La adquisición de un automóvil es, con diferencia, una de las inversiones más cuantiosas que ha de afrontar una familia tras la compra de una vivienda. De ahí que la planificación de la compra de un automóvil sea tan importante, valorar todas las alternativas posibles, y asegurarnos de que haremos una compra inteligente. De esta forma podremos ahorrarnos mucho dinero, pero sobre todo quebraderos de cabeza. Y probablemente sentirnos satisfechos de nuestra compra. Es por eso que queríamos hacer una recopilación de los 10 errores más comunes a la hora de comprar un coche nuevo, y de aquellos aspectos que deberíamos tener en cuenta, y las preguntas que deberíamos resolver, antes de decidirnos por un automóvil.
1. No considerar otras opciones más allá del coche nuevo: la segunda mano y el kilómetro cero
Es cierto que continuamente se nos está transmitiendo que la opción más segura es la del coche nuevo. Y probablemente ese sea uno de los mayores errores que cometemos a la hora de adquirir un automóvil. Con un presupuesto que, evidentemente, es limitado, es importante que seamos conscientes del tipo de automóviles que podemos adquirir completamente nuevos y las alternativas que existen en el mercado de ocasión. Si el presupuesto es muy limitado, es probable que no podamos adquirir un coche nuevo que cumpla con todos nuestros requisitos, y en cambio sí que existan alternativas en el mercado de ocasión, o incluso kilómetro cero, que con pocos kilómetros, pocos años y en buen estado, nos ofrezcan lo que necesitamos. Los coches de ocasión también están cubiertos por garantías, que en el caso de coches con pocos kilómetros pueden ser casi tan extensas y con tantas coberturas como las disponibles en coches nuevos.
La alternativa del kilómetro cero también es sumamente interesante. Un kilómetro cero no es un coche usado, sino un vehículo que por alguna razón ha sido matriculado con anterioridad. Gracias a ese detalle su adquisición es más económica que la de un vehículo de nueva matriculación, y el ahorro que podremos obtener puede llegar a varios miles de euros, según el automóvil.
2. Encapricharnos de un producto concreto y no valorar otras opciones
La estética del automóvil suele ser uno de los argumentos más importantes a la hora de decidir una compra. También nuestra fidelidad hacia alguna marca concreta. Y no negamos que tanto la estética, como la percepción que tenemos de una marca, o la buena experiencia que hemos tenido con otros de sus productos, sean aspectos que deban influir en nuestra decisión de compra. Pero lo más importante es que valoremos todas las opciones que existen en el mercado y, una vez tengamos toda la información posible de los productos que se ajustan a nuestro presupuesto y a nuestros requisitos, nos decantemos por un coche determinado.
Nunca antes ha existido una oferta de automóviles tan nutrida y en rangos de precios tan variados. Si buscamos un SUV compacto nos encontraremos con que existe al menos un modelo por cada marca. E incluso que algunos productos generalistas muy equipados pueden elevar nuestro presupuesto hasta cifras en las que podría encajar lo que consideraríamos como un producto premium. La variedad de productos y la existencia de una oferta tan nutrida siempre será beneficiosa para el cliente.
3. No comparar precios entre concesionarios (incluso de la misma marca)
Tan importante como visitar los concesionarios de diferentes marcas para consultar precios, y conocer las diferentes alternativas que existen, el hecho de comparar precios, incluso en concesionarios de la misma marca. La búsqueda de un coche nuevo no implica necesariamente el regateo, sobre todo si tenemos en cuenta que los márgenes con los que trabajan los concesionarios a menudo son muy estrechos (ver artículo: ¿cuánto gana un concesionario con la venta de un coche?). En cualquier caso, las diferencias de precios que podemos encontrar en un mismo producto entre concesionarios puede llegar a ser importante en función de determinados factores. Especialmente si acabamos decidiéndonos por la compra de un automóvil presente en stock, o incluso por un kilómetro cero.
