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El eléctrico no despega, Von der Leyen propone en la Unión Europea una moratoria que probablemente no gustará a unos, ni a otros

Lunes 3 de marzo. Ursula von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea, comparece en Bruselas, en la sede de las instituciones europeas, para realizar un importante anuncio, cuyas consecuencias podrían ser aún más importantes para la industria del automóvil y para muchos fabricantes. En juego miles de millones de euros, los que tendrá que afrontar una parte de la industria del automóvil, que no llegará a cumplir sus objetivos de reducción de emisiones de CO2, y que ahora podrían encontrar un alivio en las palabras de la Presidenta.

El eléctrico no despega… Europa propone una moratoria

Von der Leyen anuncia que propondrá una enmienda con la que no se revisarán los objetivos de reducción de emisiones ya propuestos, sino que en lugar de proceder «al cumplimiento anual, las empresas dispondrán de tres años». De manera que aquellos fabricantes que no cumplan este año con su objetivo de reducción de emisiones de CO2 contraerán una suerte de deuda, que podrán compensar con sus emisiones medias en los próximos dos años, o acumular un exceso de emisiones mayor que tendrán que saldar, pagando las cuantiosas sanciones que se han previsto dentro de tres años, o adquiriendo derechos de emisión.

Los fabricantes que no estarán en disposición de cumplir su objetivo de reducción de emisiones de CO2 en 2035 aún dispondrán de tres años

Una moratoria que podría no gustar a unos…

La Comisión Europea atendería así a las peticiones de muchos fabricantes que difícilmente llegarán este año al objetivo de que sus ventas en la Unión Europea se sitúen en una media de 93,6 gramos/km de CO2. Por cada gramo excedido, y por cada coche vendido, los fabricantes deberían afrontar una sanción de 95 euros. De salir adelante esta enmienda, los fabricantes dispondrán de tres años para compensar su exceso de emisiones en 2025 en los próximos dos años, o acumular sanciones aún más cuantiosas. De manera que no estamos ante una solución verdadera de sus problemas, sino un aplazamiento, tal vez esperando a que las ventas de coches eléctricos sigan remontando en los próximos años, o al lanzamiento de algunos de los coches eléctricos previstos, más baratos y, por lo tanto, previsiblemente vendidos en mayores volúmenes.

Para cumplir con estos objetivos los fabricantes no solo han tenido que desarrollar mecánicas más eficientes, y con unas emisiones de CO2 más contenidas, en los últimos años. La mayor contribución a la reducción de emisiones de CO2 media llega sobre todo por la venta de coches eléctricos, e híbridos enchufables. Que las ventas de coches eléctricos, en general, y en particular para muchas marcas, no progresen al ritmo esperado está complicando el cumplimiento de los objetivos.

… ni a otros

El hecho de no revisar los objetivos ya propuestos de reducción de emisiones de CO2 podría parecer una suerte de decisión salomónica, que trata de no agraviar a aquellos fabricantes que sí se encuentran en posición de cumplir con sus objetivos este año.

El agravio, en cualquier caso, sería inevitable. No solo por el esfuerzo y las inversiones que han requerido esos fabricantes para elevar su cuota de eléctricos, y alcanzar los objetivos de reducción de emisiones de CO2, en muchos casos renunciando (literalmente) a vender coches con motor de combustión interna, o reduciendo sus márgenes para hacer sus coches eléctricos más competitivos. Sino que también puede afectar a aquellos fabricantes que dedicándose única y exclusivamente a la venta de eléctricos, o que gozan de una cuota de eléctricos muy elevada, tienen la capacidad de vender derechos de emisión a los fabricantes que van más rezagados en el cumplimiento de sus objetivos.

En el ejercicio 2024, una marca como Tesla, que solo fabrica y vende coches eléctricos, anotó en sus cuentas un ingreso acumulado de 2.763 millones de dólares únicamente por este concepto, el de los derechos de emisión. Tesla, y algunos fabricantes chinos, se postulaban como potenciales beneficiarios de esta normativa que exige reducir sus emisiones a los fabricantes que operan en la Unión Europea.

Estaremos muy atentos a las reacciones de los fabricantes coches, que seguro serán muy variadas. En los últimos meses ya hemos visto cómo diferentes representantes de la industria del automóvil se pronunciaban, desde aquellos que pedían a la Unión Europea actuar para aliviar los objetivos, hasta los que expresaban su negativa a revisar la regulación, lo cual aumentaría la incertidumbre en la industria y agraviaría a los que se encuentran en vías de cumplir con el objetivo.

Von der Leyen ha apuntado que en el plan que presentarán este mismo miércoles se anunciaran otras medidas. Se propondrá una alianza de la industria para compartir recursos en materia de desarrollo de chips, software y tecnología del vehículo autónomo. Se apoyará la producción local de baterías y también los objetivos de «contenido europeo» en la materia prima empleada para las celdas, así como un alivio de las regulaciones.

También se ha hablado de acelerar la revisión de los objetivos de 2035, año en el que se pretendía prohibir la venta de todo coche nuevo con motor de combustión interna. Objetivo que no parece que vaya a revisarse, sino abogar por nuevas soluciones que permitan llegar a la neutralidad de emisiones por otras vías tecnológicas, como la de los combustibles sintéticos neutrales.

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David Villarreal

En 2007 comenzaba su andadura en los medios en internet y en el mundo del motor. Dos años después David se unía a uno de los proyectos incipientes de la prensa del motor, el de Diariomotor. Seguir leyendo...

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