El Lamborghini Diablo está de vuelta con nosotros. Excepto que ni se llama Lamborghini ni Diablo: se trata del Eccentrica V12, el cual se estrena en la carretera tras un año de estudio e ingeniería y un tour inicial en distintas partes del mundo. Se trata de un Diablo modernizado y mejorado, manteniendo la esencia del motor V12 en posición central que a tantos enamoró durante la década de los noventa.
El Diablo sigue vivo con el Eccentrica V12
Estéticamente, es casi un calco del Diablo original presentado a principios de los noventa, un diseño muy limpio sin alerones ni el parachoques que protruía hacia atrás (y que en algunas versiones provocaba problemas con las temperaturas de las salidas de escape). Mide 4,437 metros de largo (23 menos que el Diablo original), unos impresionantes 2,143 metros de ancho (103 milímetros más) y 1,114 metros de alto, 9 más que el modelo original. La distancia entre ejes crece en 15 milímetros hasta los 2,665 metros para que sea más estable a altas velocidades.
En los faros delanteros se observa una curiosidad, pues son técnicamente faros escamoteables, pero se retiran hacia atrás en lugar de hacia arriba, de manera que no afecta al coeficiente aerodinámico. Cuando las luces están encendidas recuerda a los Diablo post restyling, los que utilizaban los mismos faros del Nissan 300ZX Z32 (con el logo de Nissan tapado por la propia carrocería).
No se trata de un coche de potencia loca, pero sí respeta las especificaciones del Diablo original: hablamos de un V12 5.7 de 550 CV a 7000 RPM y 660 Nm a 6500 RPM con cuatro válvulas por cilindro, enviando la potencia a las ruedas traseras. Con respecto al Diablo original cambia el árbol de levas así como unas mariposas electrónicas para asegurar que la entrega de potencia sea fluida. El conductor tiene un dial en el que puede escoger el mapa motor para ajustar la entrega de potencia.
Esta bestia alcanza la velocidad de 335 kilómetros por hora según cifras oficiales – también lleva una centralita electrónica nueva además de un sistema de inyección de combustible multipunto. El chasis se ha reforzado con fibra de carbono y paneles compuestos, lleva suspensión de doble brazo en los dos ejes, frenos de disco de 380 mm delante y 345 mm detrás con pinzas Brembo de seis pistones delante y cuatro detrás, amortiguadores semiactivos y dirección asistida, algo que no tenían los Diablo fabricados entre 1991 y 1994.
Cambios sutiles para el restomod de un clásico que apareció en miles de posters en todo el mundo
Además de los ligeros cambios en las dimensiones (no tan ligeros si hablamos del ancho), la idea es que se mantenga con el mismo peso o menos que el Diablo original, lo que equivale a unos 1.625 kilogramos en vacío. La distribución del peso es la misma, con un 41% en el eje delantero y un 59% en el trasero, aunque se eleva unos 10 milímetros más con respecto al suelo. El V12 está acoplado a una caja de cambios manual de seis velocidades con relación corta, en vez de una de cinco marchas.
En gran medida, respeta muchas de las cualidades del Diablo, empleando el mismo motor de base (ni se aumenta la cilindrada, ni cambia la relación diámetro/carrera ni el orden de encendido de los cilindros). Los paneles exteriores están fabricados en fibra de carbono en lugar de una aleación de aluminio como sucedía en el Diablo original.
Este Eccentrica V12 será uno de los principales protagonistas del evento ‘The Quail, A Motorsport Gathering’ que tendrá lugar el próximo 16 de agosto en la semana del automóvil de Monterey, California. Un año después de mostrar el prototipo original, Eccentrica (con sede en San Marino) mostrará su versión definitiva al mundo. Un coche pasional al 200%, de los que da gusto ver y escuchar.
Ahora bien, es un restomod como tal y sí, para tenerlo, hace falta entregar un Diablo ‘donante’ que en Eccentrica se encargarán de transformar. Tiene que ser además uno de los primeros, fabricado entre 1990 y 1994, no los posteriores, de los cuales se fabricaron en total 900 unidades.