La familia Black Badge de Rolls-Royce tiene ya un nuevo miembro que será presentado mañana en el marco del Festival de Goodwood. El Dawn, el modelo más cautivador de la marca, no sólo recibirá el traje negro oscuro que ya habían estrenado los Ghost y Wraith, sino también 30 CV extra, frenos de mayor diámetro, una dirección más directa y una gestión más dinámica de la transmisión. El resultado es un coche que no se puede llamar deportivo pero quizá sea el Rolls-Royce más emocional y emocionante creado en muchas décadas.
Tras su renacimiento en 2003 bajo el paraguas de BMW, Rolls – Royce puso en práctica una estrategia para renovar su imagen sin alterar el espíritu centenario de sobriedad y distinción. En el pasado Festival de Goodwood hacía su primera aparición pública la gama «Black Badge«, la reinterpretación de sus modelos más dinámica, potente y… el adjetivo que queráis salvo el tabú «deportivo». En un par de minutos el Wraith Black Badge abrió un nuevo capítulo en la historia de la marca: hizo uno de los mejores tiempos del día y dejó una larga serie de «burnouts» y «donuts» con los que los puristas se irritaron y el resto del mundo descubrió que Rolls – Royce puede hacer coches excitantes.
Ahora es el Dawn, el coche más emocionante que se fabrica hoy en Goodwood, el que recibe un tratamiento Black Badge que va más allá de un mero traje de «hombre de negro». De hecho lo más interesante de este coche es lo que no se ve pero sí que se siente… en el asiento del conductor. La dirección se ha hecho ahora más rápida en su respuesta y el característico tacto suave y «flotante» de los Rolls – Royce se ha modificado para ofrecer más información en el volante. Las suspensiones se han afinado para, sin perder su majestuoso rodar característico, ofrezcan una reacción más directa en los giros y un mayor aplomo en las curvas rápidas («curvas a fondo» dice literalmente la nota de prensa).
Las leyes que gestionan el acelerador y la transmisión también han sido modificadas para hacer la respuesta más instantánea y la conducción más centrada en el pedal derecho y la dirección, es decir, más centrada en el conductor y las sensaciones. El núcleo de todas estas sensaciones es el apabullante V12 biturbo que ha sido afinado para entregar 30 cv y 20 Nm más llegando a 593 cv y 840 Nm. El tono del motor, una de las claves que ya convierte al Dawn estándar en una experiencia única, ha sido también retocado con una nueva línea de escape que, a toque de un botón y en palabras de la marca, refuerza su autoridad con un tono «de barítono». De la abrumadora dósis de emociones no se libra ni el equipo de frenos, algo primordial en un vehículo de más de 2500 kg: no sólo los discos aumentan su diámetro en una pulgada (2’54 cm) sino que la caja de cambios varía sus leyes para hacer reducciones a mayores revoluciones por minuto, es decir, regalar también nuestros oídos cuando frenemos en medio de eso que en Goodwood llaman «spirited driving«.
Pero que la retahila de datos técnicos no os confunda: el Dawn Black Badge todavía es un Rolls – Royce. El interior está también adaptado para ese selecto grupo de clientes (selecto entre los selectos) que buscan un toque de distinción más atrevido y personal en sus coches. El tema en el habitáculo continúa la idea de carácter marcado y enérgico de vehículo y dueño, combinando un elemento tan inusual en un Rolls – Royce como la fibra de carbono, con un delicado contraste de cuero naranja a la altura de las caderas que ilumina el negro profundo del resto del interior.
Este mismo tono negro no sólo alcanza también a la calandra y al «Espíritu del éxtasis» sino a toda la carrocería. Según la marca la pintura negra de este Dawn conlleva el proceso más exhaustivo y elaborado jamás empleado para una pintura sólida. El tratamiento de la pintura y las superficies, una de las obsesiones de la marca como os contamos tras nuestra visita a la fábrica el pasado verano, ha llevado a emplear técnicas inspiradas en la aviación y la construcción de aviones indetectables, y a crear un método específico para la pintura del interior de las toberas de ventilación.
El Dawn Black Badge completa el trío de versiones «oscuras» para los modelos en producción de la gama de Goodwood (sin contar el Phantom VII a punto de dejar de hacerse). Seguramente la gama continuará creciendo, y si bien es poco probable que veamos un Phantom Black Badge en el futuro, el futuro «Cullinan» será susceptible de formar parte de la familia. La decisión de no llamar a estas versiones «deportivas» puede ser controvertida o estar fundada en la estrategia comercial, pero contribuye a reinventar la imagen de la marca. Los Black Badge no sólo se inspiran en legendarios propietarios de la marca, como en el recordman Malcolm Campbell cuyo símbolo infinito se encuentra en la parte trasera de este Dawn. La historia de Rolls – Royce va más allá de los coches reales, y con gran acierto esta gama devuelve a la actualidad maravillosas extravagancias del patrimonio de la marca como el Phantom Jonckheere Coupé «round door» del Petersen Museum.
En un mercado del lujo en el que todo el mundo mide sus coches en tiempos de vuelta a Nürburgring y es el cronómetro el que dicta, la «conducción vivaz» que prometen los Black Badge quizá esté más cerca del cerebro de lo que cabría esperar en un Rolls – Royce. Hay una forma diferente de crear sensaciones irrepetibles y placenteras al volante de un coche que no se miden en décimas de segundo, y en Goodwood han sabido cómo explotar ese nicho. El Dawn estandar no es un deportivo ni (como muchos otros coches del segmento) pretende serlo, pero su conducción es cautivadora y envolvente. La versión Black Badge que debuta mañana en el Festival de Goodwood estará aún más dirigida al conductor y no se tratará símplemente de un Dawn con un escape más ruidoso.
Aunque si hace más ruido y algún que otro «burnout», como nos dijo álguien en la fábrica el año pasado… «no nos molestará»
*El Rolls – Royce Dawn Black Badge se presenta mañana a las 11 en el Goodwood Festival of Speed, y podrá seguirse en directo a través de las redes de la marca en Instagram y Facebook
Fuente: Rolls – Royce Motor Cars
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