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Las emisiones del tubo de escape de tu coche no son las más peligrosas: son las de este compuesto

Las leyes vigentes sobre las emisiones contaminantes centran su foco en las partículas expulsadas por el tubo de escape, sin embargo hay otro compuesto que puede llegar a ser más nocivo para nuestra salud y para el medio ambiente, Emissions Analytics (una empresa especializada en datos de vehículos con sede en Reino Unido) ha llevado a cabo un análisis cuyo resultado pone en duda todas esas normativas: las partículas de los neumáticos pueden contaminar más que los gases del vehículo.

El experimento se ha llevado a cabo en el Laboratorio Nacional de Física del Reino Unido y ha tenido tres frentes de estudio. El primero de ellos ha sido una prueba de desgaste protagonizada por catorce marcas de neumáticos que se movieron siempre por carretera. El segundo ha sido una medición de las emisiones de cuatro SUV de gasolina de 2019 y 2020: entre ellos estaban los modelos más populares. Y el tercero ha sido el pesaje de las ruedas para comprobar su deterioro.

1.850 veces más

Los resultados son contundentes respecto a los neumáticos: han generado, de media, 36 miligramos de partículas por kilómetro por los 0,02 mg/km de los tubos de escape. O lo que es lo mismo: 1.850 veces más. Las emisiones de gases contaminantes son más bajas en los modelos nuevos que las generadas por el desgaste de las ruedas, que, además, están presentes en todos los vehículos… y que puede agravarse a medida que éstos se vuelven más pesados.

Es en este contexto donde entran en escena los coches eléctricos: son el futuro, pero a nadie se le escapa que su configuración añade un extra de kilos. La ausencia de emisiones ha sido rebatida con la contaminación procedente de la producción de electricidad, de las baterías… ¿y de sus neumáticos? Lo cierto es que aquí el veredicto del estudio no está del todo claro por la frenada regenerativa: esto puede paliar los efectos del peso y de la entrega instantánea de par.

Neumaticos 02

¿Qué influye en el desgaste de los neumáticos?

Hablábamos del peso y de la entrega de par, pero no son los únicos que tienen un significativo efecto en los niveles de emisiones de partículas: hay que tener en cuenta, por ejemplo, el estilo de conducción o el compuesto de los neumáticos. Recopilamos los factores que influyen:

  • El peso del vehículo: cuanto más pesado, más contaminante.
  • La potencia y el par: cuanto mayores sean, mayor será el desgaste de las ruedas.
  • La edad del neumático.
  • El compuesto del neumático: algunos producen más partículas que otros de manera significativa.
  • La forma de conducir: una conducción agresiva puede generar casi cien veces más emisiones que una normal con neumáticos nuevos. Según el estudio, el nivel se puede disparar a 5.760 mg/km.

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¿Dónde está el problema?

En las emisiones procedentes de las partículas que se generan con el desgaste de los neumáticos: representan buena parte de los compuestos contaminantes que están en suspensión en el aire que respiramos. Y no sólo eso: también pueden ser arrastradas por el agua o quedarse en el suelo.

Estas partículas representan todo un reto porque son muy pequeñas: su medida es inferior a 23 nanómetros. No sólo es complicado medirlas, sino que este tamaño propicia una entrada directa a nuestro torrente sanguíneo con el peligro que representa para nuestra salud. Hay una tercera consecuencia de su minúscula dimensión: complica, también, la elaboración de leyes al respecto.

Neumaticos Segunda Mano Ocasions Almacen

Posibles soluciones

Este es el motivo por el que, hoy en día, no existen normativas que regulen tanto los componentes de los neumáticos como las consecuencias de su nivel de desgaste. El análisis de Emissions Analytics ha identificado los productos químicos de 250 tipos diferentes de ruedas: la mayoría de ellos proceden del caucho sintético que es un derivado del petróleo crudo. Un riesgo para la salud porque algunos de ellos pueden resultar cancerígenos en grandes proporciones.

El estudio recalca que la solución no pasa por dejar de conducir o inventar unos neumáticos nuevos que sean totalmente diferentes: entienden que no es viable. ¿Cuál sería, entonces, el camino a seguir? Bastaría con hacer un análisis de los compuestos para eliminar ciertos ingredientes tóxicos y limitar el desprendimiento de partículas.

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Elena Sanz Bartolomé

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