Cuando he hablado de Educación Vial con la gente que me rodea todos hemos tenido un punto en común: los primeros conocimientos llegaron en casa, no en el colegio. La única actividad relacionada con esa enseñanza que me dieron en mis horas escolares fue la tradicional visita al parque infantil de Tráfico cuando éramos niños: una experiencia emocionante, pero puntual… y prematura. El panorama cambiará a partir de este año porque con la última reforma de la Ley de Educación, habrá una nueva asignatura obligatoria para Primaria, Secundaria y Bachillerato: Educación Vial.
Empecemos por el principio: ¿qué es la Educación Vial? Se trata, según Wikipedia, del “proceso de adquisición, desarrollo e integración de las capacidades o competencias destinadas a promover la seguridad en el tránsito, mejorar las relaciones, las conductas viales y prevenir los siniestros en las vías”. Una formación básica para el día a día de cualquier persona.
A partir de 2022-2023
A través de los Reales Decretos que desarrollarán la Ley Orgánica que modifica la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE), a partir del curso 2022-2023, Educación Vial será una asignatura obligatoria en Primaria, Secundaria y Bachillerato. El objetivo es impartir un mínimo de contenidos para que el alumnado aprenda buenos hábitos de movilidad segura y sostenible.
Algo que la DGT llevaba tiempo persiguiendo a tenor de las declaraciones que Pere Navarro, su director general, hizo en el III Foro Compromiso por la Educación Vial: “Llevábamos 30 años intentando introducir la seguridad vial en el currículo escolar y, por fin, se ha conseguido con este Real Decreto”.
Con esta medida, según Pere Navarro, se podrán “desarrollar hábitos de movilidad activa, autónoma y saludable entre los menores así como fomentar actitudes de respeto que incidan en la prevención de los siniestros de tráfico. Todos los niños van a salir del colegio con conocimientos en desplazamientos a pie, en patinete y en bicicleta. Niños y jóvenes adquirirán formación básica y valores de movilidad segura de forma ordenada y sistemática”.
Una necesidad evidente
Óscar Urra, asesor técnico docente en la Dirección General de Evaluación y Cooperación Territorial del Ministerio de Educación y Formación Profesional, aseguraba que era una necesidad evidente: “Se persigue una operativa que recoja la enseñanza, el aprendizaje y, muy importante, la evaluación para formar ciudadanos con los hábitos necesarios que caracterizan una movilidad segura”.
Y es que en nuestro país, la Educación Vial no se impartía de forma concreta en los colegios: cuando estos conocimientos llegaban porque su inclusión no era obligatoria, lo hacían a través de otras asignaturas o actividades. Algunos centros, como apuntábamos antes, sí dedicaban un tiempo concreto a estas enseñanzas que llegaban de la mano de agentes de la Policía Local y de manera puntual. Cursos en los que, básicamente, se enseñaban las normas esenciales de tráfico y seguridad vial.
El papel de las Comunidades Autónomas
María José Aparicio, subdirectora general de Formación y Educación Vial de la Dirección General de Tráfico, ha desvelado que serán las comunidades autónomas y los centros escolares los encargados de concretar, ampliar y dar forma a los contenidos de esta nueva asignatura. Cabe recordar que Educación es una de las competencias que en España están transferidas a los gobiernos regionales.
Por ello, la DGT ha solicitado a los responsables autonómicos que impulsen y desarrollen la asignatura dentro de sus planes de estudios. Al mismo tiempo ha pedido un esfuerzo especial para que todos los involucrados (profesores, educadores sociales…) se pongan al día en esta materia. Sólo así, recuerdan, se conseguirá el objetivo que persiguen.