Es muy probable que ayer Elon Musk se fuera a dormir aliviado. Él mismo reconocía que llevaba tiempo sin sentirse tan bien. Durante horas, la cuenta de Twitter de Elon Musk, que a menudo ha servido de canal de comunicación con fans y prensa de Tesla, estaba que echaba humo, con perdón de la expresión. Elon Musk lanzó una hilera de tuits en los que, en resumidas cuentas, se despachaba con la prensa. Pero si evitamos la simplificación, tras sus tuits nos encontrábamos interesantes reflexiones acerca de la situación de los medios, la influencia de las redes sociales, y los problemas que afronta Tesla. Pero Elon Musk no tiene razón, la culpa de los problemas de Tesla no es de los medios.
La tortuosa relación de Tesla con los medios
Esta no pretende ser una defensa corporativista de los medios, ni mucho menos. Cuando Elon Musk apunta a la situación de la prensa en muchos aspectos tiene razón. Y si yo mismo no lo creyera es muy probable que jamás me hubiera dedicado a trabajar en este sector, y que este medio en el que nos leéis jamás hubiera nacido.
Elon Musk apuntó a la importancia del clic, a la presión que tenemos los medios para alcanzar el mayor número de usuarios, y que ese tráfico se traduzca en impresiones publicitarias, en más clics y, en definitiva, en ingresos económicos para e medio. Si una de las piezas de este engranaje falla, el medio no sobrevive, y el periodista no tiene trabajo. Las cifras en las que se mueve la inversión publicitaria de Tesla tienden al cero absoluto. Elon Musk lo reconocía y, quizás para dar a entender que ahí está el problema de su relación con los medios, recordaba que, por otro lado, las petroleras, y los fabricantes de coches diésel y gasolina, invierten ingentes cantidades de dinero en publicidad, en los medios. De hecho es uno de los sectores que más invierte en publicidad. En esto último Elon tiene razón. Nada que criticar.
La prensa negativa de Tesla
El problema está en que ni todos los medios se rigen por los ingresos que les reporta una marca para definir que tratamiento harán de sus noticias, ni el problema de la prensa negativa para Tesla está en esa decisión de la marca, tan respetable como cualquier otra, de no invertir en publicidad. Si así fuera, es probable que Tesla jamás hubiera llegado a tener la repercusión que tiene hoy en día. Tesla necesita a los medios. Tesla se ha dado a conocer gracias a los medios. Y los medios necesitamos a Tesla, también es cierto, porque nuestros lectores quieren conocer más acerca de esa cada vez menos enigmática marca que fabrica coches eléctricos muy rápidos, y esos coches negros que pululan sin hacer ruido por algunas grandes ciudades españolas.
Si de verdad Elon Musk cree que esa es la razón de los titulares que generalmente vemos en los medios sobre Tesla, el problema es él. No vamos a negar que en ocasiones se hayan visto titulares muy negativos para Tesla erróneos, o exagerados.
Un buen ejemplo lo encontramos en el tratamiento del accidente mortal que se produjo en 2016, donde falleció el conductor de un Tesla Model S mientras utilizaba Autopilot. Inmediatamente se culpabilizó a la marca y, por extensión, al coche autónomo. Pero, sin ánimo de guiarme por el corporativismo, mucho me temo que aquella reacción de los medios tuvo que ver mucho más con el desconocimiento de estos, que con una mala intencionalidad. Lo cual tampoco exime de responsabilidad a los medios, que han de tener suficiente formación acerca de los temas sobre los que tratan.
La repercusión de Tesla en los medios
Es cierto que de ninguna otra marca se hace una cobertura de los accidentes que sufren sus coches tan extensa como la que tiene que afrontar Tesla. Pero también es cierto que ninguna otra marca ha mostrado tal disposición por lanzar coches autónomos, ha presentado un sistema que automatiza parte de la conducción y lo ha denominado Auto Pilot – piloto automático – ni está vendiendo coches que con una actualización de software serán autónomos. No recuerdo al CEO de ninguna marca que haya llegado a anunciar que en 2019 – eso es el año que viene – te podrás dormir en su coche mientras viajas entre dos ciudades separadas por cientos de kilómetros. Esto último fue uno de los anuncios y promesas de Elon Musk, lanzado hace solo dos años. Y una promesa que difícilmente podrán cumplir, entre otras cosas porque no solo depende de Tesla.
Hablando de promesas incumplidas, por otro lado tenemos el tema de los retrasos en la producción del Tesla Model 3. Y de nuevo no veo por qué este medio, y asumo que el resto harían lo mismo, no hablarían de ello si ese mismo caso se diera en cualquier otra marca, incluso en su principal anunciante.
Y, de nuevo, el caso de Tesla es excepcional. ¿No tendría la misma cobertura el retraso en la producción de un coche, de cualquier otra marca, que hubiera cerrado cientos de miles de reservas en unos días? ¿No nos volcaríamos tanto con el lanzamiento de un coche que muchos clientes llevan esperando, con su pre-reserva, desde hace años?
También son razonables las dudas existentes acerca de la higiene financiera de Tesla, una marca que, cada trimestre que pasa, arroja unas pérdidas superiores al anterior. Sus acciones, en cualquier caso, se han disparado en los últimos años. Y el mejor ejemplo lo tenemos en la mitad de 2017. En apenas seis meses el valor de la acción de Tesla llegó a duplicarse. En los últimos meses su valor ha caído, según Elon Musk por los miedos. Mientras tanto, sus inversores se aferran a la esperanza de que la producción del Tesla Model 3 alcance la cadencia que Musk había prometido, que al anunciarse los resultados del próximo trimestre las pérdidas sean inferiores, y que tras este bajón, la acción recupere las cifras a las que llegó el verano pasado.
El plan de Elon Musk para acabar con las Fake News
Para terminar, Elon Musk lanzó una propuesta para resolver lo que sin duda es un problema real, e importante, que hemos de afrontar los medios y las redes sociales. Musk proponía un sistema de calificaciones para artículos, medios y periodistas, que el lector valorase su credibilidad. Con mucha sorna llegó incluso a proponer un nombre, el de Pravda, en recuerdo de aquel periódico fundado inicialmente por Leon Trotsky, que después se convertiría en la publicación oficial del Partido Comunista de la Unión Soviética. Ahora bien, ¿cómo pretende el bueno de Elon Musk que su solución esté libre de sesgos, y que el usuario que valora la credibilidad de un artículo, un medio, o un periodista, sea objetivo, y no se guíe por los más bajos instintos que hacen que tengan tanto éxito las famosas Fake News?
Insistimos en que los medios no somos responsables de todos los problemas de Tesla. Y si Elon Musk no lo comprende, Tesla tiene un problema. Tesla necesita a los medios. Los medios necesitamos a Tesla. Y tanto Tesla como los medios hemos de ser conscientes de nuestros problemas.