A pocos, o a nadie, se les ocurriría pensar que los cambios de propietario entre los Ferrari 250 GTO son frecuentes. Y sin embargo, con el recuerdo todavía fresco del Ferrari 250 GTO que batió recientemente récords históricos, otro ejemplar va a ser puesto a la venta; esta vez mediante subasta, el próximo mes de agosto en Monterey, en el marco incomparable del Concurso de Elegancia de Pebble Beach. El entorno y el hecho de ser un 250 GTO con muchísima actividad en carreras, además de tener el motor, la transmisión y el eje trasero originales, hacen que esta unidad sea susceptible de batir la estratosférica cantidad del chasis 4153GT. Pero, ¿conseguirá este chasis 3414 superarle?
Gustos personales aparte, la reputación del modelo y las cifras hablan por sí solas: el Ferrari 250 GTO es el clásico. El modelo más cotizado del mundo en la actualidad fue otrora un coche de carreras homologado para circular por carretera. La unidad que ocupa estas líneas es la tercera que fabricó Ferrari y abandonó la fábrica en el año 1962. Sin embargo, durante un tiempo siguió ligada a Ferrari y sirvió como coche de pruebas en la Targa Florio de ese año. Ya en 1963 se vendió a su primer cliente, Edoardo Lualdi-Gabardi, que corrió este 250 GTO en diez carreras ese año (ganando nueve de ellas), lo que le sirvió para hacerse con el Campeonato Nacional GT de Italia.
Más tarde en ese mismo año, Gabardi recibió un segundo 250 GTO y vendió el chasis 3413, pero este siguió compitiendo. En los dos años siguientes participó en una veintena de carreras, entre las cuales consiguió dos victorias en su categoría en las Targa Florio de 1963 y 1964. Según RM Sotheby’s, esta unidad jamás ha tenido un accidente y mantiene originales sus componentes principales: el motor, la caja de cambios y el eje trasero son los mismos que salieron de la fábrica hace más de cinco décadas.
No ocurre lo mismo con su carrocería. Muchos habréis notado ya que, tratándose de una unidad de 1962, ese traje no debería el suyo. Efectivamente, tras un nuevo cambio de propietario en 1964 esta unidad fue enviada a fábrica para que Scaglietti le confeccionase una carrocería como la de los 250 GTO Series II. Una peculiaridad que dependiendo del cliente puede jugar a favor del coche (los Series II son aún más raros), o en su contra: los 250 GTO de primera serie son más bonitos y estilizados.
¿Batirá este chasis el récord del último 250 GTO, el chasis 4153? Son varios los factores a tener en cuenta, algunos de ellos poco previsibles de antemano. Por un lado, el estado de originalidad del coche. Por otro, el entorno del evento en que saldrá a subasta: coincidiendo con el Concurso de Elegancia de Pebble Beach, una atmósfera donde se respira dinero y que puede favorecer a la alegría de los pujadores. Por otra parte, si ponemos ambos coches en perspectiva, esta unidad no iguala el pedigrí en competición del 4153GT de los récords.
Y es que, aunque el 3413GT ha sido un ejemplar muy activo -su actual propietario, Greg Whitten, ha participando en numerosas carreras históricas con él- y ha conseguido numerosas victorias, el 250 GTO de los 70 millones tiene en su haber dos nombres que resuenan mucho más fuerte: un 4º puesto en la general de Le Mans y una victoria absoluta en el Tour de France.
Mientras se estima su venta en 45 millones de dólares, lo cierto es que quizá no llegue a desbancar al 4153 (recordemos que fue una transacción privada) como coche más caro de la historia. Tiene a tiro, eso sí, ser el coche más caro jamás vendido en una subasta pública, aunque tratándose de un Ferrari 250 GTO no se puede descartar nada…
Fuente: RM Sotheby’s
En Diariomotor: