El coche eléctrico ya se ha impuesto como el futuro a seguir en la automoción en pos de conseguir un planeta más verde, sobre todo tras el visto bueno de Bruselas a la prohibición de vender cualquier coche que emita un solo gramo de dióxido de carbono por el tubo de escape más allá del año 2035. Sin embargo, el coche eléctrico no termina de convencer, no sólo como solución de movilidad, sino como solución ecológica.
Según recoge Auto Express UK, la Asociación de Ingeniería Mecánica Industrial con sede en Frankfurt señala que “los combustibles fósiles son el problema, no el motor de combustión interna”, añadiendo que la Unión Europea debería buscar más opciones respetuosas con el medio ambiente, como los e-fuels o combustibles sintéticos.
Curiosamente, estas declaraciones se realizaron con anterioridad a que Europa cerrara la puerta definitivamente a estos combustibles sintéticos que ofrecen un balance neto nulo de emisiones de CO2, pues aunque durante la combustión de los mismos se libera dióxido de carbono, para su fabricación en laboratorio se capta dicho gas de la atmósfera.
De hecho, no debemos perder de vista que el coche eléctrico cuenta con emisiones nulas de forma local, pues como bien sabes, parte de la electricidad que alimenta sus baterías es obtenida en centrales térmicas en las que se quema gas (o incluso carbón), dependiendo esa “tasa verde” del mix energético que en España nos arroja un resultado aproximado de unos 250 gCO2/kWh.
Pero eso no es todo, porque los ratos publicados en uno de los últimos informes de GreenNCAP (la división de EuroNCAP encargada de evaluar la huella de carbono de un coche desde su producción hasta una vida útil de 16 años y 240.000 km) dejan como conclusión que sólo los eléctricos pequeños y compactos son realmente más ecológicos, llegando a ser incluso más respetuoso un “simple” Skoda Octavia TDI que muchos eléctricos de gran tamaño con gigantescas baterías.
No es la primera vez que los ingenieros arremeten contra el coche eléctrico
Sin embargo, no es la primera vez que fuentes técnicas ponen en duda al coche eléctrico, pues hace tres meses el Colegio de Ingenieros de Ingenieros de Valladolid publicaba un informe en el que se concluía que este tipo de vehículos aún necesita diez años más para alcanzar su pleno desarrollo.
Entre esos argumentos se encontraban problemas típicos como la escasa autonomía y la deficiente red de recarga, además de otros retos que afrontar como el reciclaje de las baterías al final de su vida útil o la dificultad para satisfacer la demanda de ciertas materias primas como el litio o componentes como los semiconductores.
El coche eléctrico empobrecerá la clase media
Además, debemos tener en cuenta que en líneas generales fabricar un coche eléctrico es más simple que fabricar uno con motor de combustión interna, a lo que también se le una que dispone de menos piezas y componentes, lo que significa que en los procesos de transformación de las factorías sobrará mano de obra, como también industrias auxiliares. Por tanto, es de esperar que miles de trabajadores pierdan su actual empleo.
Por otro lado, el coche eléctrico aún a día de hoy sigue siendo más caro que el coche de combustión interna, por lo que no todo el mundo podrá hacerse con uno de ello, lo que conllevará que un futuro el coche sea un artículo de lujo y no un medio de transporte mes.
En vista de todo ello, y como ya señalaron expertos de la talla de Carlos Tavares (CEO de Stellantis), la Unión Europea debería dar una segunda oportunidad al motor de combustión interna de la mano de los híbridos e híbridos enchufables en primer lugar, y en segundo lugar impulsando los e-fuels, para que así la transición al coche eléctrico sea orgánica y no forzada.
Fuentes: Auto Express | EuropaPress | gencat