El proceso de descarbonización del parque móvil europeo parece comenzar a coger velocidad, una afirmación que también se hace extensiva a nuestro propio mercado, el español, donde pese a todos seguimos contando con un nivel de matriculaciones de coches eléctricos muy por debajo de las alternativas más tradicionales. Es evidente, por otro lado, que el precio de los coches eléctricos ha comenzado a acercarse al de los vehículos de combustión, pero no todo son buenas noticias.
Como seguro que ya muchos de vosotros sabéis, y otros tantos intuís, uno de los principales factores que influyen en el precio final de un coche es la batería. Se trata, por norma general, de la pieza más cara del conjunto y cuanto más capaz y avanzada es, más cara resulta. Así pues, una batería con una capacidad media (pongamos unos 60 kWh) tiene un precio superior a los 9000€, lo que supone un importante coste para el usuario en caso de avería o malfunción.
Uno de los indicadores más utilizado para determinar la evolución del coche eléctrico en el mercado es el precio por kWh, una unidad que Bloomberg New Energy Finance (BNEF) usa desde hace mucho tiempo. De hecho, una vez al año se publica un estudio en el que se revela el precio medio por kWh para las baterías de automoción, un indicador que no ha parado de reducirse en los últimos años, pasando de 684$ en 2013 a poco más de 130$ en este 2021.
El precio de las baterías baja en 2021, pero puede ser la última vez
Uno de los mantras más repetidos en la industria del automóvil afirma que en el momento en el que el precio del kWh de las baterías de automoción baje de los 100$ se habrá alcanzado la paridad entre el coste de un vehículo eléctrico y un vehículo con motor de combustión equivalente, un precio al que en los últimos años nos hemos acercado de manera más que rápida, reduciendo en 5 veces el coste de una batería en apenas 8 años.
En 2020 el coste medio del kWh ya empaquetado (es decir, listo para instalar en un vehículo) medido por BNEF se quedó en 140$, mientras que en este 2021 el coste ha descendido aún más hasta 132$/kWh. Todo parecía indicar que la progresión iba a mantenerse…pero mucho nos tememos que no va a ser así, y 2021 puede ser el año de la inflexión en la curva de precios de las baterías de los coches eléctricos.
El escenario de crisis mundial y parálisis de la economía ha hecho que el precio de muchas materias primas haya subido de manera notable…un precio que repercutirá en el coste final de las baterías a partir de 2022. De esta manera, BNEF prevé un aumento en el coste del kWh para el año que viene, una subida que retrasará un tiempo la esperada paridad entre el coste del coche eléctrico y el coche con motor térmico.
Concretamente, la publicación americana ha retrasado ese momento a 2024, año en el que, según sus estimaciones, podrán comenzar a venderse vehículos con motor eléctrico por un precio igual o inferior al de un modelo equivalente dotado de tecnología de combustión interna.