumentos digital cuya pantalla se puede personalizar. A su derecha, una pantalla táctil y flotante de 17,1 pulgadas preside la consola central. Y el retrovisor interior ha sido sustituido por una pantalla.
No han escatimado en este tipo de equipamiento: en el respaldo del asiento del conductor y en el de su acompañante (hechos de fibra de carbono) hay dos pantallas más destinadas a los conductores de la fila trasera. Todo se controla a través del sistema Drako DriveOS NanoControl, que usa una sola ECU multinúcleo con la que se maneja el panal de instrumentos, el infoentretenimiento, la navegación, el sistema HVAC, pantalla de instrumentación, los DAS, la batería…
Para el revestimiento del interior del Drako Dragon se ha elegido un cuero en tono beige, el mismo que lucen las partes de moqueta: el contraste lo ponen las costuras en contraste de color naranja y el negro del salpicadero.
Los planes para el Drako Dragon
Ser el SUV “más potente y rápido de la historia” tiene un precio y no es, precisamente, pequeño. El Drako Dragon arrancará en 290.000 dólares (278.000 euros, según el cambio actual) y las reservas para las primeras 99 unidades (el modelo First Edition) ya están abiertas: sólo se requiere una reserva, reembolsable, de 5.000 dólares. La producción arrancará en 2026 y planean lanzar al mercado, cada año, 5.000 ejemplares del Drako Dragon.
