Probablemente, la mayoría de vosotros recordaréis el programa de humor que hacía José Mota en la televisión pública. Un espacio en el que conocimos a personajes tan pintorescos como Bartolo o La vieja del visillo, aquella señora que no podía controlar su vena cotilla y, parapetada tras el visillo de una de las ventanas de su casa, no perdía detalle de todo lo que ocurría a su alrededor. La Guardia Civil ha empleado este famoso ‘sketch’ para advertir sobre una práctica que puede costar más de 200 euros: el peligro de ser una ‘vieja del visillo’ al volante.
Llamado ‘Efecto de la vieja del visillo’ o ‘Efecto Mirón’, es algo que ocurre con frecuencia cuando tiene lugar una avería o un accidente en la carretera. El comportamiento correcto, en estos casos, consiste en permanecer concentrado en la conducción sin distraerse… pero no es lo que suele pasar. Muchos desvían la mirada para ver qué pasado: “Si ves un accidente en carretera y ya está la Guardia Civil de Tráfico así como los equipos sanitarios, no frenes para visillear”.
Más accidentes
Cuando un conductor retira la mirada de la carretera para cotillear lo que sucede en otro carril o en el arcén, también reduce la velocidad. Este gesto, según la Guardia Civil, “puede convertir un accidente en dos, en tres o en muchos más”. Algo en lo que también incide la DGT: “Retirar la vista de la conducción y dirigirla para ver un accidente es una situación muy habitual que puede generar en otro accidente”.
Y es que el ‘Efecto vieja del visillo’ puede causar dos tipos de accidente. Por un lado, al perder de vista la trayectoria de nuestro coche no podemos mantener la distancia de seguridad necesaria y corremos el riesgo de chocar con el vehículo que está delante. Por otro lado, al reducir la velocidad es más fácil que se produzca una colisión por alcance.
Atascos y molestias para los servicios de emergencias
No es la única consecuencia que tiene el ‘Efecto vieja del visillo’. Reducir la velocidad para ver qué ha pasado en la carretera crea retenciones de tráfico: tanto en el sentido del lugar del incidente como en el contrario. Una situación que nos lleva hasta un efecto más peligroso de este comportamiento: retrasar la llegada (e, incluso, también la salida rumbo al centro sanitario) de los servicios de emergencia debido al atasco generado por el resto de vehículos.
La multa
Así las cosas, la Guardia Civil recuerda en una de sus últimas publicaciones en redes sociales cuál es la sanción aparejada a este tipo de comportamiento: “Si eres de esa gente que frena o para grabar un accidente, que sepas que estás cometiendo una infracción que va a llegar a costarte 200 euros”. Aunque recalcan que la multa no es lo más caro, sino el peligro provocado al resto de conductores.
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La excepción
Sólo hay un caso en el que estaríamos obligados a reducir la velocidad y detener la marcha al ver un incidente en la carretera: si somos los primeros en verlo. En este caso, debemos aplicar el Protocolo PAS: Proteger, Avisar y Socorrer.
O lo que es lo mismo: proteger tanto el lugar como a nosotros mismos, avisar a los servicios de emergencia, facilitando los datos fundamentales sobre lugar, número de vehículos, de heridos, su estado, circunstancias especiales… y socorrer sólo si no han llegado los profesionales quedándonos junto a los heridos y realizando los primeros auxilios siempre que sepamos cómo hacerlo.
