Fernando Alonso, ídolo de muchos y verdugo de algunos pocos, suele estar en boca de todos por tales o por cuales motivos. Por desgracia, en los últimos tiempos no suele ocupar titulares precisamente por sus victorias; tampoco lo ha solido hacer nunca por temas sobre su vida privada, la cual ha procurado siempre mantener al margen de lo profesional, incluyendo qué coches conduce fuera de los circuitos (más allá de los Renault, Ferrari, Honda o McLaren que ha lucido por contrato). Sin embargo, el actual jefe de Alonso, Zak Brown sí presume de coches, y con razón: Brown es un auténtico petrolhead y en su colección hay coches de calle y un sinfín de máquinas de competición, de multitud de categorías y pilotados por los mejores; un garaje tan impresionante como podáis imaginar.
Es normal pensar que un piloto de Formula 1 con un salario astronómico tenga un garaje personal cuanto menos curioso. Lewis Hamilton presume, entre otras cosas, de joyas como un Pagani Zonda 760 LH hecho a su gusto o un Shelby GT500 de primera generación. Sin embargo, el garaje del piloto asturiano (que lo tendrá) es una incógnita, cosa que no ocurre con su jefe. Este último tiene una página web donde muestra todos sus juguetes, entre los que se encuentran joyas como el McLaren MP4-16A de Mika Hakkinen, un Porsche 935 JLP-3 IMSA ganador de las 24 horas de Daytona y de las 12 horas de Sebring, el Lancia LC2 que consiguió la pole en Le Mans en 1984 o el Toleman TG-184 de Senna. Pero hay muchos más…
Zak Brown, aparte de ser actualmente el CEO de McLaren, es un exitoso hombre de negocios propietario de una de las mayores empresas de márketing del mundo. Brown es multimillonario y también un auténtico petrolhead, un quemadillo que desde su juventud ha corrido con coches en multitud de categorías y campeonatos. Con estos ingredientes, y una elaboración a fuego lento que ha llevado años, el plato resultante es un garaje en el que hay superdeportivos de calle y también modelos de Formula 1, de la NASCAR, del Campeonato de Resistencia… Coches que pilotaron Senna, Mario Andretti y Nigel Mansell, y también Emerson Fitipaldi o Walter Rohrl.
Como el impresionante Audi 200 Quattro Trans Am, una bestia de tracción total y un cinco cilindros en línea turboalimentado de 2,1 litros y 550 CV bajo el capó, y del cual Brown tiene el ejemplar que resultó campeón del SCCA Trans Am en 1988. O el Williams FW07B, el coche con el que Alan Jones ganó en 1980 el primer Mundial para Williams. Ese año Williams cosechó cinco victorias, de las cuales dos (Francia y Gran Bretaña) fueron con el chasis que ahora tiene Brown.
No son los únicos coches con pedigrí en su garaje: también es el propietario del Porsche 935 JLP-3 IMSA ganador de las 24 horas de Daytona, las 12 horas de Sebring y del Campeonato IMSA Camel GT de 1982); del Williams FW18 con el que Jacques Villeneuve cosechó tres victorias en el Mundial de 1996; también del Toleman TG-184-02 (el coche con el que corrió Ayrton Senna su primer año en la Formula 1) y del Lotus Renault Turbo de 1986 (con el que el piloto brasileño consiguió cinco poles y dos victorias, una de ellas en España).
La lista ya es impresionante aun si se quedase ahí, pero hay más: añadid el March 701 de Jackie Stewart (la pieza de carreras más antigua en la colección), un exitoso Ford Cologne Capri RS3100 del Campeonato Europeo de Turismos, el Lola T332 de Mario Andretti, un Chevrolet Nova de la NASCAR con 800 CV de potencia, el kart DAP con el que Senna corrió el Campeonato de Karting de 1981, un March 84C, un Roush Protofab, un Porsche 962 del IMSA, el Birel T17 con el que Mika Hakkinen consiguió su cuarto campeonato mundial de karting, dos Lola T8700 (uno de Andretti y otro de Emerson Fittipaldi), el Williams FW11 de Nigel Mansell (subcampeón del mundo en 1987), un Mercedes-Benz AMG Clase C del DTM, un Penske PC20, el Reynard 91D Mugen-Honda (Formula 3000) de Zanardi y un Ferrari F430 Challenge. La lista acaba con el que Brown reconoce que es uno de sus favoritos: el McLaren MP4-16A con el que Mika Hakkinen ganó en Silverstone en el 2001, el año de su retirada de la Formula 1, y con el que actualmente Zak disfruta en los circuitos.
Si los coches de competición son una delicia, el bueno de Zak no tiene peor gusto para los que puede conducir por carretera. De hecho vuelve a ser terriblemente envidiable su colección de matriculables, entre los que encontramos un Ferrari F40 y su archienemigo, el Porsche 959; un precioso Ferrari 599 GTO y dos Lamborghini: un Aventador SV y un Countach 5000S.
También posee un Porsche 928 GTS (el único coupé en la historia de Porsche con un motor V8 en posición delantera) y un Honda NSX original. La representación francesa corre a cargo del Bugatti EB110, el coche que en 1994 se convirtió en el más rápido del mundo gracias a un 0-100 km/h en 3,5 segundos y una punta de 342 km/h. Bajo su capó se ocultaba un motor V12 de 3,5 litros, cuatro turbos y 568 CV de potencia.
A los ya mencionados, Brown suma una buena lista de clásicos: Austin Healey 100M de 1956, Mercedes-Benz 190 SL Roadster de 1960, Chevrolet Corvette C2 Split Window de 1963, Porsche 356C de 1964, Shelby Cobra 289 de 1965, Ferrari 275 GTS (1965), Jaguar E-Type de 1966, Aston Martin DB6 Volante (1969) y un Porsche 911 T de 1971, el predecesor del actual 911 Carrera T.
Si llegados a este punto te preguntas por qué Zak no tiene un McLaren de calle… Debes saber que también es propietario de uno; concretamente un 675 LT Spider, una de sus máquinas más modernas junto al nuevo Ford GT, del que Brown ya está esperando su ejemplar.
Fuente: Zak Brown