4. No ser flexibles con el equipamiento de nuestro coche (y no valorar la alternativa del automóvil de stock)
A diferencia de un kilómetro cero, un automóvil de stock es un coche nuevo, cuya configuración ya ha sido realizada antes de que lo compremos. No todas las marcas trabajan con stocks, pero en otras muchas sí es relativamente común que exista una oferta de automóviles muy nutrida sin necesidad de realizar un pedido a fábrica. La gran ventaja de los vehículos de stock reside en que los tiempos de entrega son realmente pequeños, prácticamente el necesario para realizar los trámites financieros, su matriculación y su preparación para la entrega, y el margen para las ofertas y los descuentos es muy superior.
La gran desventaja reside en que los coches de stock nos limitarán a la hora de escoger equipamiento u opciones de personalización. En vez de escoger todo el equipamiento de nuestro coche, y su color, estaremos limitados a la configuración que esté presente en los coches de stock que puede ofrecernos una marca. Solo algunos elementos, como las llantas, podrían personalizarse después de que el coche haya salido de la fábrica. Por suerte, los fabricantes que trabajan con stocks suelen hacer pedidos a la fábrica que están destinados a cumplir con lo que buscan la mayoría de sus clientes, en base a estadísticas y estudios de mercado.
Consultar con la marca y el concesionario la existencia de stocks es una idea realmente buena si queremos que nuestro coche nos lo entreguen pronto, y conseguir un precio más ajustado.
5. No realizar un estudio profundo de nuestras necesidades
El espacio, por ejemplo, es uno de los aspectos más importantes a la hora de decidirnos por un automóvil. Si tenemos un requisito determinado de espacio tendremos que determinar qué coches cumplen con él, y descartar todos los demás. Un buen amigo me ilustraba perfectamente cómo había conseguido decidir su compra descartando aquellos automóviles que no cumplieran con un requisito de espacio muy concreto para el coche de su familia. Con una niña pequeña, y un perro, el maletero de su coche nuevo debía permitir que tanto el carrito de la pequeña, como el cesto para viajar del perro, pudieran viajar a la vez en el maletero. Tras haber madurado su decisión de compra y haber llegado el punto en que su decisión giraba en torno a dos coches diferentes, el hecho de que uno de los candidatos no permitiera cargar el carrito y el cesto a la vez – tal y como comprobó en el propio concesionario – fue más que suficiente para descartarlo.
Es sumamente importante, por lo tanto, que estudiemos nuestras necesidades. Y en base a ellas determinemos qué coche cumple con nuestros requisitos y, por mucho que nos guste otro modelo, descartarlo si ese no satisface nuestras necesidades. De otra forma podríamos encontrarnos con un coche que nos planteará toda una serie de inconvenientes, e incluso nos dejará insatisfechos.
6. No solo pienses en tus necesidades actuales, sino también en las que tendrás en un futuro próximo
Es cierto que nuestra vida, y nuestra situación futura, no siempre es predecible, y menos en esta época que nos ha tocado vivir. Hoy es posible que necesites un diésel para recorrer 120 kilómetros diarios hasta tu trabajo, pero en unos meses tal vez estés trabajando desde casa y con un coche de gasolina y poco potente te baste para moverte por tu ciudad. En cualquier caso sí que es importante que valoremos nuestras necesidades actuales, y las necesidades que tendremos en un futuro próximo, en función a intenciones que sí pueden ser predecibles. Hay que tener en cuenta que nuestro coche probablemente nos acompañará durante bastantes años, y que tras salir del concesionario, y en los años posteriores a su compra, su precio irá hundiéndose poco a poco, y con ello reduciéndose el dinero que podremos recibir con su venta en el mercado de ocasión.
Si vas a casarte en dos años y piensas aumentar la familia, probablemente muchos coches que ahora cumplen con tus necesidades, no lo vayan a hacer dentro de dos años. Quizás sea un buen momento para adquirir un coche espacioso que cumpla con las necesidades de una familia con hijos, esperar para comprar un coche nuevo y seguir con el que teníamos hasta ahora, o comprar un coche de ocasión que a la hora de venderlo, cuando nuestras necesidades cambien en unos años, no se haya depreciado tanto como si hubiéramos adquirido un coche nuevo.
