En un momento como el actual, en el que tenemos acceso a una cantidad ingente de información, y noticias a menudo contradictorias, es importante contextualizar los acontecimientos y tratar de tener una imagen global de lo que está sucediendo. Esta idea es perfectamente aplicable a la crisis vivida por el diésel en los últimos años. Día sí, día también, escuchamos mensajes que pueden ser más o menos catastrofistas, que hablan de contaminación, restricciones, y prohibiciones, mensajes que generan dudas en el consumidor. ¿Pero a qué se debe este ruido? El desastre del diésel es un documental de producción alemana que nos muestra cómo se está abordando la problemática del diésel, y la contaminación, en Alemania. Un punto de vista interesante, y necesario, para entender lo que está sucediendo en los últimos años.
El desastre del diésel: el documental
El canal internacional de la televisión alemana, la Deutsche Welle, producía recientemente un documental en el que pretendían dar una visión diferente acerca del problema del diésel y la contaminación del que tanto se está hablando en muchas ciudades, también en las españolas. Un documental que ha generado bastante debate en redes sociales, y espacios como Forocoches.
Un problema que, en el caso de Alemania, está llevando a restringir y prohibir el tráfico en algunas de las ciudades más importantes del país, como Stuttgart, y Colonia, e incluso algunas de las autopistas más importantes, como la A40 en Essen. Un problema que, en el caso de España, ya ha motivado al consistorio de Madrid a establecer zonas con restricciones permanentes al tráfico, y prohibiciones temporales en episodios de alta contaminación.
Otro punto de vista del problema del diésel
El documental profundiza precisamente en cómo se está abordando el problema del diésel. Por un lado, se pone en contexto la opinión de las asociaciones que hallan una conexión entre las emisiones de ciertos gases contaminantes, y enfermedades graves, e incluso cómo estas pueden provocar el fallecimiento de muchos pacientes, junto con la opinión del sistema sanitario, que no tiene del todo clara esa conexión. Un contraste que en ningún caso debería llevarnos a subestimar el papel fundamental que el tráfico rodado tiene en la contaminación, y en cómo esta puede afectar a la salud, sino a exigir que se investigue este asunto y se vaya más allá de los estudios epidemiológicos actuales, sin caer en ningún caso en reflexiones demagógicas, que pueden llegar de ambos lados.
También resulta interesante cómo este documental trata de valorar el rigor de las mediciones de contaminantes que se están realizando en muchas ciudades alemanas y, aún más determinante, cómo pone el foco en que el problema de la contaminación no se restringe, ni mucho menos, al tráfico rodado y al diésel. Un análisis que nos debería llevar a replantearnos, también, cómo pueden aumentar nuestra exposición a contaminantes como los NOx – del cual se responsabiliza sobre todo a los diésel – otros elementos tan cotidianos como un hornillo de gas o una caldera para la calefacción y el agua caliente, instalada en nuestra cocina.