Adquirir un automóvil nuevo que no cumplirá con nuestras necesidades en un plazo corto de tiempo es una pésima decisión financiera.
7. No saber que hay vida más allá del diésel y que la elección del motor es muy importante
Otro error muy común es el de pensar en adquirir un coche y solo hacerlo valorando motores diésel, incluso en casos en los que el kilometraje anual del automóvil será ínfimo y difícilmente justificará la elección del diésel, y en trayectos cortos urbanos. Otro error incluso peor sería el de no tener en cuenta el consumo de nuestro automóvil si estamos pensando en un coche con el que recorreremos decenas de miles de kilómetros al año. En estos tiempos que corren, en los que los beneficios de los diésel son cada vez menores, e incluso se plantean restricciones por el tema medioambiental, valorar todos los pros y los contras de cada motor es un ejercicio imprescindible.
También es importante que valoremos todas las alternativas mecánicas de que dispongamos en el coche que vamos a adquirir. Si queremos un vehículo con el que vamos a viajar con toda la familia, por carretera, y cargados, tal vez compense buscar un motor con mejores prestaciones que las ofrecidas por el menos potente y más barato de la gama. Si al final queremos un automóvil que cumpla en trayectos cortos y urbanos, tal vez la elección ideal esté más próxima a un motor de gasolina, robusto y sencillo, y no necesariamente muy potente.
Ver artículo: 8 razones para no comprar diésel, especialmente para ciudad.
8. No estudiar con detenimiento el equipamiento que llevará nuestro coche
A la hora de estudiar el equipamiento que montaremos en nuestro automóvil es muy importante tener en cuenta qué elementos son imprescindibles y un requisito indispensable para nosotros y diferenciarlo de aquellos que son muy recomendables (por ejemplo todos los que impliquen asistencias a la conducción y equipamiento de seguridad) y de aquellos que probablemente no necesitemos. También es importante estudiar la gama del automóvil que vamos a adquirir. Hay muchos fabricantes en los que las líneas de equipamiento son muy cerradas, y para equipar un determinado extra será necesario adquirir un paquete, o una línea superior, que a su vez incluye otros muchos extras. También hay que tener en cuenta que muchos extras no pueden equiparse a posteriori, como accesorios, o el coste de incorporarlos es sencillamente prohibitivo.
9. No probar un coche antes de comprarlo
Toda la información de que dispongamos del automóvil que vamos a adquirir antes de comprarlo nos ayudará, sin duda, a hacer una compra inteligente. ¿Y qué mejor forma de recopilar información que probándolo? Siempre hemos aconsejado acudir al concesionario para solicitar una prueba, de hecho esa debería ser la labor más importante de un concesionario en el proceso de compra de un automóvil. Presta especial atención a los aspectos que para ti sean más importantes. ¿Su motor tiene fuerza, es suave y progresivo? ¿Te resultan cómodos sus asientos y has conseguido ajustar el asiento y la columna de la dirección para que puedas conducir en una posición cómoda y segura?
10. Descartar la financiación o no realizar un estudio detallado de sus condiciones
Adquirir un coche financiado no solo es la alternativa más habitual entre los clientes españoles, sino también la más recomendable en muchos casos. Antes de financiar nuestro coche es importante saber el coste real que finalmente pagaremos por él, sumando comisiones de apertura y cierre, así como intereses. Si la financiación es imprescindible tampoco está de más buscar financiaciones alternativas, por ejemplo la ofrecida por una entidad bancaria y, de nuevo, comparar.
En cualquier caso, la financiación en ocasiones es recomendable, incluso, para aquellos que estén pensando en adquirir un coche sin financiar. Y lo es porque el propio formato de ofertas y promociones más impuesto entre marcas y concesionarios se basa en que una de las condiciones de la venta sea la financiación del coche, que es uno de los grandes negocios de las marcas y los concesionarios. No es de extrañar que muchos coches cuesten lo mismo, o incluso menos, con financiación e intereses incluidos, que si lo pagásemos al contado. En cualquier caso, insistimos, es muy importante analizar el coste real que nos supondrá la adquisición de un automóvil financiado.